domingo, 4 de enero de 2009
Relatos de argentinos que viven al alcance de los misiles en Israel
DESTRUCCION. IMAGEN DEL COMEDOR COLECTIVO DEL KIBUTZ MELFASIM, LUEGO DE SER ATACADO POR UN KASSAM
Mirá lo que son las cosas: entre los más afectados por lo misiles de Hamas hay varios kibutzim (aldeas colectivas) fundados por argentinos y latinoamericanos, que vinieron al sur de Israel con la esperanza de vivir en paz con los palestinos..". Quien esto dice es León Amiras, un abogado cordobés que hace 20 años llegó a Israel. Mientras habla, exhibe la foto del comedor colectivo del kibutz Mefalsim, destruido por un misil Kassam días atrás.
León Amiras reparte su tiempo como abogado y la actividad voluntaria en la Dirección de la Organización Latinoamericana en Israel (OLEI), que da servicios a 150 mil inmigrantes latinoamericanos, de los cuales unos 80 mil son argentinos.
Una de las voluntarias de la OLEI es Olga Najman, quien atiende los teléfonos de guardia en la sala de emergencia de la municipalidad de Ashkelon (12 km de Gaza). Allí asesora a nuevos inmigrantes de habla hispana preocupados por la situación. Ashkelon, Ashdod y Beer Sheva , las tres ciudades al alcance de los misiles de Hamas, también absorbieron a miles de inmigrantes argentinos en las últimas décadas. A la guerra del Líbano -julio de 2006- la vieron por la televisión o en los ojos de los refugiados el norte que llegaron hasta el sur y no imaginaron que iban a vivir la experiencia en carne propia tan pronto.
Olga entiende a quienes optan por viajar al norte para alejarse del peligro, pero ella tiene su función de ayuda en Ashkelon, a la que se sumo en estos días una familiar: "El sábado, cuando comenzó todo, llamé a mi hijo a EE.UU., donde estaba levantando su casa para volver después de 4 años ahí junto a su mujer y sus hijas. Les propuse retrasar el regreso o viajar a lo de sus hermanas en el norte, pero su mujer me dijo en forma terminante: 'Vamos a Ashkelon, a la ciudad y el país donde elegimos vivir, y nada nos cambiará los planes.'. Así que estamos todos juntos en mi departamento, en medio de las alarmas y los misiles".
Mario Cahansky, presidente de la filial local de OLEI de Ashdod (40 Kms de Gaza), confiesa que la sorpresa de los inmigrantes latinoamericanos no es muy diferente que la del resto de los israelíes. "Nadie se imaginaba que podíamos convertirnos en un frente, siempre nos sentimos una ciudad casi al centro del país, a 25 km de Tel Aviv".
"Ahora, un millón de ciudadanos estamos pasando lo que sufrieron durante ocho años seguidos los israelíes de la cercanías con Gaza, con alarmas constantes, sin poder dormir por el peligro y el miedo, sin poder alejarse de lugares protegidos, jugando constantemente a la ruleta rusa con la propia vida", reflexiona León Amiras. "Pero imaginemos lo que están pasando del otro lado los palestinos, con más de 400 muertos y 2.000 heridos en una semana, bajo el peligro de misiles israelíes que buscan objetivos de Hamas pero que matan también a quien a civiles que se hallan en las inmediaciones de la explosión." Lo que más preocupa y duele a León Amiras es cómo se sigue adelante luego de tanta muerte y se llega a un acuerdo. "No puedo entender cómo superaremos la muerte de nuestra gente, civiles o combatientes, pero tampoco cómo vive hoy el piloto israelí que el sábado a las 11.30 vio frente a sí una formación de uniformados de azul en el patio de un edificio de Gaza y acató la orden de liberar los misiles que destrozaron el lugar y también a aquellos inspectores municipales de limpieza y tránsito que acababan de terminar allí un curso. Hamas lanza misiles o terroristas suicidas contra civiles israelíes y esa es su política, pero cómo vive hoy el piloto israelí que mató a 40 inspectores municipales desarmados e hirió a otros tantos, dejando a cientos de palestinos con deseos personales de venganza contra Israel?". Leon Amiras, que, cómo abogado conoce la ley por fuera y por dentro, no encuentra respuesta a sus preguntas.Fuente Clarin
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