lunes, 5 de enero de 2015

¿ Por Que Creo En Dios?
04 de enero de 2015 y no hay nada nuevo bajo el Sol.
Desde este jueves también transcurren rutinaria e inexorablemente nuestras humanas vidas por todos los misteriosos y repetitivos senderos de la historia, los cotidianos caminos de todos los días, de todas las generaciones, incluida la nuestra:
"Generación va y generación viene, más la Tierra permanece siempre igual. El Sol se levanta, y se pone el Sol, y vuelve a su lugar y nace de nuevo. Lo que fue y lo que ha de ser, lo que se hace, eso se volverá a hacer. No hay nada nuevo bajo el Sol." Eclesiastés 1:4
Sabemos que los ateos son los poseedores de la creencia en la inexistencia de dioses o deidades en cambio los agnósticos son aquellos que no se reconocen como ateos pues consideran inaccesible al entendimiento humano todo conocimiento de lo divino y de aquello que trasciende la experiencia pero ¿que significa realmente ser un creyente?
De Albert Einstein: "La cosa más bella que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de toda verdad y ciencia. Aquel para quien esa emoción es ajena, aquel que ya no puede maravillarse y extasiarse ante el miedo, vale tanto como un muerto: sus ojos están cerrados... Saber que lo impenetrable para nosotros existe realmente, manifestándose como la prudencia máxima y la belleza más radiante que nuestras torpes capacidades pueden comprender tan sólo en sus formas más primitivas... Este conocimiento, este sentimiento, se encuentran en el centro de la verdad religiosa. En ese sentido, y sólo en ese sentido, pertenezco a las filas de los hombres religiosos devotos". "Lo que creo",1930.
Desde 1925 comenzó una gran confrontación científica de dimensiones universales sobre el átomo y la mecánica quántica entre el ciudadano danés Niels Bohr y el todavía ciudadano alemán Albert Einstein.
Albert Einstein inquirió: “Dios no juega a los dados, el Señor es sutil pero no malévolo”. Bohr respondió: “Einstein, deje de decirle a Dios lo que tiene que hacer”.
Según el psicólogo Carl Jung, Bohr y Einstein constituirían las antípodas en cuanto a la estructura de sus pensamientos, dos formas antagónicas de abordar desde sus mentes a eso que nosotros llamamos “la realidad”.
Bohr lo hacia desde la sensatez, priorizando lo concreto, lo verificable y lo medible en cambio Albert Einstein era decididamente intuitivo pues observaba al mundo con una visión realista y lógica pero el diálogo entre ellos fue posible, gracias a que compartían algo en común.
De Albert Einstein: "No soy ateo, y no creo que pueda llamarme panteísta. Estamos en la posición de un niño que entra en una biblioteca llena con libros en muchos lenguajes diferentes. El niño sabe que en esos libros debe haber algo escrito, pero no sabe qué. Sospecha levemente que hay un orden misterioso en el ordenamiento de esos libros, pero no sabe cuál es. Me parece que esa debería ser la actitud de incluso los seres humanos más inteligentes hacia Dios. Vemos el universo maravillosamente ordenado y obedecemos ciertas leyes, pero sólo entendemos levemente estas leyes. Nuestras mentes limitadas captan la misteriosa fuerza que mueve las constelaciones…"Glimpses of the Great", G. S. Viereck, 1930.
¿Porque hoy, los seres humanos tendemos a creer poco en Dios?:
"Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿Debemos aparecer dignos de ella?". De Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125-
He aquí uno de los mas sólidos fundamentos del porque los seres humanos tendemos a creer poco en Dios: Hemos querido matar a Dios y lo hemos identificado en nuestro semejante, esto esta extraordinariamente descripto en el aforismo nietzscheano de "El frenético" o "El hombre loco":
"¿No oísteis hablar de aquel loco? que en la mañana radiante encendió una linterna, se fue al mercado y no cesaba de gritar: "¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!"! Y como allí se juntaban muchos que no creían en Dios, él provocó grandes carcajadas. ¿Se habrá perdido?, decía uno. ¿Se ha escapado como un niño?, decía otro. ¿O estará escondido? ¿Le hacemos miedo? ¿Se embarcó?, ¿emigró?, gritaban mezclando sus risas. El loco saltó en medio de ellos y los atravesó con la mirada. «A dónde fue Dios? -exclamó-, voy a decíroslo. Nosotros lo hemos matado -¡vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos!".
Pero, ¿En que creo hoy, en enero del 2015?
Creo en la plegaria fundamental del judaísmo, la esencia de la fe monoteísta, la piedra angular de la Torá: "Oye, Israel, el señor es nuestro Dios, el señor es Uno" (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, ה' אֱלֹהֵינוּ, ה' אֶחָד; Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad Deuteronomio 6:4).
Dr. Guido Maisuls
Escritor y periodista.
Periodismo de opinión e investigación.

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