miércoles, 19 de mayo de 2010

Cumplió 101 años la premio Nobel de medicina Rita Levi-Montalcini



La “dama de la neurona” superó la barrera centenaria. Lejos de jubilarse, escribe capítulos de una vida dedicada al progreso de la ciencia.

Cuesta un poco explicar los cómo de Rita Levi-Montalcini, premio Nobel de Medicina en 1986. Su descubrimiento realizado en la década de1950, una molécula capaz de promover el desarrollo de las células del tejido nervioso llamada factor de crecimiento neuronal, no parecería aportar demasiadas respuestas. Por ejemplo, no basta para lograr comprender cómo la científica italiana, también conocida como “La dama de la neurona”, pudo entre otras cosas hacer ciencia a pesar de la feroz persecución del dictador Benito Mussolini, ni mucho menos alcanza para dilucidar cómo mantuvo despierta una tenaz vocación científica durante toda su ya más que centenaria vida.
Ciencia a pesar de todo
Nada fue fácil para Rita. Según su autobiografía, nació un 22 de abril de 1909 en la ciudad italiana de Turín y creció en el seno de una familia de tradición judía sefardí. Su padre Adamo Levi en un principio fue su primera oposición. No estaba muy de acuerdo con que la joven estudiara y desarrollara una carrera profesional. Para Levi, el ámbito en que debía desenvolverse habitualmente la mujer se restringía sólo al hogar. Pero lejos de soñar con marido e hijos, a los 20 años Rita decidió que lo suyo eran los libros.

Egresó de la universidad de Turín en el año 1936 con el título de médica bajo el brazo y no tardó en definir a la investigación básica en neurología como su fructífera área de especialización. Todo parecía marchar sobre rieles, pero en 1938 un obstáculo llamado Mussolini intentó truncar su recorrido. De más está decir que ni cien Manifiesto de la Raza – un nefasto texto dirigido contra todo lo que no era considerado ario- habrían bastado para apagar la vocación de la científica.
Alguna vez Martin Luther King, líder pacifista defensor de los derechos de las personas afroamericanas, dijo que “si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”. La dama de la neurona se dedicó a plantar un laboratorio en su propia habitación.
El factor de crecimiento neuronal
En septiembre de 1947 finalmente aceptó una invitación para trabajar en la universidad de Washington, bajo la supervisión del científico Víctor Hamburguer. Víctor también buscaba entender cómo da sus primeros pasos y se desarrolla el sistema nervioso. En su laboratorio, Rita pudo dar cuenta del factor de crecimiento neuronal.

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