domingo, 8 de marzo de 2009

SUS AÑOS DORADOS SE APAGARON‏



By Megan Greenwell
Washington Post Staff Writer
Sunday, March 1, 2009; Page C01

La eleccion no lo es realmente para nada: Sea que Ellen Siegler se mantenga trabajando mas alla de su planeado retiro o que su madre de 98 años, Sarah, quien sufre de Alzheimer, abandone su vivienda asistida con un lugar no comparable donde ir.
Es peor para el hermano de Ellen, Irv Siegler. Su casa en Corning, New York, y otros gastos basicos de vivienda estan cubiertos, pero los $781000 que el ahorro para su retiro se han ido. Y el hijo de Ellen, ahora un muchacho en la Universidad de Michigan? Sus padres han esperado para pagar la Escuela de Leyes por lo que el tendria que tomar un interes publico de tasa baja sin preocuparse por la deuda, pero el plan puede estar en peligro tambien.

Si bien Ellen es prospera para cualquier standard, el supuesto esquema Ponzi de Bernard L. Madoff's de $50 mil millones esta teniendo efecto a traves de tres generaciones de su familia tan seguramente como la recesion esta devastando a miles de personas. Ella y su esposo, Dev Barnes de 65 años, no perderan su casa en el barrio Chevy Chase de Washington por ejecucion o declararse en bancarrota; de hecho, nada de su dinero fue invertido con Madoff. Pero su familia esta fundamentalmente alterando sus planes en un ejemplo de como la supuesta estafa ha enriquecido mas alla a la verdaderamente rica gente que ha recibido la mayoria de la atencion.
"En un dia, la alfombra financiera fue tironeada desde abajo de nosotros", dijo Ellen de 64, una abogada en la Administracion de Transportes de Seguridad. "Nosotros no somos ricos, pero habiamos planeado cuidadosamente durante muchos años nuestro retiro, y ahora mi madre no puede enfrentar el pago de la renta del mes proximo."
La Lista de clientes de Madoff, publicada por la Corte de Bancarrotas de EEUU el mes pasado, no distingue entre millonarios como Larry King y una persona como Sarah Siegler, cuya perdida de $300000 es un caso perdido. Sus 13567 damnificados incluyen casi 250 del area de Washington, algunos de ellos organizaciones de caridad y fundaciones. Colectivamente, los inversores regionales parecen haber perdido decenas de millones de dolares.
Los Sieglers esta asombrados por sus perdidas pero no sienten la vergüenza que otros han expresado. "Por que deberiamos avergonzarnos?" pregunto Irv. "Nosotros somos victimas -- el crimen fue cometido contra nosotros. Madoff es el unico que debe estar avergonzado por engañar a tanta gente."
Los Sieglers no parecen pertenecer a la lista de clientes de Madoff, donde no era poco comun para los individuos tener $10 millones o aun $100 millones invertidos. Para Sarah, quien tambien tiene una gran perdida de la audicion y glaucoma, el dinero estaba pagando las cuentas del geriatrico Aspenwood en Silver Spring.
Aunque en un aspecto la historia de los Siegler con Madoff es similar a la de aquellos millonarios en la lista. Comenzo en un curso de golf en West Palm Beach, Florida.
En los 80, Sarah y su fallecido marido, Abe, se retiraron a un pequeño condominio en una comunidad para jubilados de Florida para disfrutar una vida de placer y sol. Abe trabajo para una manufacturera de carteras en New York. El era demasiado frugal para comprar una casa y gasto menos de $20000 en el condominio. Un dia, en un curso de golf, un amigo menciono una oportunidad de inversion que podria ganar modestos pero continuos retornos cada año para suplementar los cheques de la seguridad social con los que el y su mujer vivian.
A pesar que sonaba demasiado bueno para ser cierto, Abe penso que era una apuesta segura. El pidio a su amigo que lo conectara con el banquero que invirtio su dinero con Madoff, y pronto comenzo a recibir mensualmente declaraciones contando que su cuenta crecia. Irv, un maestro, puso unos $30000 en su propia cuenta con Madoff en 1988.
Ellen y su esposo consideraron hacer lo mismo pero luego se decidieron por no hacerlo-- no por pensar que ellos no podian confiar en Madoff sino porque Dev estaba preocupado por un conflicto de intereses. El trabajo para la Agencia de Proteccion del Medio Ambiente, y algunas de las corporaciones en que invertia Madoff tenian profundos records de polucion.
"No hubo banderas rojas de alerta, y en ese momento, un 10 o 12 por ciento de interes no era particularmente enorme", dijo Irv, de 63 años, retirado. "Yo revisaba las declaraciones cada mes, y todo se ajustaba al detalle. Es muy sorprendente ahora que el pudiera falsearlo todo."
El dia despues que Madoff fue arrestado a mediados de Diciembre, Irv y Ellen estuvieron al telefono. Esperando contra la razon que fuera alguna especie de error, Ellen envio un fax a la oficina de Madoff, pidiendo el retiro de la cuenta de su madre, como hizo muchas veces antes. Esta vez no hubo respuesta.
"Hubo shock y despues negacion," dijo. "Cada mañana me despertaba esperando que fuera un mal sueño. Me tomo un rato darme cuenta que estaba sucediendo en verdad."
"Debemos asumir que se fue y tambien los planes basados en ello," dijo Ellen. "Fue un gran golpe emocional, pero es mejor que la negacion."
En enero, Ellen y Dev, que esta retirado, se reunieron con su asesor financiero para discutir si tenian suficiente dinero para pagar los $5000 mensuales que necesita Sarah en cuentas mensaules sin asistencia de la cuenta que ella tenia con Madoff. La respuesta fue: saquenla de Aspenwood y encuentren otro lugar que acepte Medicaid. Luego fueron a un consultor en cuidados geriatricos, quien dijo que sacar a Sarah de su casa por 12 años tendria efectos devastadores en su estado de salud y mental. La mayoria de estos geriatricos no aceptan Medicaid, y debido a que Sarah esta fisicamente sana, muchas casas de cuidado no la tomarian.
Luego de la reunion familiar, Ellen, Dev e Irv decidieron ignorar al asesor financiero y recurrir a sus ahorros para pagar las cuentas de Sarah. Eso significa que Ellen no podra retirarse en los proximos años como planeo.
Ellen y Dev se prometieron aislar a su hijo Ethan de los efectos de la perdida. Ellos siguen esperando contribuir con la financiacion de su Escuela de Leyes, pero debera seguramente pedir un credito para estudiantes.
Extractado del Washington Post

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