miércoles, 24 de junio de 2015

Israel trata de detener el contagio del conflicto en Siria
El violento ataque de decenas de drusos a una ambulancia militar que evacuaba a dos rebeldes sirios heridos -que acabó en el asesinato de uno y heridas graves al otro y leves a dos soldados del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal)- pone de manifiesto que la violencia en Siria se desborda y toca cada vez más de cerca al país.

El suceso sigue a la acusación en sectores drusos en los Altos del Golán de que Israel estaría apoyando a los rebeldes de Jabat Al Nusra, que luchan contra el régimen sirio de Bashar al Assad, y a la exigencia de que se intervenga en el conflicto para parar lo que consideran una inminente masacre de los suyos al otro lado de la divisoria.

Los atacantes (una masa de más de 150 drusos que lanzó piedras a la ambulancia a su paso por Magdel Shams) actuaron con el convencimiento de que los sirios heridos pertenecían al frente Al Nusra, al que acusan del asesinato de una veintena de sus correligionarios en el norte de Siria.

Los drusos, una minoría étnica y religiosa en Oriente Medio con una fe secretista y monoteísta, son considerados infieles por los grupos islamistas como el Estado Islámico o Al Nusra que luchan en el país vecino en un conflicto que dura ya más de cuatro años y en el que han muerto más de 200.000 sirios.

El líder espiritual druso en Israel, jeque Muafak Tarif, condenó el ataque y pidió calma a su comunidad en declaraciones a la Radio del Ejército (Galei Tzáhal) en las que explicó que el suceso fue motivado por la ira desatada por una entrevista del Canal 2 de televisión a un sirio atendido en Israel, quien aseguró que atacaría a comunidades drusas al otro lado de la frontera.

"El herido dijo: 'Cuando vuelva a Siria, mataré a drusos', y esto enfadó a todo el mundo aquí. Esta entrevista debería haber hecho sonar las alarmas", criticó el jeque.

El reciente fue el segundo incidente de este tipo en menos de 24 horas, después de que la madrugada anterior drusos de la localidad de Hurfeish lanzaran piedras contra otra ambulancia que trasladaba a heridos sirios.

Desde que se inició la guerra civil siria en la primavera de 2011 la postura de Israel es la de no participar en el conflicto, más allá de salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos y atender a heridos que atraviesen la frontera.

Entre los sirios que habitan el Golán (conquistado en la Guerra de los Seis Días, en 1967) hay una mayoría que apoya a Al Assad y también hay partidarios de los rebeldes, pero hasta ahora no se habían producido incidentes graves.

Sin embargo, el aumento en las últimas semanas de la violencia que sufre la población drusa dentro de Siria ha polarizado la situación y hecho temer a los drusos de Israel que se produzca una masacre de sus familiares y amigos en la localidad de Hadr (Siria), hacia la que la pasada semana las fuerzas de Al Nusra avanzaron mientras las de Al Assad retrocedían.

"Muchos creen que Israel está coordinando y ayudando a Al Nusra, que no se trata de ayuda humanitaria sino de coordinación para debilitar al régimen sirio", explicó Fareed Rhanin, ex portavoz de los consejos locales drusos.

Según él, "hay que presionar al Gobierno para que acabe con su ayuda a Al Nusra y otras facciones que atacan a los civiles en Siria, inclusive a los drusos", aunque condena con firmeza la violencia de anoche, que derivó en el linchamiento de un rebelde herido.

Israel niega cualquier tipo de colaboración con rebeldes sirios.

"En los últimos años el Ejército de Defensa de Israel ha dado ayuda médica a más de 1.600 sirios heridos que han llegado a la frontera, donde hay equipos médicos que reciben a quienes solicitan ayuda, verifican qué heridas tienen, los tratan o, si es necesario, los transportan a un hospital", explicó una portavoz militar, quien aseguró que "ni el Ejército ni los médicos preguntan quién es, ni cómo fue herido, ni si luchaba, ni en qué bando".

"Estamos solo para proporcionar ayuda médica", afirmó la portavoz, quien insistió en que la labor "es, hoy por hoy, exclusivamente humanitaria".

Para el analista Dan Schueftan, director del Centro de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Haifa, el problema es que algunos sectores "han extendido el falso rumor de que los drusos están siendo masacrados en Siria para arrastrar a Israel a la guerra".

Desde el principio, Israel se ha mantenido fuera del conflicto, "a excepción de impedir el terrorismo de Hezbollah e Irán en su frontera o el uso de armas de destrucción masiva", y ahora "se ha comprometido a evitar una matanza de drusos en Hadr, que está cerca de su frontera, pero no puede evitar que se mate a drusos en el norte de Siria, a miles de kilómetros, porque no está dispuesto a entrar en guerra", explicó.

El analista militar del diario "Haaretz", Amos Harel, aseguró hoy en una nota que el Ejército de Defensa de Israel trató de calmar los ánimos garantizando a un grupo de líderes drusos que está vigilando de cerca la situación y que existen planes para una intervención militar para ayudar a los residentes de Hadr si estos estuvieran en peligro.

"El ataque reciente en Madal Shams es la última evidencia de lo que parece una pérdida de control gradual en la frontera norte", subrayó Harel, y advirtió de que "el esfuerzo israelí de no ser arrastrado en la lucha en la guerra civil siria está ahora bajo una nueva presión por la división de los drusos". EFE y Aurora

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