lunes, 29 de septiembre de 2014

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La conspiración internacional para proteger a Steven Sotloff

El periodista israelí Steven Sotloff (Z”L) momentos antes de ser asesinadoEl periodista israelí Steven Sotloff (Z”L) momentos antes de ser asesinado
El periodista Steven Sotloff, decapitado por la organización Estado Islámico, debía ocultar su condición de judío e israelí cuando trabajaba en Oriente Medio, y más aún, durante el cautiverio. Sus amigos se organizaron para no permitir que esta información llegara a sus captores, con una red de 150 personas y la ayuda de editores y periodistas de distintos lugares del mundo.
Oren Kessler, periodista israelí que vive en Londres, habló por última vez con Sotloff tres días antes de su secuestro en Siria. “Él bromeaba con los peligros y decía que si se le presentaba algún problema se hacía musulmán y listo”, le dijo Kessler a Radio Kol Israel.
El día en que tuvo lugar esa útlima conversación Steven Sotloff estaba en la frontera de Turquía y Siria, rumbo a Aleppo. “Le dije que tuviera cuidado porque allí hay muchos yihadistas, y él me respondió que están por todas partes, y que él va a buscar otras historias. Le recomendé que se cuidara mucho. Se rió, me dijo que él se presentaba como checheno y que todo estaría bien. “
Hace un año, poco después de su secuestro en Siria, un grupo de amigos de Sotloff se organizó para borrar toda referencia a su condición de judío y ciudadano israelí de la red. Más de 150 personas, de diferentes lugares del mundo y que hablan 20 idiomas diferentes, buscaron toda publicación en Internet, incluyendo Facebook y Twitter que pudiera relacionarlo con Israel o la comunidad judía.
Entre otras cosas, fueron borrados artículos que había escrito en el Jerusalem Report y otros medios y toda referencia a su origen, en un intento de sus amigos – y amigos de sus amigos – de protegerlo ante la sospecha de que si los secuestradores lo descubrían ello agravaría aún más su situación. Sólo después de la difusión pública del video de su decapitación se supo la verdad sobre su origen.

“Teníamos dos misiones”, cuenta uno de sus amigos al diario Yediot Ajaronot. “La primera era ubicar a todos sus amigos alrededor del mundo, y tenía muchos, para que no hablen con la prensa. Además, tuvimos que convencer a los periodistas que escribían sobre él para que cooperen y borren cualquier referencia a Israel o su condición de judío, para que sus captores de ISIS no lo supieran”.
“Encontramos en Internet artículos en los que Steven hacía referencia al judaísmo y hablamos con periodistas y editores. Logramos quitar un párrafo de una nota en el New York Times y artículos de varios medios en Florida. Los periodistas y editores estuvieron de acuerdo en proteger la vida de Steven”, explica el amigo de Sotloff.
Otro de sus conocidos explicó que “los medios comprendieron el peligro y aceptaron nuestro pedido. Descubrimos que a los periodistas les importaba su vida y en todo el mundo había cómplices de nuestro secreto. Estados Unidos ni siquiera le pasó esta información al gobierno de Israel”.

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