martes, 4 de febrero de 2014
Scarlett Johansson dice ‘no’ al buenismo antijudío
Fuente: El Med.io
por Pablo Molina
31/1/14
La famosa actriz norteamericana Scarlett Johansson ha sido la última víctima del boicot de las organizaciones y grupos de presión contrarios a la presencia de Israel en los territorios ganados por el Estado hebreo tras la guerra de 1967. La ONG Oxfam, dedicada a la ayuda humanitaria al Tercer Mundo, con la que Johansson venía colaborando desde 2007, rechazó la decisión de la actriz de participar en un anuncio de la empresa SodaStream, compañía productora de bebidas gaseosas cuya principal factoría se encuentra ubicada en la Margen Occidental, uno de los territorios en disputa reclamados por la Autoridad Palestina. Tal vez en la ONG pensaban que Johansson se echaría inmediatamente atrás, pero en esta ocasión han sido los boicoteadores los que han sido boicoteados.
Scarlett Johansson ha sido embajadora internacional de Oxfam, y con su actividad voluntaria ha contribuido a recaudar dinero para las causas humanitarias impulsadas por la organización. Nunca hubo la menor queja de la ONG hacia su embajadora hasta que, hace unos días, ésta tomó la decisión de prestar su imagen a una empresa situada en el foco de atención de las organizaciones que promueven el boicot a Israel. Esta decisión estrictamente profesional, que en nada compromete a su actividad filantrópica con Oxfam, ha sido el detonante para que la ONG mostrara abiertamente su desacuerdo con Johansson, como si las estrellas que prestan generosamente su imagen a las campañas de Oxfam tuvieran que consultar también con los dirigentes de la organización las decisiones que afectan a su carrera.
La actriz norteamericana, en consecuencia, ha decidido poner fin a la relación que la unía con Oxfam, limitándose elegantemente a citar como causa “diferencias fundamentales de opinión”. Por su parte, Oxfam ha hecho público un comunicado en el que quedan perfectamente claras cuáles son sus prioridades al afirmar que “las empresas que, como SodaStream, operan desde asentamientos israelíes agravan la pobreza y las violaciones de los derechos de las comunidades palestinas a las que apoyamos a través de nuestro trabajo”.
Sin embargo, es precisamente la presencia de empresas como SodaStream en esos territorios gestionados por la Autoridad Palestina el primer factor para mejorar las condiciones de los palestinos e israelíes que los habitan. La creciente colaboración entre ambas poblaciones en proyectos empresariales permite a los palestinos alejarse de la corrupción de la Autoridad Palestina, y cada vez son más las iniciativas mixtas que involucran a unos y a otros en proyectos encaminados a conseguir la mejora de las condiciones económicas de la zona y contribuir a construir la tan deseada paz. La propia Johansson hizo referencia a esta realidad incipiente en el comunicado con el que daba el portazo a Oxfam, subrayando la necesidad de la “cooperación económica e interacción social entre un Israel democrático y Palestina”.
Frente a este impulso de la población palestina, especialmente en su estrato más joven, ansiosa por prosperar por sí misma colaborando con sus vecinos más desarrollados, se alzan organizaciones como Oxfam, para las que el actual estado de cosas, con una organización corrupta como la Autoridad Palestina depredando las ayudas recibidas del exterior como única fuente de subsistencia para sus habitantes, parece ser la única alternativa moralmente aceptable.
El próximo dos de febrero, Scarlett Johansson aparecerá en las pantallas de millones de televisores anunciando los productos de SodaStream durante las pausas publicitarias de la Super Bowl de EEUU. Si en otras ocasiones las estrellas mediáticas prefieren rehuir sus compromisos para no molestar a los boicoteadores profesionales contra Israel, Johansson ha decidido que su libertad está por encima de las exigencias abusivas de una organización cuyas acciones en esta materia dicen muy poco de su pretendida vocación humanitaria.