lunes, 23 de febrero de 2009

NETANYAHU BUSCA ARMAR GOBIERNO


Le he pedido al diputado Binyamin Netanyahu que forme el gobierno de Israel, y tras escuchar el pedido de los partidos políticos para que se forme una coalición amplia, le he pedido al señor Netanyahu que su próximo gobierno se vea reflejado en este principio”, dijo Shimón Peres en conferencia de prensa tras entregar el nombramiento al líder del Likud. Netanyahu ha hablado con Livni para fijar una reunión para este domingo” “Usted sabe lo que opino – le dijo Livni – pero no veo ningún impedimento para que nos encontremos”.


De acuerdo a las declaraciones escuchadas durante el mediodía de hoy, Kadima se parece muy dispuesta a entrar en una coalición con el Likud. El diputado de Kadima Shlomo Molla: "Debemos dejar que Bibi forme un gobierno con una coalición estrecha", declaró antes de precisar, "no debemos dejarnos comprar por ofrecimientos de cargos ministeriales, debemos ser fuertes y servir a la nación como oposición porque tenemos los medios para hacerlo y nuestro camino nada tiene que ver con el de Bibi y sus amigos de la extrema derecha".

La amargura y la resignación podían observarse en las declaraciones de Tzipi Livni tras reunirse con Shimón Peres: "Quien está dispuesto a hacer caso omiso a todos sus valores a fin de entrar en una coalición no es digno de sentarse en ella". Livni agregó que una coalición con "Bibi" sufriría "una carencia de visión política, una coalición que no me permitirá actuar de acuerdo a los valores de Kadima", afirmó la líder del partido centrista.

Tras su nombramiento, Netanyahu declaró que, ante todo, “quería llegar a un acuerdo de unidad nacional con Tzipi Livni y Kadima y con el Partido Laborista de Ehud Barak”. A partir de ahora deberemos observar si los acuerdos previos contraídos por Netanyahu con los partidos nacionalistas y las agrupaciones religiosas serán desechados para permitir la entrada de Livni.

¿Entrará Tzipi Livni en un gobierno de unidad nacional con el Likud? Su exigencia es clara… “deseamos un gobierno de unidad nacional con rotación”. Tras el nombramientode Netanyahu por parte de Shimón Peres, la exigencia de una “rotación” parece más bien anacrónica.

Para que Tzipi Livni entre en un gobierno de unidad nacional junto al Likud serían necesarios tres premisas: 1) Binyamin Netanyahu debería comprometerse a continuar con el proceso de Annápolis, 2) Netanyahu debería distribuir el poder a medias con Kadima. Esto se traduciría en una distribución pareja en los principales ministerios del próximo gobierno. 3) “Poder de veto”. En algunos temas, Netanyahu debería comprometerse a permitir que su principal socio en la coalición imponga un poder de veto hacia ciertas políticas.

Dentro de Kadima comienzan a escucharse dos voces: algunos diputados que pretenden convencer a Tzipi Livni a unirse al gobierno para poder influenciar desde adentro y por una cuestión de responsabilidad nacional. La segunda voz la dirige justamente Tzipi Livni. Por razones personales o ideológicas (o por una mezcla de ambas), la líder de Kadima prefiere encabezar la oposición.

Netanyahu podría ofrecerle a Tzipi Livni y a Kadima el Ministerio de Economía y el de Relaciones Exteriores. Además, el cargo de Vice Primer Ministro para Tzipi Livni.

El Partido Laborista no parece muy entusiasmado en entrar en un gobierno en donde sería una cuarta y secundaria voz con poco poder de influencia. “Avodá” parece decidida a reconstruirse desde la oposición.

Los que si han opinado son los líderes del Hamas. “Nosotros no diferenciamos entre Livni y Netanyahu” – afirmaba un líder del Hamas en Al Jezzira – “todos son enemigos del pueblo palestino y son todos terroristas. El nombramiento de Netanyahu es un mensaje y un aprendizaje para los que confiaron en la paz”.

Binyamin Netanyahu dispone ahora de cuatro semanas (28 días) para formar el gobierno de Israel. De no lograrlo, puede disponer de otros 14 días.

Es verdad… las principales pruebas deben ser aportadas por el líder del Likud. Netanyahu debe demostrar, con sus ofertas a Kadima, que realmente está interesado en renunciar a sus principios para lograr el apoyo de Tzipi Livni.

Asesores político de Tzipi Livni le aconsejan rechazar las ofertas del Likud, ir a la oposición y esperar a que dentro de un año fracase el gobierno de derecha de Netanyahu y sea la propia Livni la que se transforme en la alternativa deseable.

En el camino, la opinión pública israelí, deseosa de un gobierno de unidad nacional que haga frente a los muy importantes desafíos del país, puede presionar a Kadima o a una parte importante de sus principales figuras, a unirse a la coalición. La presión y las posiciones de varios líderes de Kadima podrían terminar desmembrado el partido que hasta el momento… “le dice no a las declaraciones de Netanyahu”.

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