domingo, 2 de febrero de 2014
PAZ, GUERRA Y MESIANISMO
fUENTE: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
por Gerald M. Steinberg
25/1/14
El secretario de estado americano John Kerry fue criticado hace poco por el Ministro de Defensa Moshe Ya’alon por encarar la pacificacion en una forma emocional y mesianica.
Despues que al general le fue recordada la necesidad de apoyo americano por parte de Israel, el emitio una disculpa silenciosa, pero las preocupaciones que el planteo son centrales para el debate interno israeli, y su esencia debe ser encarada.
La pacificacion es, casi por definicion, mesianica. La idea que en algunos meses, o incluso años, es posible revertir el flujo de la historia humana, con su violencia inserta entre tribus, naciones y religiones, y crear confianza y cooperacion, requiere fe profunda. Aun cuando reemplazar los horrores de la guerra con el compromiso y comprension mutua parece como una opcion completamente racional, en realidad, el exito en alcanzar y sostener acuerdos de paz es la excepcion, en vez de la norma. Los intentos por convencer a grupos en guerra de deponer sus armas, aceptar compromisos dolorosos y aceptar el riesgo de ser atrapados sin preparacion por un enemigo engañoso estan basados mas en creencia religiosa que en la realidad politica.
Para los aspirantes a pacificadores como Kerry, la historia de los intentos recientes en otros conflictos debe ser aleccionadora. Las experiencias americanas en Corea, Vietnam, Irak y Afganistan no terminaron en paz, y lo mismo ocurre en regiones devastadas por la guerra tales como Sri Lanka y Colombia. Los israelies solo tienen que mirara algunas decenas de kilometros frente a sus fronteras a la brutalidad de Siria y Libano para ver las imagenes muy conocidas de guerra tribal y religiosa, y los resultados frecuentes de las campañas de paz mesianicas.
Si, hay algunas importantes excepciones, y estas son dignas de estudio cuidadoso y propòrcionan alguna cauta esperanza.
El tratado de paz firmado por el primer ministro Menachem Begin y el presidente Anwar Sadat en 1979, aunque no perfecto, ha sido implementado ampliamente durante mas de tres decadas – en agudo contraste con los 30 años previos de guerra y destruccion. Pero las circunstancias, incluida la capacidad de ambos lideres de asumir riesgos politicos, tanto como la geografia de la zona de amortiguacion del Sinai, fueron muy especificos para este caso.
Fuera del Medio Oriente, tenemos los ejemplos de Irlanda del Norte, donde los protestantes unionistas y los catolicos nacionalistas llegaron al y han honrado mas o menos el acuerdo de paz de 1998. Pero aqui tambien, la paz limitada esta basada en intereses nacionales, y hay poco amor entre los dos grupos, como demuestran las encuestas de opinion publica y actual friccion.
De igual manera, la muy promovida transicion post-aparteid en Sudafrica es tambien atribuible a una situacion completamente unica, especialmente al rol excepcional del fallecido Nelson Mandela. Los muchos intentos por duplicar estos ejemplos en otras partes, a menudo infundidos de una fuerte dosis de mesianismo y conversaciones de esperanza, confianza y reconciliacion, generalmente han fracasado.
Los academicos tambien tienen poco que ofrecer, y muchos de los intentos personales de pacificacion de profesores de la psicologia social, educacion y otras disciplinas, emprendidos con entusiasmo, y mesianismo, han devengado sustancia minima. Los modelos basados en transferir tecnicas usadas para suavizar disputas dentro de familias o entre vecinos en un pequeño vecindario no tienen exito en una escala global – los conflictos entre naciones y mini-estados religiosos (tales como Hamas o Hezbollah) son de una naturaleza completamente diferente.
Aun cuando algunos individuos en un conflicto politico violento comparten experiencias humanas en un ambiente lejos de las bombas y destruccion, no hay mecanismo confiable para convertir tales contactos personales dentro de los acuerdos politicos generales requeridos para una paz estable.
Numerosos dialogos de paz, campamentos de verano y proyectos de educacion conjunta dirigidos a lideres futuros son manejados por mesianicos bien intencionados, pero sin impacto sostenido en las sociedades mas amplias.
No obstante, cuando aspirantes a pacificadores tales como el presidente Jimmy Carter o John Kerry responden pidiendo confianza y destacando la locura de las guerras destructivas, es dificil decir no. Ellos ofrecen esperanza en vez de desesperacion; construccion en vez de destruccion; optimismo en lugar de pesimismo. Y si, como es afirmado a menudo, hay poco o ningun riesgo, y si no hay acuerdo sobre la paz, nada se pierde, sus esfuerzos y discurso noble deben ser saludados con entusiasmo, en vez de temor.
Pero hay costos reales y peligros importantes asociados con un proceso de paz fallido basado fundamentalmente en la fe y la esperanza.
Para los israelies y palestinos, los inmaduros acuerdos de Oslo, ideados por mesianicos de Noruega, fueron claramente contraproducentes.
La campaña de terrorismo de Arafat que siguio a estos acuerdos reflejo la perdida de disuasion y capacidades de seguridad israelies como resultado directo del "proceso de paz" y la retirada militar.
Israel luego ejercio gran esfuerzo para restaurar estas capacidades, tambien un un costo importante. Como consecuencia, cuando se asento el polvo, habian aumentado el nucleo del conflicto y los miedos mutuos que lo sostienen, y la mayoria de la gentes estaba comprensiblemente cauta de repetir otra ronda.
Kerry y su equipo serian bien aconsejados de considerar cuidadosamente estos temas y evitar demasiada conversacion sobre esperanza, confianza y fe, especialmente dada la larga historia de guerra por la Tierra Santa. En cambio, un enfoque practico y racional, basado en los intereses mutuos en gestion del conflicto y seguridad, con pasos graduales y a tono para ambas partes, en vez de la propaganda de avances dramaticos, puede producir el exito.
La imagen biblica de convertir espadas en arados es mesianica – los profetas Isaias y Micah estaban encarando circunstancias fuera del ambito de la historia y politica humanas normales. Como aspiraciones para la oracion e imaginacion, ellas proporcionan inspiracion. Pero esta tradicion profetica y otras formas de mesianismo no deben ser confundidas con la politica terrenal, basada en intereses concretos, y los elementos necesarios para la supervivencia en un mundo sin ley.
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