martes, 9 de septiembre de 2014

La lider xenófoba Marine Le Pen está a las puertas del poder, en Francia




" La extrema derecha está en las puertas del poder en Francia”. La franca admisión fue lanzada ayer por el primer ministro francés, Manuel Valls, en la ciudad italiana de Bologna, durante una reunión de la izquierda europea. Junto a él estaba el primer ministro italiano, Matteo Renzi y los líderes socialdemócratas de la Unión.

En una semana negra para el presidente François Hollande, con la aparición del libro de su ex, Valérie Trierweiler, que destroza su reputación y ataca la investidura presidencial y con más llamados a dimisión presidencial o a la disolución de la Asamblea Nacional, la advertencia del premier está basada en las encuestas publicadas ayer por el diario Le Figaro. En ellas se ve a la cabeza al Frente Nacional y a su líder Marine Le Pen para las elecciones presidenciales de 2017.

Sin antecedentes en Francia.

“Nosotros debemos actuar de otro modo. Y hablar de otro modo. Para ser escuchados y entendidos. Nosotros sabemos cuál será el precio terrible de nuestro fracaso. En Francia, la extrema derecha y Marine Le Pen están en las puertas del poder”, dijo Valls, durante un discurso pronunciado en la Fiesta de la Unidad en Bologna.

“¿Cuándo en las encuestas de opinión, aun si la elección presidencial será en tres años, Marine Le Pen está con un crédito de 32% en la primera ronda de la elección presidencial? Cuando en una hipótesis (en caso de balotaje con François Hollande) ella podría incluso ganarla, ¿uno necesita una crisis institucional para tener en cuenta que mañana el Frente Nacional esté en las puertas del poder?” se preguntó Valls. E insistió en su discurso sobre la necesidad de “un profundo cambio” en la izquierda francesa, en una evidente modernización de su mensaje ante el avance del populismo de Le Pen. “Y como hombre de izquierda, no podré jamás resignarme a eso. Son los más débiles los primeros que van a sufrir, será un golpe terrible, puede ser fatal para Europa”, continuó.

Valls no escondió la gravedad de la crisis en Francia ante la amenaza del Frente Nacional y el debilitamiento de la figura de Hollande en Francia, donde el 85% de los franceses no lo quiere como candidato en las elecciones presidenciales del 2017. “Cada uno debe estar a la altura de su responsabilidad para evitar una crisis institucional”, dijo. Fue después de que los periodistas lo interrogaran sobre el posible escenario de una disolución de la Asamblea Nacional, ante el desprestigio de Hollande, su imagen y la división de la mayoría socialista por las diferencias con las políticas que él y Hollande quieren implementar, que sus pares del PS consideran “socioliberales”.

El premier está convencido de que “la izquierda moderna es la buena respuesta para nuestro país”. Es un deseo porque el partido socialista francés es el único que no se reformó en Europa al ritmo de la globalización, como el laborismo británico o el español. “Es por eso que no hay que detenerse, que no hay que dejarse impresionar. Todavía menos por aquellos que se proclaman gaullistas y ellos mismos proyectan poner abajo las instituciones de la república”, dijo. Una clara referencia a los gaullistas de la UMP. De Bologna a Túnez, en el mismo día. En su primer viaje fuera de la Unión Europea, Valls volvió a aprovechar una pequeña reunión ante la comunidad francesa para insistir en la necesidad de “reformar” a Francia.

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