Bret Stephens
A Kim Jong Il le gusta que sus metaforas sean lo mas literales posibles. Cuando el quiere hacer estallar la diplomacia con los EEUU, el detona una bomba nuclear. Cuando el quiere torpedear las relaciones con Corea del Sur, torpedea una de sus naves. La sutileza puede no ser el traje fuerte del dictador norcoreano, pero mirenlo de esta forma: Cada vez que el intenta ser la Peor Persona en el Mundo, algun liberal suena para explicar que el es simplemente un hombre corto, incomprendido, manejando una dura negociacion de paz, pobremente necesitando el tierno cuidado amoroso de Jimmy Carter.
Por contraste, los brillantes diplomaticos de la administracion Obama prefieren las metaforas complejas, matizadas. Entonces probablemente sea demasiado pedir que ellos se den entiendan que sacando el hundido buque surcoreano fuera del lecho marino, uno vea una metafora para todo su enfoque respecto a hacer la paz. Digamos solo que este buque no va a ser puesto a navegar nuevamente.
El enfoque va en nombre del "proceso de paz." El termino data del Departamento de Estado de Kissinger, pero su auge llego en los 1990s, cuando la primera administracion Bush y especialmente la administracion Clinton inauguraron o apoyaron procesos de paz en todas partes. Hubo un proceso de paz Coreano, conocido como la "Politica del Sol". Estuvo el proceso israeli-palestino—”Oslo”— y el “camino sirio” entre Jerusalem y Damasco. Estuvo “Viernes Santo” para Irlanda del Norte, “Abuja” para Rwanda, “Lomé” para Sierra Leona. Hubo procesos de paz en Colombia y Sri Lanka. Nombren a su conflicto intratable, y el Departamento de Estado de los EEUU tuvo su aplicacion manual fuera del cajon para tratar con el.
De todos estos procesos, solo los Acuerdos de Viernes Santo pueden ser llamados un exito, y fue un exito que se debio menos a las intervenciones de George Mitchell que al hecho que el conflicto—poniendo a prosperos irlandeses protestantes anglo parlantes contra irlandeses catolicos anglo parlantes cada vez mas prosperos—ya no tenia mas sentido para los terroristas burgueses en el timon del IRA.
Una metafora para un proceso de paz. Listos para ser puestos a navegar nuevamente?
En otras partes, los procesos invariablemente terminaron en humillacion, derramamiento de sangre y a veces ridiculamente sangrientos. Para Sierra Leona, la administracion Clinton envio a Jesse Jackson (realmente) para negociar un acuerdo que hizo de Foday Sankoh—un hombre que se habia hecho una reputacion por cercenar los miembros de sus oponentes—el vice presidente del pais. El acuerdo colapso en meses. Para Colombia, Clinton apoyo un plan de paz que cedia un area del tamaño de Suiza a las FARC. “Yo pienso que el camino [que el entonces Presidente Andrés Pastrana] esta buscando es el mas probable para producir resultados,” dijo en 1998. Las FARC utilizaron su refugio seguro para armarse mejor, tomar rehenes de alto perfil, entrenar a terroristas extranjeros y casi derrocar al gobierno.
Lo mismo fue verdad en los procesos de paz coreano y del Medio Oriente, solo que a una escala mayor. El fallecido dictador sirio Hafez al-Assad hizo una obsesion de humillar a un enviado de Clinton tras otro y rechazo los terminos de un acuerdo de paz ofrecido por Clinton mismo en marzo del 2000. Pero los clintonianos continuaron sin ser disuadidos en su fe en el camino sirio, precisamente como ellos continuaron no disuadidos por la sorprendente declaracion de Yasser Arafat en un discurso de mayo de 1994 en Johannesburgo: “El permanente estado de Israel—No! Es el permanente estado de Palestina.”
En cuanto a la "Politica del Sol", tuvo los meritos usuales de los otros procesos de paz, junto con la distincion agregada de haber sido adquiridos con coimas politicas por parte del gobierno surcoreano del fallecido Kim Dae Jung, incluyendo supuestos pagos de varios cientos de millones de dolares por una foto en junio del 2000 en una cumbre que no produjo nada. Nada, eso es, excepto ayudar a prolongar la vida de un regimen vil y en bancarrota que podria de lo contrario haber colapsado por su propio peso.
En el actual tema de Politica Exterior, el ex super-procesador de paz Aaron David Miller ofrece una evaluacion refrescantemente honesta de lo que el llama “la falsa religion de la Paz de Medio Oriente.” “Como todas las religiones,” el escribe, “el proceso de paz ha desarrollado un credo dogmatico, con primeros principios inmutables." El entonces continua enumerando todas las razones por las cuales la actual presion de la administracion para parir un acuerdo de paz arabe-israeli creible y duradero esta condenado a fracasar.
El caso del Sr. Miller es mayormente inobjetable; de hecho, el podria haber escrito la misma pieza acerca de las fallidas aperturas diplomaticas de la administracion hacia Siria e Iran.
Pero el pierde un punto mas profundo. Aun cuando los procesos de paz casi invariablemente fracasan entre las partes en conflicto, ellos tambien casi invariablemente tienen exito como teatro politico para los mismos procesadores de la paz. Kim Dae Jung, Arafat y Shimon Peres todos barnizaron su prestigio con Premios Nobel de la Paz. El Presidente Obama gano uno preventivo. Y el Sr. Clinton aun tiene una mal fundada reputacion de pacificador. Ironicamente, la unica paz real que el alguna vez logro, en los balcanes, fue a traves de la fuerza de las armas americanas.
Entonces el buque sera sacado del agua nuevamente. Los procesadores de la paz se asolearan en el brillo de sus buenas intenciones. Y los malvados, socios convenientes en este juego de autocongratulacion, ilusion y engaño, planearan su propia ventaja.
Fuente: The Wall Street Journal
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