lunes, 7 de julio de 2014

"Está en nuestras manos poner un fin al derramamiento de sangre"



 · 
7 de julio de 2014
El Presidente saliente de Israel y el presidente electo instan a judíos y árabes a frenar la violencia, la incitación y a creer en su capacidad de vivir juntos.
Por Shimon Peres & Reuven Rivlin
 y daña a la gente inocente.
Un conflicto nacional no justifica actos de terrorismo. Los actos de terrorismo no justifican la venganza. La venganza no justifica la destrucción, los saqueos y la desolación. Incluso en vistas de la rabia y la frustración, la violencia y el dolor, las cosas pueden hacerse de manera diferente. Las cosas deben hacerse de manera diferente.
Al oir los sonidos, ahora silenciosos llantos de Shelly, Naftali, Dil-Ad, Eyal y Mohammed- nuestros niños- nadie debería permanecer en silencio aquí. Ellos clamaron, y nosotros clamaremos por ellos.
En el Estado de Israel no hay diferencia entre una sangre y otra. El Estado democrático de Israel santifica el derecho moral a la vida y la igualdad de derecho que cada persona tiene a ser diferente. El asesinato de un niño o una niña, judío o árabe, es un acto inaceptable.
Los rastros de los asesinos no serán borrados, no habrá ninguna cobertura ni las cosas serán barridas bajo la alfombra. Los criminales que asesinaron y se llevaron vidas humanas serán capturados y castigados con toda la severidad de la ley.
Tenemos la elección: dar al mundo una visión que los racistas y extremistas están colocando frente a nosotros, o combatirla hasta el punto de la total eliminación; abandonarnos al salvaje y brutal terrorismo musulmán o judío – o poner fin al mismo de todas las maneras posibles.
Se nos permite discutir. Incluso tenemos que hacerlo. Nosotros, todos nosotros, tenemos todas las maneras para expresar nuestro dolor, nuestra opinión y nuestra visión del mundo. Pero la incitación no es el modo. La acusación colectiva no es una solución.
Es nuestro deber detener el camino de la incitación. Debemos comprender que no tenemos otro camino más que vivir juntos. El derramamiento de sangre solo frenará cuando nos demos cuenta de que no hemos sido sentenciados a vivir juntos, sino destinados a hacerlo. Toda vacilación/ indecisión o compromiso sobre este tema llevará al deterioro que puede ser desastroso no solo para nuestra vida juntos, sino para nuestra vida actual.
La historia de nuestro pueblo nos ha enseñado que las palabras pueden matar. Nos estamos ahora dirigiendo hacia todos y cada uno de los ciudadanos en nuestro país: respeten la ley y observen lo que dicen. En este momento no debemos ser arrastrados hacia la incitación que nos llevará hacia una pendiente de odio y animosidad- que no es nuestro camino.
Aspiramos vivir en paz entre nosotros y permitir que nuestros vecinos vivan en paz. Debemos ser una nación unida en su restricción  y estilo.
Esos días, del mes de Ramadan y en vista de las tres semanas del periodo de Bein Hametzarim, deberían ser días de tolerancia y construcción, no días de destrucción. Instamos a todos y a cada uno de nosotros – sean árabes o judíos-  a parar.
Este es el momento para elegir el camino conjunto. Este es el momento para hallar lo que nos une y no lo que nos divide. Este es el momento para creer en nuestra capacidad para vivir juntos, en esta tierra.
No tenemos otra opción, no tenemos otra tierra. Es tiempo de evitar el próximo derramamiento de sangre.
Está es nuestras manos.

Fuente: Ynet

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.