lunes, 24 de octubre de 2011

Derivaciones del intercambio por Shalit

Derivaciones del intercambio por Shalit

Ron Ben Yishai

El trato por medio del cual se logró la liberación de Gilad Shalit, era inevitable desde el punto de vista político interno y fue, en apariencias, considerable desde el punto de vista de los riesgos de seguridad que surgen de él pero, en su esencia y sentido estratégico, se trató de una rendición; la rendición del Estado de Israel al chantaje por parte de un organismo terrorista islámico extremista que puso al descubierto el costado blando de la sociedad israelí y la sacudió con crudeza y paciencia hasta lograr casi todo lo que pretendía. Israel no solo se rindió sino que, también, festejó la humillación con un vergonzoso festival que las FDI ayudaron a producir. Rendición no es una palabra vulgar. A veces, se trata de un acto inevitable en una guerra, de largos años, contra un enemigo firme y dotado de una motivación fanática y, si bien se trata de un acto humillante y angustiante, es soportable mientras no genere una situación irreversible; es decir, siempre que esa acción no ponga en riesgo su propia existencia física (como Estado o como pueblo) y permita mantener la fuerza a fin de recomponerse para la próxima vez, en la que habrá mejor probabilidad de ganar.
El trato por Shalit es una rendición de esa característica: soportable dado que, las FDI y los servicios de seguridad, cuentan con recursos para enfrentar, con éxito, las derivaciones de seguridad y que nos ayuda a mantener la fuerza o, para ser más exactos, eleva la motivación de los soldados del ejército y de los ciudadanos de Israel en general para luchar y enfrentar las amenazas a las que se ven expuestos, sabiendo que la reciprocidad y el amor por el prójimo no son palabras huecas para la sociedad israelí.
La reciprocidad, para quien lo haya olvidado, no es solo saber que el Estado y sus ciudadanos harán todo a fin de rescatar un rehén o un secuestrado. Eso es solo una parte de la moneda. La otra cara de la reciprocidad, que también incrementó el trato por Shalit, es el reconocimiento interno de cada uno de nosotros en Israel que, cada ciudadano, es considerado importante. De aquí, que éste Estado y pueblo carguen con el sufrimiento y, si es necesario, también comprometen el cuerpo y el alma.

Pero ese hecho, tan importante para nuestro futuro y protección nacional, es solo parte de la foto integral. La evaluación de la situación realza que, todo lo – en futuro - nos espera debe tomar en cuenta la influencia del trato y sus derivaciones en la otra parte; no solo para Hamas, sino para todos los enemigos del Estado de Israel, empezando por Irán y Hezbollah y terminando entre los árabes de Israel.

Si juzgamos por las reacciones hacia el trato, es posible decir que reforzó, entre los organismos hostiles a Israel, el reconocimiento que la sociedad israelí sabe absorber las pérdidas hasta cierto punto pero no es capaz de enfrentar los dilemas psicológicos y emocionales. No solo los secuestros -cualquier acción de violencia, frente a la cual, Israel, no tenga mejor respuesta que la militar - genera en la sociedad israelí una sensación de indefensión e histeria y, por tanto, se convierte en un recurso apto que, con el tiempo, conducirá a una rendición táctica e, incluso, estratégica de los judíos y su Estado. De hecho, el trato por Shalit, otorgó vigencia a las teorías de Nasrallah: la sociedad israelí es la alegoría de la telaraña que teje la araña fácil de deshacer por medio de la producción de pérdidas y daños emocionales, aprovechando la prioridad de valores humanitarios de la sociedad occidental que obliga a Israel a desandar su respuesta sin hacer uso directo del poder especial de las FDI.

Desde el punto de vista de la retirada, por parte de Israel de la franja de seguridad de Lïbano, hubo una evidencia de esa teoría y Hamas tomó las mismas conclusiones de la retirada israelí de la Franja de Gaza. Según esa teoría, secuestros son, en casi todos los casos, un negocio redituable y vale continuar con ellos ya sea tratándose de cuerpos o de israelíes vivos. El único logro de Hezbollah en la Segunda Guerra de Líbano fue el acuerdo en el que Israel liberó a cientos de terroristas, incluido el terrible asesino Samir Kuntar a cambio de dos cuerpos. Tratos de ese tipo, y como ellos, el de Tenenbaum, generan un logro de conciencia y muestran a las masas en la calle árabe hasta dónde tienen razón los islamistas, sunnitas y chiitas, al decir “Israel solo entiende la fuerza”.

A la luz de todo ello, se sobreentiende por qué el trato de Shalit refuerza a Hamas y el camino de la lucha armada que enarbola peron al mismo tiempo, debilita a Abu Mazen, quien levanta la bandera de la lucha no violenta y la rendición de Israel por medio de la presión internacional. La victoria de Hamas, obliga a Abu Mazen a endurecer su posición e incrementa su necesidad de promover la conciliación con Hamas. Pero, la conducción de Hamas en Gaza tiende, ahora, a llegar a un acuerdo con Israel, tal como lo sostienen muchos expertos: los prisioneros liberados a la Franja no le permitirán ablandarse por lo menos no en el corto tiempo. Muchos de ellos gozan de prestigio e influencia sobre la conducción política del movimiento y sobre el brazo armado y harán todo lo posible por torpedear el orden con Israel. De aquí que, el acuerdo por Shalit, aleja la probabilidad de un trato, en un corto lapso, israelí-palestino.

