domingo, 16 de agosto de 2009

Di-s en mi rincon‏

por Dmitriy Salita
boxeador profesional
Desde que llegue al puesto de aspirante Nº1 peso welter junior en el mundo, mi siguiente partido de box sera por un titulo de campeonato contra el ganador del titulo mundial del 18 de julio de la pelea entre Andrea Kotelnik y Amir Khan.
La gente piensa que los partidos de box son acerca de fuerza fisica. Pero mi viaje me ha enseñado que la fuerza principal llega desde la espiritualidad.
Volverme un campeon mundial de boxeo fue mi sueño desde que yo era joven. Despues de mudarnos a Brooklyn desde Ucrania en 1991, el aislamiento de la experiencia de inmigrante me llevo a buscar un club de boxeo aunque yo tenia solo 13 años de edad. Mientras la mayoria de los chicos judios americanos estaban estudiando para su bar mitzvah, yo estaba soñando con volverme boxeador.
Cuando yo tenia 14 años, mi madre se enfermo de cancer. Durante una visita a la habitacion de mi madre en el hospital, conoci a un hombre jasidico que estaba visitando a su propia esposa. Una amistad se formo y el me puso en contacto con el Rabbi Zalman Liberow de Jabad de Flatbush. Rabbi Liberow me alento a aceptar gradualmente mas rituales del judaismo y yo creci para amar las tradiciones de mis ancestros. Yo comence a rezar todos los dias y comer comida kasher.
Mientras tanto, mi carrera de boxeo estaba progresando. Cuando tuve 17 años fue tiempo de competir en el torneo de boxeo amateur del NYC Golden Gloves. Yo llegue a las finales que fueron en un viernes por la noche. Para ese momento yo habia aprendido que el viernes a la noche era el Shabat Judio, y me sentia culpable de pelear, pero decidi pelear de todas formas. Yo estaba excitado acerca de la oportunidad de ganar el torneo y tener una oferta lucrativa. Desafortunadamente, no debia ser y yo perdi.
Yo pense en abandonar, obtener un empleo regular y olvidarme de mi sueño de volverme campeon mundial. Unos pocos meses despues del Golden Gloves, yo fue elegido para competir en el Campeonato Amateur de los EEUU llevado a cabo en Gulfport, Mississippi. Un intento mas, pense. Me entrene diligentemente, y fui con mi Rabino para pedirle una bendicion para ganar. El Rabbi Lieberow me dijo que yo podria tener impacto como un modelo positivo a seguir, pero el me recordo que yo debia observar el Shabat.
Yo decidi tomar este compromiso y dar el proximo paso en mi observancia religiosa de no luchar en Shabat. Esta fue una encrucijada en mi vida. Yo trabaje duro y puse mi fe en las manos de Di-s, decidi que Di-s gobierna el mundo y mi testimonio de eso como judio era observar el Shabat.
En Mississippi, se me dijo que las finales eran en Shabat y yo seria descalificado si no peleaba. Como yo no estaba favorecido para llegar a las finales, no me preocupe por eso. Pero despues de marcar dos victorias, llegue a las finales. Yo estaba completamente listo para ser descalificado, pero afortunadamente los organizadores del torneo decidieron cambiar el partido para que yo pudiera participar.
Esta vez yo gane el torneo y me converti en el Campeon Nacional Americano. Yo tambien entre al Golden Gloves nuevamente al año siguiente. Llegue a las finales en el Madison Square Garden. Esta vez las finales fueron llevadas a cabo un jueves y gane el torneo. Poco despues me volvi profesional y tengo ahora reunido un record de 30-0.
Mirando hacia atras los ultimos 10 años, yo reconozco que la direccion que tuve de mi rabino me dio una fuerza central que yo llevo tanto dentro como fuera del ring. Yo ahora dedico mi vida no solo a ganar partidos de box sino a enseñar a los chicos como comprometerse en un un boxeo no competitivo para que ellos puedan estar en buena forma fisica y ganar confianza en ellos mismos.
El box es un juego mental tanto como uno fisico. Mi historia de inmigrante, la enfermedad de mi madre y mi dedicacion al Shabat, son todos una parte de mi fuerza y una razon fundamental para mi exito como boxeador. Yo miro hacia adelante a mi lucha por el titulo, la cual ahora se- no importa lo que pase- no sera el viernes por la noche. Esa lucha yo ya la he ganado.
Dmitriy Salita, un judio ortodoxo y el aspirante Nº1 a campeon de peso welter junior, dio este discurso el 14 de julio en Ohev Sholom--La Sinagoga Nacional.
Fuente: The New York Times

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