lunes, 20 de junio de 2011
Irán aprieta el pedal antes del asalto nuclear
Ron ben Yishai
En la Asamblea de Expertos de la Agencia Internacional de Energía Atómica fue presentada, ayer, en Viena una de las imágenes de situación más preocupantes. Se trata del significativo apresuramiento que tiene lugar, en el último medio año, en el proyecto nuclear iraní. El Director de la Agencia, Yukio Amano, exhibió ante los representantes los hallazgos de los inspectores, que visitan las plantas iraníes y siguen, tras lo hecho en ellos, por medio de cámaras.Mientras los políticos y los medios mundiales enfocaban su atención en los daños del tsunami en Japón y el levantamiento popular en el mundo árabe, en Occidente se acumulan los informes secretos y descubiertos sobre el avance técnico del proyecto iraní. Los más creíbles son los que provienen de la Agencia Nuclear. Un documento secreto (febrero del corriente año) del que solo algunos datos se filtraron a los medios determina, con claridad, que después de algo más de un año, los científicos iraníes lograron superar el sabotaje ocasionado por el sistema computarizado Stuxnet a la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz. Entre otros daños, el sistema sacó de funcionamiento una quinta parte de la capacidad de producción de la planta y dejó menos de 3800 centrífugas activas. En noviembre de 2010, los iraníes se vieron obligados a parar, por algunas semanas, Natanz en el esfuerzo por superar los inconvenientes y los daños ocasionados por el sistema. Pero, cuando los inspectores de Naciones Unidas revisaron Natanz (febrero), se sorprendieron al encontrar casi 6000 centrífugas activas y repleto de uranio enriquecido a bajo nivel (3.5%) desarrollado a 3606 Kg. Los inspectores de la Agencia determinaron según lo observado, que en Natanz se enriquece, hoy, uranio a un ritmo “mayor” al cual la planta funcionaba ante que se viera afectada por el sistema, cuyo desarrollo se vincula a Israel y Estados Unidos. Eso ocurrió hace cuatro meses. Hace tres semanas, la Agencia presentó otro informe, actualizado, a su Asamblea de Expertos donde se dice que Irán tiene, en su poder, 4.1 toneladas de uranio enriquecido a bajo nivel. O sea: en dos meses y medio acumuló casi media tonelada más. Esa evidencia da cuenta del aumento significativo de la capacidad de producción. En ese contexto cabe destacar que, la cantidad abarcativa de uranio enriquecido a bajo nivel, que tiene Irán en el presente, si fuera enriquecido a alto nivel (90%) le permitiría producir 2-4 bombas atómicas del modelo básico similar a la bomba arrojada sobre Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. Además, la Agencia informa que, Irán, tiene en su poder 55 Kg de uranio enriquecido a un nivel del 20%. Esa evidencia tiene algunos sentidos no - simpáticos. Si bien el uranio enriquecido al 20% es considerado “uranio enriquecido a bajo nivel “cuya producción, en sí misma, no constituye una violación de las leyes del Tratado Internacional de No - Proliferación de Armas Nucleares (TPN), que Irán firmó, en Occidente se unen, ante la idea que quien sabe enriquecer uranio a un nivel del 20%, no se verá dificultado de enriquecerlo también a un nivel del 90%, requerido para la producción de armas nucleares.Más aún; el tiempo y cantidad de centrífugas requeridas para enriquecer uranio a un nivel del 90% es menor, en mucho, a lo requerido en el caso del uranio enriquecido a un nivel bajo. Para la producción de una sola bomba se necesitan 120 Kg de uranio a un nivel del 20% e Irán tiene en su poder, hoy, la mitad de esa cantidad y, quizás, más. El significado es que, técnicamente, Irán puede - con la cantidad de centrífugas que obran en su poder- producir, en pocos meses, por lo menos una bomba.Pero Irán no se conforma con las miles de centrífugas que tiene en su poder. Según información recibida en Occidente y de acuerdo a publicaciones de la organización opositora iraní, existen en Irán, por lo menos otras tres fábricas que producen partes con las que se arman las centrífugas. La información detalla los nombres de los sitios en los que se encuentran las fábricas y es tan puntual que, al Ministro de Energía iraní, no le quedó más alternativa que reconocer, a media voz, que su país produce más centrífugas.Pero para esa producción se necesitan materiales fabricados fuera de Irán. Las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad están destinadas a impedir la importación de esas partes al régimen de los ayatollahs. Según parece la batalla de tráfico iraní logra superar, parcialmente, el problema y permite la continuidad del desarrollo y armado de centrífugas avanzadas del modelo IR2 y IR3, cuya vigencia es el doble al modelo original recibido por Irán de manos del científico pakistaní, Abdul Qadeer Khan. Son también centrífugas más resistentes a los inconvenientes y sabotajes. Organismos de inteligencia occidentales sospechan que, Irán, arregla centrífugas de ese tipo en sitios secretos no inspeccionados por la Agencia Nuclear. Y eso no es todo. La Agencia acumuló, en el último tiempo, información según la cual, en forma paralela al enriquecimiento de uranio, Irán continúa desarrollando, en forma rápida, los componentes del propio artefacto de armas nucleares. Basándose en esa información, definida en la Agencia como “confiable” se envió, hace tres semanas, una grave carta al jefe del proyecto nuclear iraní. En la misma, Amano sostiene saber que, Irán, desarrolla e intenta un