domingo, 27 de febrero de 2011
Irán y los derechos humanos Otra farsa de las Naciones Unidas
Por Nir Boms
* Escrito en colaboración con Mehrtash Rastegar
Mientras la policía iraní utiliza gases lacrimógenos y porras eléctricas para dispersar a los manifestantes antigubernamentales, la Comisión de la Mujer de las Naciones Unidas se prepara para recibir a la República Islámica como su miembro más reciente cuando su sesión número 56 se abra en Nueva York hoy.
Irán va a formar parte de la comisión durante un periodo de cuatro años -- aunque es seguro que se encuentra entre los países menos facultados para juzgar las acciones de los demás relativas a "la eliminación de toda forma de discriminación y violencia contra las menores" o "la igualdad entre los sexos", dos asuntos de la comisión. Más allá de los actos de violencia que comete contra los manifestantes (mujeres incluidas), están su rechazo categórico a ratificar el principal código internacional de derechos de la mujer -- la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer -- y las recientes declaraciones del Presidente Mahmoud Ahmadinejad apuntando que el feminismo es "un grito de protesta de las mujeres aplastadas por el sistema capitalista".
De hecho, muchos códigos y prácticas en Irán vulneran la protección de la mujer, el trato adecuado a las menores y la igualdad entre los sexos, basándose supuestamente en principios religiosos.
Algunos ejemplos:
o Según el Código Civil de Irán, a partir de los nueve años una menor de edad puede ser casada por su padre o su abuelo con un caballero de cualquier edad; el consentimiento de la menor es irrelevante.
o El marido tiene derecho a controlar la libertad de movimientos y el comportamiento de su mujer, y puede prohibirle aceptar el puesto de trabajo que ella elija.
o Si un hombre descubre que su mujer ha sido infiel, puede ejecutarla; sin embargo, el mismo sistema legal ejecutará a la mujer que asesine al marido si la situación es la inversa.
o Los cosméticos están prohibidos por ley, y los "escuadrones de la moralidad" de Ahmadinejad patrullan las calles, vigilando el cumplimiento estricto de la ley que obliga a las mujeres a cubrir su pelo con el hiyab. Las mujeres que sean sorprendidas no cubriendo por completo su cuerpo o con un "hiyab no homologado" serán castigadas con 74 latigazos o encarceladas durante periodos de entre un mes y un año.
o La modestia es importante, explica el clérigo iraní líder de la oración del viernes Kazem Sediqi, ya que "muchas mujeres que no se visten con modestia apartan a los jóvenes del buen camino y difunden el adulterio en la sociedad y provocan cada vez más terremotos".
o La lapidación femenina es una forma legal de castigo de las aventuras. Las mujeres tienen prohibido el acceso a la educación superior en 91 de los 169 terrenos de estudio, y se les debe impartir doctrina en aulas distintas.
o Un tribunal de apelaciones iraní ratificaba hace poco el veredicto de Maryam Bidgoli y Fatemeh Masjedi, dos mujeres activistas de los derechos humanos. Aunque se vestían con modestia, manifestaron su inquietud con respecto a los derechos de la mujer en Irán y pretendían elevar la cuestión a la atención de la Comisión de la Mujer de las Naciones Unidas. Por esto, los magistrados las condenan a seis meses "modestos" de cárcel y a abonar una multa de 200 dólares cada una.
En su fallo inapelable, los magistrados destacan que las mujeres "hacen propaganda contra el régimen" y que un factor a la hora de ratificar la pena fue la firma de una declaración que caracteriza a Irán "carente de méritos para ocupar un puesto en la Comisión de la Mujer".
A partir de hoy, Irán deja de ser motivo de debate en la comisión, para pasar a ser uno de sus jueces.
Esto es una farsa. La República Islámica no debería ocupar ningún espacio en ningún foro de debate de derechos humanos ni de derechos de la mujer -- a menos que sea el banquillo de los acusados. Los integrantes de la comisión como América, Alemania, Bélgica o Italia deberían obligar a que se respete su mandato real -- defender los derechos de la mujer -- y no los de sus opresores.
* Mehrtash Rastegar es activista iraní residente en Londres
Diario de America
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