TRIPOLI.- El hijo del líder libio Muammar Khadafy, Seif al-Islam, reconoció ayer que la liberación del único condenado por el atentado de Lockerbie de 1988, Abdel Baset al-Megrahi, que recibió fuertes críticas de la comunidad internacional, formó parte de las negociaciones de contratos comerciales entre Trípoli y Londres, que desmintió la afirmación.
"En todos los contratos comerciales de petróleo y de gas con Gran Bretaña [la liberación de Al-Megrahi] estaba sobre la mesa de negociaciones", declaró Al-Islam en una entrevista difundida ayer en el lanzamiento de su cadena televisiva, Al-Motawassit.
Según el hijo de Khadafy, el caso del terrorista condenado a cadena perpetua por planear el atentado contra un avión de Pan Am sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, en el que murieron 270 personas, "se trataba en cada visita a Libia del ex primer ministro británico Tony Blair". Gran Bretaña tiene importantes intereses económicos en Libia.
Después de la difusión de la entrevista, el canciller británico, David Miliband, desmintió las afirmaciones de Al-Islam. "Lo refuto totalmente. Es un insulto hacia mi persona y hacia el gobierno" británico, señaló.
"No hubo un trato. Todas las decisiones relacionadas con Al-Megrahi las mantuvieron exclusivamente las autoridades políticas y judiciales de Escocia", indicó, por su parte, una fuente de la cancillería británica.
Al-Megrahi, ex agente del servicio de inteligencia libio de 57 años y afectado por un cáncer de próstata terminal, fue liberado anteayer por razones humanitarias por la justicia escocesa. Su recepción como un héroe en Libia generó un fuerte rechazo de Washington y Londres, que amenazaron a Trípoli con serias consecuencias en sus relaciones diplomáticas.
"Ofensivas", "intolerables" y "vergonzosas" fueron algunos calificativos con los que los gobiernos norteamericano y británico describieron las imágenes de Al-Islam y cientos de personas con banderas libias y escocesas al recibir a Al-Megrahi.
"[La recepción] es totalmente condenable", opinó el presidente Barack Obama. Poco antes, la Casa Blanca había advertido a Libia que enviaba al mundo "un mensaje equivocado" al recibir como un héroe nacional a Al-Megrahi. Por su parte, el vocero de la cancillería francesa, Eric Chevallier, señaló que la bienvenida otorgada a Al-Megrahi "hiere" los sentimientos de las familias de las víctimas.
Miliband advirtió a Trípoli que el trato reservado a Al-Megrahi podría tener serias consecuencias en las relaciones bilaterales con Londres.
La liberación de Al-Megrahi abrió una nueva etapa en el acercamiento entre Libia y Occidente, que se había acelerado tras la renuncia de Trípoli a las armas de destrucción masiva y luego del pago de compensaciones económicas a las familias de las víctimas del atentado de Lockerbie.
Agencias ANSA, AP, AFP y DPA
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