lunes, 1 de septiembre de 2014

CULTURA

                                      **La Nieve Como Testigo**


Que la nieve cubra los jardines, las flores y los árboles; pero no dejemos que
cubra la historia que nació en una noche de frío, noche serena, con grandes
estrellas, que fueron testigo de nuestro repentino amor…
Y esa noche, con el lago como marco, se vieron las olas, como nunca se ven,
era el palpitar del corazón del agua que cabriolaba y producía olas, dignas de
un mar; todo un fenómeno, en el lago del sur…
La noche muy fría, el viento en calma, la luna, como faro, alumbraba nuestro
amor; amor recién nacido y que mañana, al partir el tren, moriría dejando su
osamenta, junto al hombre que la verá partir…
La hora ha llegado, la luna no está, el hombre parado en el anden, la toma en
sus brazos y le hace promesas, mientras besa sus labios, sus ojos, su pelo y le
jura que se ha enamorado, que sin ella no quiere vivir…
Ella no responde, está agitada y asustada, por ese amor que ha encontrado, tan
lejos de su casa, y el dolor que siente ya que debe partir; lo ve muy enamorado
y eso le da el coraje para confiar en él…
El verano a regresado, la nieve partió, los jardines, flores y árboles vuelven a
tener el verdor; la rosa mosqueta adorna las calles, el sol caliente la tierra, el
lago cambió su color; los turistas, contentos y alegres, vuelven a tomar el control…
En unos meses el invierno volver con una historia para recordar…
¿ Ella volverá ?
¡ El espera, como siempre esperó, la nieve a la cita no faltará ¡

Mario Beer-Sheva

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