lunes, 5 de marzo de 2012

Las conjeturas de un ataque a Irán

Las conjeturas de un ataque a Irán
por Masha Gabriel
1 de Marzo de 2012

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A la vista de los múltiples artículos y análisis que se vienen escribiendo de un tiempo a esta parte con respecto a un posible ataque israelí sobre Irán, sorprende un titular como el de el Nuevo Herald que el 28 de febrero de 2012 anunciaba que:

“Israel podría atacar a Irán sin aviso”


La información, proveniente de la agencia Associated Press, explicaba que “oficiales israelíes dicen que no avisarán a Estados Unidos si deciden lanzar un ataque preventivo contra instalaciones nucleares iraníes.”

Pero lo que esos “oficiales israelíes” ignorarían es que, a estas alturas, no parece demasiado relevante que Israel avise o no a Estados Unidos: cualquier ávido consumidor de información ya sabe cómo y cuándo será el ataque. Se lo explican a diario sus medios de referencia.

No importa que, tal y como Sara Lemel escribía para Prensa.com, de Panamá, “nadie a excepción de la cúpula política sabe si realmente Israel está dispuesto a golpear a Irán”, los periódicos, las radios, las televisiones buscan a diario referencias para adelantarse a los acontecimientos y poder ofrecer a su público futuribles con sabor a realidad.

Por lo general en los medios serios se mencionan analistas, militares, miembros del gobierno, etc... Y probablemente todos y cada uno de ellos sean muy fiables, sin embargo, visto en su conjunto, la sensación que se transmite es que a más información, mayor confusión.

Por ejemplo, si Israel no piensa avisar de su ataque, tal y como recogía AP, ¿cómo es posible que otros medios incidan en que Israel no puede atacar en solitario? Una de dos: o avisa y cuenta con ayuda externa, o bien no avisa a nadie y se lanza a la aventura bélica en solitario.

Con respecto al cuándo y al cómo, el 1 de febrero de 2012, Lluis Bassets hacía su personal apuesta en las páginas de El País:

“Será en verano, época guerrera por excelencia. En mitad de la campaña presidencial, con Obama y Romney enzarzados en la pelea decisiva. Un tiempo de transición, por tanto, en el que se abren las ventanas a iniciativas inusuales. Todo será muy rápido, con bombardeos de precisión realizados por aviones no tripulados. Después vendrá la respuesta, que puede convertirse en guerra. Cuando todo termine, nada será como antes.”

Por si esta información no fuera suficientemente específica, el 27 de febrero, Jonathan Marcus explicaba a los lectores de BBC Mundo Las claves sobre cómo atacaría Israel a Irán, ofreciendo todo lujo de detalles acerca de cómo llegar a la zona, cuáles son los objetivos, qué obstáculos pueden encontrarse, etc… Sólo que si Bassets vaticinaba sin ninguna sombra de duda que serían “aviones no tripulados” los responsables del ataque, para Marcus, serán “aviones de combate”.
El “cuándo” en concreto es también altamente esclarecedor. Las fechas oscilan entre:

- Invierno: concretamente las fuentes del Foreign Office anunciaron el ataque para diciembre de 2011 (parece que esta predicción no se habría cumplido)

- Primavera: es la estación elegida por Leon Panetta, secretario de Defensa norteamericano

- Verano: según el artículo de Lluis Bassets y según militares iraníes

- Otoño: según Al-Jazeera

Es interesante observar cómo en estos artículos y análisis abundan los “ex miembros” de algún servicio de inteligencia. Desde el ex jefe del Mossad, Meir Dagan, quien alertó de que “un ataque contra Irán provocaría una guerra”, algo no muy difícil de prever, hasta antiguos miembros de la CIA como Robert Baer, quien aseguró tener evidencias “sobre un posible ataque israelí a Irán en septiembre próximo”.
Con respecto a la probabilidad de que el ataque se lleve a cabo, algunos como el presidente Barak Obama no lo dan por seguro, mientras que a otros como al secretario de Defensa Panetta, no les cabe la menor duda.

Pero, a pesar de la incertidumbre, analistas como Jose Ignacio Torreblanca ya dibujan un panorama devastador para el día después, en el que aprovechan para criticar a Israel sobre algo que aún no ha pasado:

“El bombardeo de Irán por parte de Israel representará un fracaso de primera magnitud. Ese fracaso es un tren que todo el mundo en Europa ve venir pero sobre el que nadie sabe, puede o se atreve a hacer mucho. En la mayoría de las capitales europeas se tiene la sensación de que Israel está manipulando muy efectivamente la situación para que aceptemos el bombardeo como inevitable.”

Lo que es curioso es que apenas se han podido leer análisis sobre qué pasaría si Irán consiguiera tener el arma nuclear, o si Irán decidiera atacar primero. Esto último es algo no descartado por los propios iraníes, pero que no parece entrar en la moda de los “artículos predicción”.

Otro tema importante es saber si la amenaza iraní es real o no. En un mismo medio, podemos encontrar lecturas diametralmente opuestas. Así si El País se hacía eco un de las “graves preocupaciones respecto a las posibles dimensiones militares del programa nuclear de Irán” del Organismo Internacional de la Energía Atómica, otro día un editorial aseguraba que “el Pentágono carece de indicaciones de que Irán haya decidido desarrollar el arma atómica”. ¿Las "graves preocupaciónes" de la OIEA no pueden ser consideradas como un "indicio"?

Más sorprendente es la afirmación de Gustavo Sierra en el diario Clarín acerca de que “Irán cuenta con un ejército de un millón de efectivos y ojivas nucleares capaces de llegar con cargas nucleares a Israel.”

Y cuando la mayoría de los profetas del desastre ya habían analizado los ataques, las respuestas y los resultados, recientemente, la última infiltración “made in Wikileaks”, consistente en la difusión de más de cinco millones de correos electrónicos de la compañía privada de Stratfor Global Intelligence, desvelaba que hace un tiempo que “comandos israelíes destruyeron, con la ayuda de rebeldes kurdos, prácticamente toda la infraestructura nuclear de Irán”. Esta última información, que rebajaría un poco la tensión mediática reinante, sin embargo apenas tuvo eco en los grande periódicos.

Puede que este fenómeno lo expliquen reflexiones como la del escueto análisis acerca de los artículos “premonitorios” de Guerras Posmodernas, blog centrado en conflictos armados en el siglo XXI. En su entrada El ataque de los analistas pésimos afirma que “decir que no viene el fin del mundo no te vuelve interesante”.

Y es posible que como lo que “no es interesante no vende”, los medios intentan mantener el interés de sus lectores especulando acerca de una posible confrontación bélica, sin realmente detener todas las claves para saber lo que ocurre, ni mucho menos lo que va a ocurrir.

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