explosivo especial, que acciona un artefacto explosivo nuclear, se ocupa de la conquista de uranio enriquecido para el metal de uranio del cual se hace el corazón de la bomba y trabaja sobre el diseño de minimizar la cabeza nuclear, a fin de poder ser armada sobre un misil tierra-tierra de largo alcance, del modelo Shihab 3.Amano no detalla en su carta las fuentes de su información pero exige explicaciones al jefe del proyecto iraní quien rechazó, como era previsible, las acusaciones y expresó que eran fabuladas. Amano no aceptó la explicación y resolvió informarlo al Consejo de Expertos y próximamente esa informacíon será oficial también para el Consejo de Seguridad. Estados Unidos y algunos de los países europeos decidieron no esperar y, después que Irán rechazara la posibilidad de retornar a la mesa de negociación, agravaron - hace unos días- su iniciativa de sanciones impuestas a Irán. De tal modo que, a pesar del agravamiento de sanciones, los sabotajes, las eliminaciones y la expulsión de científicos que lentificaron el proyecto nuclear en los últimos dos años; los iraníes continúan. El efecto negativo de las sanciones sobre la economía iraní quedó neutralizado, en gran medida, por el despegue de los precios del petróleo en el mundo lo que aumentó los ingresos del régimen en decenas por ciento. Como consecuencia, no hay expectativas, en Occidente, de la caída del régimen en Teherán, a causa de una crisis económico-social.Entonces, ¿Cuándo? Si, de verdad, Irán tiene, en su poder, una bomba nuclear. No hay nadie en el mundo que pueda dar respuesta autorizada a la pregunta. Es posible estimar y solo de manera limitada. El motivo es que quien pueda, quizás, responder a la pregunta es solo el Supremo líder de Irán, Ali Khumeni que decidirá, y ordenará, cometer lo que se denomina en Occidente el “Asalto nuclear”.Es el momento en el que, los científicos iraníes, tomarán el uranio enriquecido en sus manos y lo enriqueceran, en pocos meses, a un alto nivel, adecuado al uso militar.El General Aviv Kochavi, evaluó , ante la Comisión de Asuntos Exteriores y de Seguridad de la Knesset que, si Irán decidiera hoy cometer el asalto, podría contar con las armas nucleares en un año, o máximo dos. Esa estimación no constituye una profecía de inteligencia indicando que Irán poseerá una bomba (a más tardar) en el 2013. Se trata solo de una estimación teórica basada en el ritmo de desarrollo y producción de los componentes de las armas nucleares en Irán. Por medio de esa estimación, el General intentaba materializar, a los miembros de la Knesset, hasta cuánto avanza el desarrollo nuclear iraní y que cada día se acortaba el plazo de tiempo que transcurra entre la decisión de la conducción de cometer el asalto y el momento que tenga en su poder el armamento nuclear. En el presente, el plazo de tiempo es estimado en un año o dos. En un año se acortará a algunos meses. Esa evidencia tiene un importante sentido dado que, la conducción iraní, supone que al obrar en su poder la bomba no se atreverán ni Estados Unidos ni Israel ni otros organismos de la comunidad internacional a atacar o a accionar para su eliminación. Por ello, la mayor de las probabilidades es que decidan producir el armamento nuclear solo cuando completen los preparativos y, entonces, cuando haya una distancia de un mes o dos de la bomba, Estados Unidos e Israel, atrasarán el tren.Esa estrategia se fundamenta en las lecciones que obtuvieron los iraníes de la miseria demostrada por Occidente en lo referido al programa nuclear de Corea del Norte. Una de las lecciones aprendidas en Teherán es la necesidad de dispersar las plantas, esconderlas y adecuarlas bajo tierra. Fuentes de inteligencia en Estados Unidos e Israel estiman que, además, de los recursos que invierte Irán en el desarrollo nuclear y los misiles de largo alcance, se supone que invierte recursos cuyo objetivo es lograr que, el ataque a una planta, sea imposible o inútil.El gobierno de Obama (como el de Bush) se opone, tajantemente, al ataque a Irán por lo menos ahora. En Washington aseguran que, un ataque, en el futuro próximo llevará a la división regional y o provocará un grave daño a las aliadas de Estados Unidos en el Golfo Pérsico (Arabia Saudita, Kuwait, Irak y Bahrein, Afganistán y, por supuesto, a Israel). Los precios del petróleo despegarán y frustrarán la continuidad de la recuperación norteamericana de su crisis económica. En Washington sostienen que es aún posible impedirle a Irán el armamento nuclear por medio de las sanciones ( económicas y diplomáticas y por otros medios que no es posible detallar). De esa idea son partícipes también ex y actuales funcionarios de la institución de seguridad en Israel, entre ellos, el General Gaby Ashkenazi, el ex jefe del Mossad, Meir Dagan y el ex jefe de los Servicios de Seguridad, Yuval Diskin. Cabe suponer que los actuales jefes del ejército y del Mossad, Gantz y Pardo, apoyan la idea del mismo modo que Netanyahu y Barak; s también convencidos que Israel debe contar con capacidad de atacar a Irán, pero debe hacer uso solo cuando se hayan agotado otras opciones. Dado que no hay necesidad de una definición sobre la pregunta iraní en el plazo inmediato, Barak y Dagan pueden decir que, Israel, no tiene, por ahora, intención de atacar. Ambos saben lo que dicen pero, ambos, están interesados en que Washington sepa que en Israel evalúa, con seriedad, todas las opciones.
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