lunes, 23 de febrero de 2009
Shahar Peer: "Yo no mezclo política y deporte"
Itongadol.- Shahar Peer, sin visado para jugar en Dubai por ser israelí, reclama "que las cosas cambien".¿Y la falta de apoyo de sus compañeras? ¿Qué le parece que ninguna haya boicoteado el torneo? ¿Por qué la WTA, que organiza el tenis femenino, no lo ha suspendido? Sólo varios patrocinadores y Andy Roddick, el campeón actual en la categoría masculina, han renunciado a su presencia en Dubai como protesta por su exclusión. "No estoy de acuerdo con lo que ha pasado", dijo el de Alaska.El guardaespaldas con pistola se había convertido en una sombra constante. La madre, temblando, "con miedo", en un lejano y firme recordatorio. Y la consecución del visado, en una odisea de gestiones diplomáticas y presiones bajo la mesa. Así transcurría la vida de la judía Shahar Peer mientras se convertía en la primera tenista israelí que jugaba un torneo en el golfo Pérsico. Ocurrió en 2008, cuando disputó el de Doha, en Qatar, y debía haber vuelto a ocurrir la semana pasada en Dubai. No fue posible. A Peer, número 45 del mundo, el Gobierno local le negó la entrada: por judía e israelí, ponía en peligro la seguridad del torneo, según la organización. "Siempre lo he dicho", explicó Peer a este diario en un correo electrónico; "yo no mezclo deporte y política. No hablo de política. Soy tenista. Creo que el deporte es una gran plataforma para conectar a la gente y romper barreras"."Es una injusticia", dijo Peer al conocer la decisión; "espero que las autoridades se aseguren de que no me hagan más daño. Éste es un momento muy difícil".
Peer, una deportista sometida al yugo de la política, no es una tenista cualquiera. Tzipora Obziler, la jugadora que la guió en sus primeros años en el circuito, se dedicó a transcribir informes secretos sobre Líbano durante los dos años de servicio militar obligatorio. Su hermano Shlomi, que hoy organiza su agenda, sirvió en las posiciones más avanzadas del ejército israelí durante la mili. Y ella misma, antes de ver cómo el torneo de Dubai era sancionado con 300.000 dólares por su exclusión (más de 235.000 euros, la multa más alta de la historia), se fotografió sonriente y orgullosa con el uniforme del ejército. "Tenemos un programa especial para deportistas que nos permite viajar y cumplir luego con unas cuantas horas del servicio militar cada vez que estás en casa, todos los días menos el viernes y el sábado", explica; "eso ni me daña ni me ayuda. Una gran parte del tenis, de cualquier deporte, es ser fuerte mentalmente y yo intento serlo tanto como pueda".
Fuerte. Áspera. Peer, de 21 años, es pura adrenalina. Grita en la pista. Fuera, calla y no opina. Esto es lo que dice la lista de sus heridas, el inventario de ofensas por razón de su nacionalidad o religión previo a su exclusión del torneo de Dubai. Enero de 2009. Israel invade Gaza. Peer juega contra la rusa Dementieva en Auckland (Nueva Zelanda). Una veintena de aficionados la abuchea y la persigue; la insulta, cuentan, y luego comienza un diálogo tirante con su padre en Internet.
"En este caso, no me afectó", rebate Peer, siempre diplomática. No piensa lo mismo Dementieva. "Recuerdo aquella manifestación", dijo la rusa; "lo siento mucho por ella. Estoy triste. Le importa de verdad lo que está pasando entre Israel y Palestina. Para ella, es una situación muy dura y se la toma muy en serio".
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