Existen algunos aspectos positivos del trato desde el punto de vista de Israel. El acuerdo llevó a la significativa mejora de las relaciones con Egipto. El éxito de la mediación egipcia mostró, a los dirigentes del Consejo Militar Supremo que la relación con Israel es de valor. El acuerdo que Egipto alcanzó, permitió a la conducción militar demostrar en la calle árabe y egipcia que El Cairo puede, y sabe, ocuparse de los intereses árabes-palestinos y, si es necesario, hasta doblegar a Israel. El trato también permitió a Egipto demostrar a Estados Unidos y los países de Europa como a los países árabes moderados que es un elemento de moderación y que sabe desarticular obstáculos regionales. Todo ello reconstruye su posición y su prestigio, como líder en la región, lo que apoya la demanda egipcia hacia los norteamericanos y a los gobernantes árabes de otorgarles la ayuda económica y financiera que requieren como el aire para respirar.
La sombra que aparece sobre el tema se vincula al estrechamiento de relaciones entre Hamas y Egipto. Cabe suponer que esa relación estrecha limitará el poder de Israel de actuar, en el futuro, contra Hamas.
Otro punto positivo de las condiciones del acuerdo es la expulsión de decenas de terroristas hacia Gaza o estados extranjeros. Esto cuenta con un elemento que minimiza los riesgos de seguridad que surge de ello ya que, también, , se trata de un fuerte castigo. La desconexión de las familias y del paisaje de nacimiento, crean, para el prisionero liberado, un obstáculo afectivo y psicológico, que no muchos logran superar. La experiencia demuestra que muchos de ellos ven en un tema de ese tipo una especia de aislamiento social que los deprime por mucho tiempo.

Otro elemento positivo, se vincula al gobierno y, en especial, a Netanyahu. Todo aquel que sostuvo que Netanyahu no era capaz de ser pragmático y hacer concesiones dolorosas, debe reconocer su error. Esto es, en especial, para la atención de Abu Mazen, el gobierno norteamericano y los líderes europeos.

Lo que es necesario para Israel ahora, es sacar conclusiones del trato por Shalit. Es posible evaluar que el secuestro próximo está en camino y, entonces, conviene que esa conclusión sea tomada en cuenta con rapidez. La principal lección es que Israel debe actuar, de inmediato, frente a un secuestro en tres direcciones.
- Una, la creación y puesta en funcionamiento de un mecanismo de inteligencia-operativo especial, cuya única función sea trabajar en todos los aspectos de la liberación de rehenes o del rehén, empezando por la recolección de información sobre su lugar de captura, a través de la evaluación de opciones operativas para su liberación y hasta el apoyo en información y asesoría para la negociación. Para la puesta en funciones de ese mecanismo deben destinarse, de inmediato, recursos y gente de las FDI, los servicios de seguridad y el Mosad. Por ejemplo, en caso de secuestro en el exterior, el Mosad conducirá y, en otros casos, las FDI y los servicios de seguridad, estarían al frente.
- La segunda lección es que las FDI, con colaboración de las comunidades de inteligencia, debe tomar acciones que generen motores de presión y cartas de cambio por los rehenes. Si, por ejemplo, tras el secuestro de Shalit, las FDI hubieran ingresado a la Franja de Gaza, separándola , con rapidez, en tres secciones y diciendo que, la condición de salida, era la liberación de Shalit, es probable que la negociación, con Hamas, hubiera sido más fácil y rápida. En lugar de ello, las FDI ingresaron a la Franja e hicieron una serie de operativos sin destino claro que, en definitiva, no lograron ningún efecto. Incluso el ataque de eliminación selectiva hubiera, en apariencia, arrojado un resultado más concreto si lo hubieran hecho adecuadamente y si no hubieran estado alertas a los disparos de misiles. Acciones de ese tipo no solo que hubieran ayudado a la liberación del soldado secuestrado sino que hubiesen elevado la advertencia ante otro secuestro.
- Además, Israel debe fijar con antelación “líneas rojas”, que el gobierno no atravesará sosteniéndose en la ley. Cabe destacar que las líneas rojas deben ser reales, es decir tomaran en cuenta los antecedentes que generaron acuerdos anteriores y la sensibilidad de la sociedad israelí por la vida de sus hijos pero deben ser aceptados tras un debate público, largo y profundo, siendo bien conocidos por la otra parte, es decir para los captores potenciales y sus patrones.
- La cuarta lección, es que Israel debe sostener su palabra y amenazas. Si el Primer Ministro dijo, tras la liberación de Shalit, que los terroristas que vuelvan sobre sus pasos, “la sangre en sus cabezas”, el que venga tras él debe cumplirlo y toda palabra más es innecesaria
Si Israel toma pasos, prácticos y decisivos, para la concreción y producción de esas lecciones y lo demuestra a las familias de los rehenes, será posible – en el futuro - evitar las campañas mediáticas dañinas que alargaron la permanencia de Gilad y elevaron su precio. Ello, también hará innecesario el vergonzoso festival de rendición, del cual fuimos testigos. El acuerdo de rendición debe ser aceptado apretando los dientes y contenidos, tal como es aceptado un pésimo compromiso para el cual no hay alternativa.
Solo entre nosotros la humillación se convierte en fiesta sin tomar en cuenta el modo en que ello es interpretado por la otra parte y el daño que puede provocar.

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