domingo, 19 de enero de 2014
EL FARAON Y LOS PALESTINOS
fUENTE: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
9/1/14
por STEWART WEISS
Hay dos axiomas que creo ayudan a guiar la Historia Judia en su camino sinuoso y tumultuoso. El primero es que cuanto mas cambian las cosas, mas permanecen igual. El segundo es que nada importante ocurre jamas en nuestra vida nacional que no pueda ser encontrado en la parte de la Torah que leemos esa semana.
Estamos ahora plantados en el medio de la historia de la experiencia judia en Egipto, la cual culmina en el Exodo (lean sobre ella este Shabat en Parshat Beshalah) y la entrega de los Diez Mandamientos (leanlo el proximo Shabbat en Parshat Itro). Estos hechos, registrados para la posteridad hace tanto tiempo, siguen siendo hasta este dia un mapa de ruta para nuestra lucha para superar a nuestros adversarios y convertirnos en una nacion.
El Faraon es el antisemita arquetipico, el icono dictatorial y despreciable para todos los aborrecedores de judios de las generaciones futuras.
Ignorando el hecho que Iosef llevo inmensa riqueza y prestigio a Egipto, el reescribe la historia y acusa a los hebreos de ser una "quinta columna" extranjera y divisiva que debe ser abordada sin misericordia. Para desviar la atencion de los problemas reales de su sociedad, y para unir a la poblacion apelando a sus instintos mas basicos, el dice a su pueblo que la "Nacion de Israel" (ironicamente el Faraon es la primera persona en usar esa frase) es "grande y poderosa
por nosotros!" En otras palabras, los judios son parasitos; ellos toman la tierra que es nuestra por derecho, y ellos chupan la sangre vital de ella.
Este enfoque para demonizar a los judios es exactamente el curso que han tomado los palestinos y sus muchos simpatizantes. Ellos comienzan negando cualquier legitimidad historica a los residentes judios de la tierra, sosteniendo que no tenemos conexion actual o algo parecido con Israel. Nunca hubo un Templo en Jerusalem; los reyes David y Salomon, los Profetas y los Macabeos nunca habitaron esta parte del mundo; las Doce Tribus – si es que existieron – vivieron en alguna parte en Europa.
Y en cuanto a que hacer con la montaña de evidencia arqueologica, los relatos de la Biblia, y la abrumadora opinion de historiadores que esta verdaderamente es nuestra tierra ancestral? Eso es descartado en forma arrogante como "propaganda judia" e ignorado por los faraones "que no conocieron a Iosef."
Su mantra nacional, uno del cual estaria seguramente orgulloso su predecesor faraonico, es repetido tanto y tan intensamente que incluso personas normalmente juiciosas comienzan a creerlo: "Los judios robaron la tierra y usurparon a sus propietarios legitimos." De esta patraña fluye todo el mal que nuestros vecinos perpetran perversamente sobre nosotros, lo que yo llamo las "10 plagas de los palestinos": los boicots, los robos de coches, las invasiones de casas, el lanzamiento letal de piedras a nuestros coches, los ataques suicidas, los tiroteos en las rutas, el disparo de cohetes contra civiles, la glorificacion de asesinos de niños, la educacion para el terror, la conversion en sangre de tantas bellas familias israelies.
Todas estas atrocidades y mas son justificadas alegremente entre los palestinos como la recompensa legitima para los que tomaron lo que era suyo.
POR SUPUESTO, las mayores victimas de todas en este drama son los propios palestinos.
Sus vidas podrian ser infinitamente mas valiosas y mas productivas si tan solo ellos eligieran el compromiso por sobre el conflicto.
Ellos saben que – como sus hermanos arabes israelies – ellos gozarian de un nivel y calidad de vida inmensamente mas elevados si cesaran su extremismo y salieran a nuestro encuentro. Pero como el Faraon, quien permanecio insensible a las suplicas de su propio pueblo de liberar a los israelitas – “No sabes que Egipto esta perdido?” le dijeron los egipcios despues de la octava plaga – la dirigencia palestina es supremamente firme en su terquedad.
El secreto para el exito en las relaciones internacionales – no menos que en las personales – es saber cuando dejar ir y cuando apegarse. Asi como el Faraon podria, teoricamente, haberse salvado a el y a su nacion de incontables cantidades de sufrimiento si tan solo hubiera accedido a la demanda inicial de Moshe – “Dejanos partir por tres dias al desierto para servir a nuestro Di-s" – asi el mundo arabe, dilapidando constantemente sus multiples oportunidades para un acuerdo pacifico, ha "subido la apuesta" y trajo el desastre sobre si. Desde su rechazo al plan de particion de 1947 a sus "Tres No de Jartum” (“no a la paz, no al reconocimiento, no a la negociacion” con Israel) luego de la Guerra de los Seis Dias, a la negativa de nuestros dias a aceptar a Israel como un estado judio, los palestinos siempre han asumido – para su detrimento – las posiciones de linea mas dura, y esto, por sobre todo, ha creado la "Nakba" auto-infligida de la que ellos se quejan tan a menudo.
UNO DE LOS aspectos mas celebrados de la historia del Exodo es el "endurecimiento del corazon del Faraon" por parte de Di-s. Aunque esto claramente crea ciertas dificultades teologicas – siendo principal entre ellas la negacion del libre albedrio – tambien sirve para destacar la parte activa del Todopoderoso en la ecuacion, y Su determinacion de ver a Su pueblo lograr su objetivo de convertirse en una nacion, bajo Di-s, en su propia tierra. En algun punto, Di-s "permite" al Faraon caer victima de su propia obstinacion, resultando en su desaparicion y nuestra redencion.
De la misma forma, los palestinos tambien sufren de un caso de "endurecimiento del corazon." Justo cuando la reconciliacion parece ser posible, ellos se aseguran de frustrarla saliendo con alguna nueva exigencia que saben que no podemos nunca satisfacer. Podria ser un retorno a las "fronteras de Auschwitz" de 1949, o una insistencia en reclamar el Kineret, o una demanda por el "derecho al retorno" o la redivision de Jerusalem.
Cualquiera sea, nos trae de regreso a nuestros sentidos cuando nos damos cuenta precisamente cuan lejos esta esta entidad arabe en realidad de desear una paz verdadera y duradera con sus vecinos.
Como aprendio Jordania cuando rechazo tercamente las ofertas de paz de Israel en 1967 y entro tardiamente a la guerra, resultando en la perdida por parte de los jordanos – y nuestra obtencion – de Jerusalem, Judea y Samaria; y como aprendio el Faraon cuando renego de su liberacion de los israelitas y nos ataco en el Mar Rojo, resultando en la destruccion de su ejercito y el fin de Egipto para siempre como una potencia mundial, hay un alto precio a ser pagado por tomar las decisiones erradas y por tratar de bloquear el destino judio.
A pesar de la disposicion de Israel a inclinarse – de hecho, a menudo hasta la culpa– nunca abdicaremos a nuestro derecho dado por Di-s a recrear nuestra patria eterna. Y es esta resolucion de acero la que ganara en el analisis final. El resultado final de la historia de Pesaj, bastante destacablemente, es que "el hombre Moshe fue grande en la tierra de Egipto, y grande ante los ojos de todo egipcio" (Exodo 11:3). Los que siguen humildes pero firmes en su mision y quienes creen en la justicia de su causa no solo veran prevalecer sus esfuerzos; ellos ganaran el respeto a regañadientes incluso de sus mas amargos enemigos.