JERUSALEN.- Tras una serie de versiones y acusaciones cruzadas, Israel se sumió hoy en una nueva y profunda crisis diplomática al despertar una gran condena internacional por su actuación en la intercepción de una columna integrada por seis barcos con ayuda humanitaria cuyo destino era la Franja de Gaza.
De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU inició una reunión de urgencia para tratar el tema.
Al menos 10 muertos y cerca de 30 personas heridas fue el saldo que dejó el asalto de la marina israelí a la llamada Flota de la Libertad, una caravana de seis barcos de ONG internacionales con 10.000 toneladas de ayuda humanitaria para la población de Gaza. Las embarcaciones llevaban a bordo unos 750 activistas pro palestinos de más de 40 países.
Inmediatamente después de conocerse el ataque, numerosos países y organizaciones repudiaron lo sucedido y reclamaron una profunda investigación para esclarecer el hecho.
Repudio. Entre las condenas, no faltó la del gobierno argentino. "La República Argentina lamenta profundamente la pérdida de vidas humanas producida en este episodio y efectúa un llamado a que se lleve a cabo una completa y exhaustiva investigación de los hechos ocurridos", sostuvo la Cancillería en un comunicado.
Además, el Gobierno expresó su "enérgico llamado al cese inmediato de actos de violencia que agravan la situación en Medio Oriente, y al levantamiento del bloqueo a la población de Gaza, permitiendo la libre circulación de las personas y el ingreso de ayuda humanitaria a la región".
"Esperamos que al final del día el Consejo de Seguridad tenga una respuesta decisiva a este incidente", dijo el representante palestino ante la ONU, Riyad Mansour, al tiempo que calificó el asalto israelí de "irresponsable y criminal".
"Estados Unidos lamenta profundamente la pérdida de vidas y las heridas sostenidas, y está actualmente trabajando para entender las circunstancias que rodearon a esta tragedia", señaló el portavoz de la Casa Blanca William Burton.
En esa línea, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reclamó una investigación profunda y expresó su conmoción por el ataque. "Es vital que haya una investigación completa para determinar exactamente cómo ocurrió este derramamiento de sangre. Creo que Israel debe proveer urgentemente una explicación", declaró en una conferencia de prensa desde la capital de Uganda.
Por su parte, el Vaticano expresó "gran preocupación y dolor" por el ataque. "Se trata de un hecho muy doloroso, en particular por la inútil pérdida de vidas humanas. La situación es seguida en el Vaticano con gran atención y preocupación", afirmó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi.
Turquía, en tanto, llamó a consultas a su embajador en Israel, al mismo tiempo que exigió la convocatoria de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU. Además, el viceprimer ministro turco, Bülent Arinç, informó que su país suspendía las maniobras militares conjuntas con el Estado hebreo.
En tanto, los representantes permanentes en Bruselas de los 27 socios de la Unión Europea (UE) se reunieron hoy en sesión extraordinaria para analizar la situación. "La UE condena todo uso de violencia y lamenta el uso desproporcionado de la fuerza" por parte de Israel, aseguró un portavoz de la Comisión Europea.
Por su parte, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, decretó tres días de luto en los territorios palestinos por la "masacre", pero no anunció su intención de interrumpir las negociaciones indirectas que mantiene con Israel. En tanto, el jefe de gobierno en Gaza del movimiento islamista Hamás, Ismail Haniye, convocó de urgencia a sus ministros y calificó el ataque de "brutal".
La explicación israelí. El ejército israelí reconoció la muerte de 10 activistas, aunque otras fuentes elevaron la cifra de víctimas a 14 y otros medios locales contabilizan entre 16 y 20, mientras los heridos se sitúan entre 30 y 60.
El asalto a la caravana fue llevado a cabo esta madrugada por una de las unidades de elite del ejército a unas veinte millas de la ciudad de Gaza. Los testimonios que llegaban desde los barcos sostienen que los soldados israelíes descendieron sobre las cubiertas desde helicópteros abriendo fuego, mientras las cadenas de televisión mostraban imágenes escalofriantes de los hechos.
La portavoz de las fuerzas castrenses israelíes, la comandante Avital Leibowitz, aseguró que los tripulantes abrieron fuego, trataron de apuñalar y lanzaron piedras a los soldados, aunque no precisó si había armas en la embarcación.
Mark Regev, un portavoz del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó que Israel no quiso una confrontación violenta. "Hicimos ofertas repetidas de que deberían llevar las naves al puerto de Ashdod y que desde allí les garantizábamos que toda la carga humanitaria sería transferida a la gente de Gaza", declaró el funcionario.
En ese sentido, el número dos de la cancillería israelí, Daniel Ayalón, responsabilizó del resultado del asalto a los miembros de la expedición. "Por supuesto lamentamos las víctimas, pero la responsabilidad es de aquellos que atacaron a los soldados israelíes", señaló.
Pese a los graves incidentes, Israel expresó su determinación a mantener el bloqueo a la Franja de Gaza, un territorio en el que conviven 1,5 millones de habitantes y que está controlado por Hamas. En ese sentido, los aliados occidentales de Israel se mostraron críticos del embargo al empobrecido enclave, que según ha dicho el Estado hebreo busca evitar que el grupo extremista reciba armas por vía marítima.
"Los barcos fueron dirigidos al puerto de Ashdod (al norte de Gaza), en donde las fuerzas navales efectúan chequeos de seguridad para identificar a la gente a bordo y su equipamiento", desatacó el ejército en un comunicado.
Fuente. La Nacion
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