miércoles, 5 de agosto de 2009
CON LA DESAPARICION DE LAS SOCIEDADES DE ENTIERRO JUDIAS, LOS CEMENTERIOS ESTAN EN CONFUSION
Alguien fue enterrado en la tumba de Florence Marmor, y no era Florence Marmor.
Cuando la Sra. Marmor visito el lote del cementerio de su fallecido esposo en Flushing, Queens, una tarde, ella encontro que alguien habia sido recientemente enterrado en el lugar a su lado, donde ella habia planeado descansar algun dia. Nadie pudo decirle por que.
Raros y terribles descubrimientos como ese han surgido repetidamente en las comunidades judias en las ultimas decadas cuando las familias han descubierto que las propiedades del cementerio donde ellos esperaban ser enterrados entre esposos, hijos y padres son atrapadas en un nudo legal que nadie puede desatar.
La razon: Las sociedades de entierro judias que vendieron los lugares ya no tiene mas administradores. Fundadas por los ancestros inmigrantes de la gente atrapada en esto, las sociedades, en efecto, han muerto.
El problema ha plagado principalmente a New York, Boston y otras ciudades del noreste donde los judios arribaron en un punto del siglo pasado desde Europa Oriental, trayendo con ellos la tradicion de sociedades de pago de cuotas- generalmente organizadas por gente del mismo lugar- que compraron y mantuvieron terrenos de cementerios.
Aparte de reducir los costos de entierro, las sociedades mantuvieron reuniones periodicas que se volvieron eventos sociales importantes para establecimiento de contactos y estar en contacto con otros de raices similares. Robustas por decadas, las asociaciones perdieron miembros mientras los descendientes se hicieron mas ricos, se mudaron y dejaron a unos menguantes, pocos ancianos para mantener los libros y los lugares de los cementerios en orden.
Hasta hace poco, pocos religiosos o funcionarios de gobierno se dieron cuenta. Pero un devengado de dolorosas escenas ha convencido a algunos de la necesidad de intervencion.
“No pasa una semana sin que tengamos problemas con esto", dijo Richard Fishman, director de la Division de Cementerios del Estado de New York, encargado de regular los cementerios. “Una persona muere, y ellos no pueden conseguir ser enterrados porque no hay nadie para firmar los papeles, o el muchacho a cargo tiene 99 años y esta en una casa de cuidados."
No hay cifras exactas, pero funcionarios como Fishman y lideres de organizaciones judias estiman que aunque 20,000 o
mas sociedades de entierro una vez florecieron en el noreste, administrando terrenos en cientos de cementerios judios, todas menos unas pocas miles han desaparecido.
Por tradicion, los judios deben ser enterrados dentro de las 24 horas de su muerte. Si el fallecido es un miembro de una sociedad de entierro o un descendiente de miembros, los parientes se supone deben contactar a un oficial de la sociedad que verifica que la persona tiene membresia y firma un permiso para que el cementerio abra el lote asignado.
Pero la Sra. Marmor, de 76, dijo que cuando ella pregunto al director del cementerio que habia sucedido con su terreno, el le dijo que habia sido vendido por el presidente de la sociedad de entierro, quien ya habia fallecido.
“Ellos no pudieron hacer nada mas por mi", dijo. Despues de mucho stress, y con ayuda de un abogado, ella termino recomenzando la extinguida asociacion, la Trembowla Sisters Burial Society, y descubrio para su alivio que el terreno del otro lado de su esposo estaba disponible.
Algunos oficiales de la sociedad de entierros son reticentes- y no siempre confiables- herederos del trabajo.
Sam Falk asumio en los Friends of Zion de Harlem Burial Society por su madre, por muchos años la presidente actuante de la sociedad, que ingreso a una residencia para mayores en Long Island hace pocos años. El llevo los gabinetes de archivo de la sociedad y mapas del cementerio a su casa en el sur de California. “Intente enviar los avisos y mantenerla", dijo Falk de 59 años, cuyo abuelo fundo la sociedad en 1911, "pero para ser honesto, en los ultimos años, no he tenido el tiempo."
El fue rescatado por una pequeña agencia del Departamento de Seguros del Estado de New York conocido como la Oficina de Bienes Diversos. Metido en un rincon escondido de la Oficina de Liquidacion del Estado en el bajo Manhattan, Bienes Diversos es donde las sociedades de entierro van a morir. La agencia saco de las manos del Sr. Flak la sociedad de entierro despues que una anciana- preocupada porque el no fuera capaz de darle un terreno cerca de su madre en un cementerio de Staten Island- encontro un simpatico administrador de cementerios que la envio a Bienes Diversos.
Robin Kraus, la gerente de la agencia, y su asistente, Alice Jenkins, han tomado cientos de sociedades de entierro en una especie de recepcion en la ultima decada, recolectando deudas de los miembros hasta que el ultimo es enterrado. Ellos se mueven con habilidad practica a traves de cientos de antiguas tarjetas de indice, libros de contabilidad amarillentos y enrollados mapas de cementerios confiados a su cuidado.
“Lo que nosotros hacemos es movilizar y llevar a cabo todas las funcionas de una sociedad de entierros hasta que toda la gente que figura en ella es enterrada", dijo la Sra Kraus, una servidora civil de toda una vida, que como la hija de sobrevivientes del Holocausto, encontro un hogar emocional cuando se unio a la oficina hace 15 años atras. Casi todos los cementerios judios en New York tienen su numero de telefono en el llamado automatico. Muchos miembros de familias que llaman estan desesperados y angustiados, dice. "Tu tienes que poder tratar con gente que dificilmente puedan escuchar y a veces hablan en un acento extraño", dijo.
Mark G. Peters, quien preside la cuasi-publica Oficina de Liquidacion, que protege a los consumidores que tienen polizas con compañias de seguros en liquidacion, dijo que el gobierno veia a las sociedades de entierro como un tipo de asegurador. "Ellas pueden ser un producto de seguros historicamente anacronico, pero nosotros somos esencialmente la unica red de seguridad para la gente que continua dependiendo de estas sociedades."
Mark Wittlin, de 53, recordo haber asistido con su padre a reuniones en la sociedad de entierro de Brooklyn conocida como la Asociacion del Senado. Los miembros se dirigian unos a otros con honores como "noble gran hermano" y discutian solemnemente asuntos financieros y de mantenimiento mientras el y otros chicos andaban por el salon alquilado.
Cuando el se graduo de la universidad, su padre y otros miembros le pidieron que se volviera oficial, pero el declino. Cuando su padre murio, ellos se lo pidieron nuevamente y el declino nuevamente.
Un abogado tomo la sociedad. Cuando el abogado murio unos años atras, el Sr. Wittlin contesto a la puerta un dia para encontrar a un joven alli, con muchas enormes bolsas de compras con mapas enrollados saliendo hacia afuera de ellas: los registros de la Asociacion del Senado. "Mi tio queria que usted tuviera esto",dijo. Wittlin recordo. "Era el sobrino del abogado." Wittlin dijo que intento ser un buen presidente. Pero habia 60 miembros restantes, incluyendo algunos en casas de cuidado y algunos con quienes no se podia contar porque- aunque eran confiables necesitaban ayuda todo el tiempo.
Cuando alguien le conto acerca de Robin Kraus, el fue a verla. Fue con las bolsas de compras. "No tengo la energia para esto", le dijo. Ella y la Sra. Jenkins le dijeron que no se preocupara. Ellas desempaquetaron los registros y mapas y le dijeron que ellas se harian cargo desde ahora.
Fuente: The New York Times
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