lunes, 6 de junio de 2011
Moisés y las Tablas del Pacto
Todo el que entra a una sinagoga, sea en Israel o en la diáspora, verá casi siempre las Tablas del Pacto (Lujot Habrit) como decoración central. A veces encima del Arca, otras en vitrales o sobre una de las paredes, etc. Las Tablas son uno de los símbolos centrales del judaísmo, junto al Candelabro, la Estrella de David y el Shofar.
No siempre fue así, y recién encontramos las Tablas a partir del siglo XIII. El historiador E. R. Goodenough en su monumental libro “Jewish symbols in the Greco-Roman period” escribe y muestra el uso del Arca como símbolo en la época greco-romana, pero ni una sola vez señala el uso de las Tablas.
El problema comienza desde el principio de nuestro pueblo. Moisés bajó del Monte Sinai con las Tablas y éstas fueron depositadas en el Arca de la Alianza que estaba ubicada en el Santuario Central, bajo los querubines y separada de los ojos humanos por un cortinaje (el Parojet). Ahí entraba el Sumo Sacerdote únicamente en Iom Kipur, y las Tablas nunca fueron expuestas al público.
Y cuando se construyó el Templo en Jerusalén el Arca fue trasladada con gran ceremonia al Santuario Central de la Casa de Dios, quedando nuevamente tapada. Cuando el Primer Templo fue destruido en el 586 a.C. desapareció el Arca y en el Segundo Templo no hubo otra.
Desaparición del Arca
De acuerdo a la tradición, el profeta Yermihau (Jeremías) escondió el Arca para que ésta no se convierta en objeto de culto y obligar a los creyentes a creer en el único Dios, y no a objetos materiales, terminando en esta forma la lucha de los profetas contra todo tipo de cultos semi paganos.
En tiempos del rey Yoshihau (Josías) ya se había destruido la serpiente de bronce y el cayado de Arón, pese a que habían sido ubicados en el Tabernáculo por Moshé para recordar al pueblo sus pecados. Con el tiempo, lamentablemente el pueblo comenzó a ver en ellos objetos de culto y de ahí la razón de su destrucción. De acuerdo a la tradición, el profeta esconde el Arca y hasta hoy no fue encontrada, dando lugar a todo tipo de relatos y especulaciones.
Tampoco sabemos la razón por la cual en la época antigua no se usaron las Tablas como decoración en sinagogas y recién a mediados de la Edad Media comenzamos a encontrarlas en nuestros lugares de culto, hasta ser hoy en día uno de los símbolos centrales de nuestro pueblo, hasta tanto que en varios países hay rabinos que usan en los oficios un pectoral en forma de las Tablas, y los capellanes judíos de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos usan como símbolo identificatorio en el uniforme las Tablas del Pacto.
Y aquí llegamos al segundo problema: ¿cómo eran realmente las Tablas del Pacto? La idea aceptada hoy en día, es que las Tablas eran una, marcadas por la mitad, más altas que anchas, y terminan arriba de cada una en un semicírculo. Cinco Mandamientos se escriben en cada Tabla, los cinco primeros a la izquierda (mirando al público) y las otros cinco a la derecha.
Si las Tablas se hacen grandes se escriben las primeras palabras de cada Mandamiento, y el sexto, séptimo y octavo se escriben completos (por tener dos palabras cada uno).
Si las Tablas son mas pequeñas se estila escribir las letras hebreas de aleph hasta yod (de uno a diez en el valor numérico de las letras hebraicas); y también he visto Tablas lisas, sin palabras o letras.
Y para la mayoría del pueblo las Tablas fueron de esa
forma, rectangulares con semicírculo por arriba, y hasta existieron discusiones en la construcción de sinagogas, cuando parte de los miembros de las congregaciones no aceptaban que las Tablas no sean parte integral del edificio.
El misterio de cómo eran las Tablas
La verdad es que realmente no sabemos exactamente cómo eran las Tablas que Moshé depositó en el Arca de la Alianza. La Torá habla de dos Tablas, sin destacar sus medidas. El Arca en sí medía “…dos codos y medio de largo y dos codos de ancho” (Exodo 25:10), y estaba construido de oro y madera de acacias, con pasarelas cubiertas de oro para poder llevarlo en los traslados en el desierto. De acuerdo a la Torá las Tablas estaban dentro, es decir, que medían menos que el Arca. Un codo son 42 hasta 50 cms. (los comentadores de la Torá se dividen entre sí sobre la medida exacta del codo en la Biblia). De ahí que toda idea sobre las Tablas es bastante imaginaria. ¿Fueron dos Tablas separadas, divididas en cinco Mandamientos en una y cinco en otra? Puede ser. ¿Fueron dos Tablas en continuación, ya que hay Mandamientos más largos que otros? También puede ser. ¿Fueron dos Tablas iguales conteniendo los diez Mandamientos las dos, una depositada en el Arca y otra afuera, como se solía hacer con contraltos en la antiguedad? Rabi Ismael trae esa idea, y podría ser.
Toda teoría es válida, ya que no tenemos documentación de la época. En el Talmud Babilonio (tratado Baba Batra 14.a) dice que las tablas eran cuadradas: “el largo seis y el ancho seis y el grosor tres”. En el Talmud Yerushalmi (tratado Soma 8:3) está escrito: “el largo (de las Tablas) era de seis palmos y el ancho tres”. Es decir que ya nuestros sabios del Talmud no conocían realmente las formas y medidas de las Tablas del Pacto. Y es de destacar que en la lista del botín que los babilonios saquearon en el Templo no figura el Arca de la Alianza, lo que creó la tradición por la cual los hebreos lograron esconderla.
Cuando se comenzó en el siglo XIII a usar las Tablas como símbolo, se hizo en forma imaginativa y no descartamos la influencia del arte cristiano sobre los artistas que comenzaron a dibujar y esculpir las Tablas en las sinagogas. Y a partir del siglo XIV las Tablas pasan a ser un símbolo sinagogal.
La desaparición del Arca creó muchas leyendas; una de ellas es que en alguna parte del desierto de Judea está el Arca con las Tablas, mas Dios no permite descubrirlas y tampoco permite detectarlas, pese a la energía que tiene el Arca, que puede matar a quien la toque sin permiso.
Otra leyenda es que el Arca está en una iglesia copta etíope de Axum (la antigua capital de Etiopía) y que llego ahí con los judíos exiliados de Judea, que escaparon a Egipto y siguieron hasta Etiopía. Un monje custodia toda su vida el gran Tesoro, y una vez al año se saca el Arca en procesión; y los historiadores y antropólogos sostienen que las medidas de esa Arca son bastante reales. También está la película “Indiana Jones y el Arca perdida”, lo que demuestra el interés constante sobre la temática del Arca y las Tablas del Pacto de Dios con el pueblo de Israel.
Todo esto es realmente fascinante, pero no nos dejemos llevar por detalles; lo realmente importante es el contenido de las Tablas y no su forma y estructura. Los eternos Diez Mandamientos son la base moral de nuestra sociedad; conocerlos y cumplirlos es lo importante, el resto es secundario.
*“Taguel Arava”, Eilat
shm111@smile.net.il
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