CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Tiene un millón de estrellas "jóvenes"
Investigadores israelíes descubren galaxia vecina
Astrónomos de la Universidad de Tel Aviv y de la Universidad California, en Los Ángeles, han descubierto un grupo de estrellas "jóvenes" en una nube de polvo caliente de gases moleculares que se encuentran en una pequeña galaxia cerca de la nuestra. El cúmulo de estrellas está enterrado dentro de una nube de gas masiva, y, aunque es un billón de veces más brillante que nuestro sol, la galaxia es apenas visible, oculta por sus propios gases calientes y polvo. El cúmulo de estrellas contiene 7000 estrellas masivas "O": son las estrellas más brillantes, cada una un millón de veces más luminosas que el sol.
Esta nube de gas es apodada "Cloud D", y la pequeña galaxia es denominada "galaxia enana NGC 5253". "Esta nube ha creado un enorme cúmulo de estrellas, y las estrellas han creado una cantidad sin precedentes de polvo", expresó la profesora Sara Beck de la UTA en un comunicado.
Según los investigadores, "NGC 5253 es el hogar de cientos de cúmulos de estrellas grandes. El grupo más espectacular, arropado en la masiva nube D, es de unos 3 millones de años, muy joven en términos astronómicos. La proporción de las nubes de gas, que con el tiempo se convierten en estrellas, varía en diferentes partes del universo. En la Vía Láctea, por ejemplo, menos del 5 por ciento del gas en
Esta nube de gas es apodada "Cloud D", y la pequeña galaxia es denominada "galaxia enana NGC 5253". "Esta nube ha creado un enorme cúmulo de estrellas, y las estrellas han creado una cantidad sin precedentes de polvo", expresó la profesora Sara Beck de la UTA en un comunicado.
Según los investigadores, "NGC 5253 es el hogar de cientos de cúmulos de estrellas grandes. El grupo más espectacular, arropado en la masiva nube D, es de unos 3 millones de años, muy joven en términos astronómicos. La proporción de las nubes de gas, que con el tiempo se convierten en estrellas, varía en diferentes partes del universo. En la Vía Láctea, por ejemplo, menos del 5 por ciento del gas en
las nubes del tamaño de la nube D se transforma en estrellas. "En la recién descubierta Nube D, sin embargo, la tasa parece ser por lo menos diez veces mayor.
"Cosas extraordinarias y extremas están sucediendo justo en nuestro propio vecindario astronómico" continúa Beck. "En la astrofísica suponemos que, salvo prueba en contrario, los procesos básicos son los mismos en todas partes. Pero aquí estamos presenciando la formación de un cúmulo globular - un proceso que asumimos fue "apagado" en nuestra galaxia hace diez mil millones años - que se produce hoy en una galaxia cercana".
"Este descubrimiento no es un hallazgo aislado, sino la culminación temporal de una larga búsqueda, que comenzó con una emisión de radio débil en 1996", dice Beck. "Hemos estado trabajando durante casi 20 años en la formaciones extremas de estrellas. En el camino, empezamos a preguntar por qué estos grupos estaban naciendo en un momento preciso y un lugar determinado. Todavía estamos trabajando duro en esto, así que esto no es el final del camino para nosotros", agregó la investigadora.
Los científicos esperan que en el futuro, la Nube D podría ser destruida por las estrellas que se convierten en supernovas – esparciendo todo el gas y los elementos en el espacio interestelar. Para el estudio, que fue publicado recientemente en la revista científica Nature, Beck ha colaborado con el Prof. Jean Turner, de la UCLA.
"Cosas extraordinarias y extremas están sucediendo justo en nuestro propio vecindario astronómico" continúa Beck. "En la astrofísica suponemos que, salvo prueba en contrario, los procesos básicos son los mismos en todas partes. Pero aquí estamos presenciando la formación de un cúmulo globular - un proceso que asumimos fue "apagado" en nuestra galaxia hace diez mil millones años - que se produce hoy en una galaxia cercana".
"Este descubrimiento no es un hallazgo aislado, sino la culminación temporal de una larga búsqueda, que comenzó con una emisión de radio débil en 1996", dice Beck. "Hemos estado trabajando durante casi 20 años en la formaciones extremas de estrellas. En el camino, empezamos a preguntar por qué estos grupos estaban naciendo en un momento preciso y un lugar determinado. Todavía estamos trabajando duro en esto, así que esto no es el final del camino para nosotros", agregó la investigadora.
Los científicos esperan que en el futuro, la Nube D podría ser destruida por las estrellas que se convierten en supernovas – esparciendo todo el gas y los elementos en el espacio interestelar. Para el estudio, que fue publicado recientemente en la revista científica Nature, Beck ha colaborado con el Prof. Jean Turner, de la UCLA.
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