Sentido homenaje en AMIA a las víctimas de la Shoá
Itongadol.- El concurrido acto con el que AMIA conmemoró hoy el Día Internacional de Recordación del Holocausto contó con varios momentos de emoción y de sentido homenaje. Uno de ellos fue cuando se encendieron simbólicamente 6 velas para recordar a las 6.000.000 de víctimas y mártires perseguidos y asesinados por la barbarie nazi.
La primera vela fue encendida en memoria de las familias enteras que fueron aniquiladas y que yacen en tumbas anónimas. Ante un auditorio que siguió la ceremonia en silencio, la segunda vela fue encendida en memoria del millón y medio de niños masacrados por el régimen nazi.
En honor a todas las comunidades arrasadas durante la Shoá, junto a sus acervos culturales, se realizó el encendido de la tercera vela. Con el encendido de la cuarta vela, se rindió tributo a los hombres, mujeres y jóvenes casi niños que combatieron como héroes para defender la dignidad de la vida.
La quinta vela fue en agradecimiento a los justos entre las naciones, todos aquellos seres humanos no judíos que se pusieron de pie y arriesgaron sus vidas por rescatar judíos de la muerte.
Por último, el testimonio de los sobrevivientes de aquellos años de oscuridad estuvieron representados por la luz de la sexta vela.
Después del minuto de silencio que se ofreció en homenaje a los 6.000.000 de judíos asesinados por el régimen nazi, las palabras de Eugenia Rotsztejn de Unger, sobreviviente del Holocausto, conmovieron al auditorio.
“Hoy para mí es un día muy especial porque soy una sobreviviente del campo de Auschwitz", se presentó ante los asistentes. "¿Cómo es posible contar a las personas lo que mis ojos vieron? Casi dos años viví y morí en Auschwitz", expresó Rotsztejn de Unger recordando aquel horror.
"Cómo se puede vivir después de haber estado casi dos años en Auschwitz". "Ningún sobreviviente puede sentirse completamente liberado", dijo ante los presentes, con la voz ya quebrada por la emoción.
Eugenia confesó que la pregunta acerca de "por qué vivir" es inevitable. Luego comprendió –aseguró– que había que seguir para "cumplir con una misión", para transmitir lo que pasó para no olvidar, “para transmitir a los jóvenes lo que significó la Shoá."
La primera vela fue encendida en memoria de las familias enteras que fueron aniquiladas y que yacen en tumbas anónimas. Ante un auditorio que siguió la ceremonia en silencio, la segunda vela fue encendida en memoria del millón y medio de niños masacrados por el régimen nazi.
En honor a todas las comunidades arrasadas durante la Shoá, junto a sus acervos culturales, se realizó el encendido de la tercera vela. Con el encendido de la cuarta vela, se rindió tributo a los hombres, mujeres y jóvenes casi niños que combatieron como héroes para defender la dignidad de la vida.
La quinta vela fue en agradecimiento a los justos entre las naciones, todos aquellos seres humanos no judíos que se pusieron de pie y arriesgaron sus vidas por rescatar judíos de la muerte.
Por último, el testimonio de los sobrevivientes de aquellos años de oscuridad estuvieron representados por la luz de la sexta vela.
Después del minuto de silencio que se ofreció en homenaje a los 6.000.000 de judíos asesinados por el régimen nazi, las palabras de Eugenia Rotsztejn de Unger, sobreviviente del Holocausto, conmovieron al auditorio.
“Hoy para mí es un día muy especial porque soy una sobreviviente del campo de Auschwitz", se presentó ante los asistentes. "¿Cómo es posible contar a las personas lo que mis ojos vieron? Casi dos años viví y morí en Auschwitz", expresó Rotsztejn de Unger recordando aquel horror.
"Cómo se puede vivir después de haber estado casi dos años en Auschwitz". "Ningún sobreviviente puede sentirse completamente liberado", dijo ante los presentes, con la voz ya quebrada por la emoción.
Eugenia confesó que la pregunta acerca de "por qué vivir" es inevitable. Luego comprendió –aseguró– que había que seguir para "cumplir con una misión", para transmitir lo que pasó para no olvidar, “para transmitir a los jóvenes lo que significó la Shoá."
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