jueves, 25 de junio de 2015

Jamenei reeleva a Qassem Soleimani del mando de la guerra en Siria.



El General Qassem Soleimani en el frente de guerra iraquí
Alboroto en la Guardia Revolucionaria de Irán: el ayatolá Ali Jamenei, ha retirado al general Qassem Soleimani, el jefe de las Brigadas Al Qods y comandante supremo de las fuerzas iraníes en Oriente Medio, de su mando en Siria después de una serie de debacles sufridas en la guerra que se escenifica en ese país. Se quedó a cargo de las operaciones militares y de inteligencia de Irán en Irak, Yemen y Líbano. Esto se revela por fuentes iraníes y de inteligencia de Debkafile.
Desde la última vez que Soleimani visitó Damasco el 2 de junio, durante la réplica de la caída de la histórica ciudad de Palmira en manos del Estado islámico, la situación del presidente Bashar Assad y su ejército ha ido de mal en peor.
La Bravuconería y la soberbia del General iraní cuando afirmó que “en los próximos días el mundo se sorprendería gratamente de lo que la (CGRI) junto con los comandantes militares sirios estaban preparando”, resultó ser una retórica vacía. Los miles de soldados iraníes necesarios para rescatar al régimen de Assad de una muy posible caída, nunca se materializaron. Desde entonces, las fuerzas sirias han sido expulsadas ​​de más lugares. Hezbollah no sólo está bloqueado en su intento de desalojar los avances de los rebeldes sirios en las montañas estratégicas de Qalamoun, sino que no ha logrado evitar que la guerra se extienda a Líbano. Hay fuertes indicios de que el alto mando iraní a cargo de las arenas de Siria y Líbano están atrapados. 
Estos han recibido muchos reveses, según el informe de fuentes militares, debido al fracaso de Teherán de prever cinco factores:
1. La puesta en marcha de un esfuerzo combinado entre los EE.UU., Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, las naciones más ricas del mundo, en apoyo de los grupos rebeldes que luchan contra Bashar Assad. Sus inyecciones masivas de ayuda militar, armas y recursos financieros han arrojado muchas limitaciones en alto relieve para Irán.
2. La ineptitud de las milicias chiíes esgrimidas por Soleimani en Irak, Pakistán y Afganistán para luchar en las guerras de Irán en Siria e Irak. Ninguna de esas tropas importadas cumplió con las normas de combate requeridas en esos ámbitos y se convirtieron en pasivos en lugar de activos.
3. Esas deficiencias han obligado a Teherán a admitir que se había quedado corto de efectivos militares para luchar en los cuatro frentes de guerra en curso: Siria, Yemen, Líbano e Irak. Soleimani tuvo críticas por los planes más ambiciosos de su autoría que tiraban a Irán en los compromisos militares y que ha sobrecargado sus recursos y no tuvo en cuenta las consecuencias políticas y militares desordenadas que siguieron. Por encima de todo, él calculó mal el número de efectivos que necesitaba en la lucha o la fuerza necesaria en el suelo para ganar batallas en esas guerras.
4. En el ajuste final de cuentas, los fondos de Irán han sido drenados de las reservas estratégicas que deberían haber sido destinadas a la contingencia de una posible invasión de ISIS contra su territorio.
Fuente: Debkafil
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