domingo, 13 de febrero de 2011

Los expedientes de Megrahi

Luego de la liberación en agosto de 2009 de una prision escocesa del condenado atacante de Lockerbie Abdel Baset al-Megrahi, el entonces Primer Ministro Gordon Brown tuvo dificultades para distanciarse a el y su gobierno de la decision. "Nosotros no tuvimos ningún rol en la toma de la decisión sobre el futuro de Megrahi", dijo en ese momento. "Fue una cuestión sobre la que no podíamos interferir y no tuvimos control sobre el resultado final."
En un sentido puramente legalista, las declaraciones de Brown fueron precisas: La decisión de liberar a Megrahi en última instancia pertenecen a, y fue realizada por el Ejecutivo escocés liderado por Alex Salmond, y su ministro de Justicia, Kenny MacAskill.
Pero como una caché de documentos publicados por la Oficina del Gabinete esta semana deja en claro, las observaciones del Sr. Brown ocultaron un engaño más grande. Entre finales de 2008 y la transferencia de Megrahi de regreso a Libia, donde permanece muy vivo más de un año después que se esperaba que hubiera muerto de cáncer, el gobierno de Brown buscó activamente y facilitó la liberación de Megrahi. Si no fue más descarado en su cabildeo en nombre del libio, fue sólo porque estaba jugando un juego más sutil.
Según los documentos, el gobierno proporcionó a Edimburgo una "información sobre países" sobre Libia en diciembre de 2008. La sesión informativa informó al Ejecutivo escocés que "Libia ha dejado claro que si Megrahi fuera a morir en la cárcel esto tendría consecuencias graves para la relación con el Reino Unido."
La nota continúa: "Sobre la base de las advertencias de los ministros sobre Libia y el comportamiento pasado de Libia, es posible que si Megrahi fuera a morir en prisión desde Libia puedan considerar medidas de represalia en el Reino Unido." Exactamente qué era lo que tanto temía la Oficina del Exterior del Reino Unido, nunca lo sabremos. Lo que sigue son dos tercios de una página de texto oscurecido, la más grande censura en el archivo de 147 páginas publicado el lunes. Pero en otro punto la Oficina del Exterior escribió que Libia "ha dado indicaciones específicas de que significaría esta represalia. Nosotros evaluamos esto y el riesgo de represalias de Libia como auténticos y las consecuencias como serias."
En el informe de la Oficina del Gabinete que acompaña a los archivos, el secretario del gabinete, Gus O'Donnell absuelve al gobierno de Brown de "haber presionado al gobierno escocés para la transferencia o liberación del Sr. Megrahi," pero esto también parece cierto sólo en el más estricto sentido legal. A finales de 2008, Bill Rammell, entonces Ministro de Estado en la Oficina del Exterior, señaló en un memorando: "El plan de juego debe ser el PTA [Acuerdo de Transferencia de Prisioneros] como vehículo para su transferencia en enero."
Unas pocas semanas más tarde, otro memorando de la Oficina del Exterior declaró que "Facilitar el contacto directo entre los libios y el Ejecutivo escocés es una parte clave de nuestro plan de juego respecto a Megrahi." Y también: "Sirve a nuestros intereses sensibilizar al Ministro escocés ante la relación bilateral más amplia. Un informe de país cuidadosamente elaborado y una evaluación de los riesgos para el Reino Unido del expediente de Megrahi cumpliría este requisito sin que se.... interpretase como un intento por influir indebidamente en las decisiones futuras de los ministros escoceses." Y el Sr. Rammell otra vez, en diciembre de 2008: "Tenemos que asegurar que el gobierno escocés esté en mejor posición para entender la dificultad/sensibilidad de este tema."
Como un memorando de septiembre de 2008 del Ministerio de Justicia dijo, "Ha sido claro desde el principio [mayo 2007] que los negociadores de Libia y del gobierno están presionando por el PTA por una sola razón y es asegurar la transferencia de al -Megrahi a Libia." Y a partir de 2007, el Gobierno escocés había insistido en que cualquier PTA con Libia excluiría explícitamente a Megrahi porque temía que, de lo contrario, pasaría a estar bajo insoportable presión para conceder una solicitud para su traslado.
En los primeros días, los negociadores británicos insistieron en la exclusión de Megrahi. Un memorando de esa epoca de la Oficina del Exterior expresaba su preocupación que ceder a las demandas de Libia mostraría que Gran Bretaña era "susceptible a presión comercial," y que ello sentaría un mal precedente para futuras negociaciones con Libia y otras naciones.
Pero al final, la amenaza que los acuerdos con British Petroleum y los contratistas de defensa británicos serían revocados superó los escrúpulos que el gobierno de Brown tenía inicialmente. En el transcurso de los dos años siguientes, la intransigencia de los libios inclinó primero al gobierno británico ante su voluntad y al final obtuvo el premio que buscaba - la liberación de Megrahi.


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Hablando de "presión comercial," el señor Brown no fue la única figura en este asunto que ha mostrado una aptitud para la negación finamente elaborada. En julio del año pasado, British Petroleum dijo a este diario que "BP no participó en los debates con el gobierno del Reino Unido o el gobierno escocés sobre la liberación del Sr. Megrahi".
Pero como el Sr. O'Donnell refiere en su informe, BP estuvo en contacto con el señor Straw y otros en el gobierno en el transcurso del Acuerdo de Transferencia de Prisioneros (PTA) del 2007, después que Libia dejó en claro que la aprobación de un contrato de exploración y producción compartida por BP en Libia dependía de los progresos en las conversaciones sobre la PTA. Y, como todo el mundo reconoce ahora, el PTA se trató sólo y siempre sobre un hombre - Megrahi.
Una semana después de la liberación de Megrahi, el Sr. Brown volvió al tema, diciendo: "por nuestra parte no hubo encubrimiento, ninguna conspiración, ni doble juego, ningún intento de instruir a los ministros escoceses..." Lo que el no dijo fue que fue política de su gobierno favorecer y "permitir", en la medida posible, la liberación de Megrahi - y que al final, su gobierno, y Muammar Gadafi, ambos consiguieron lo que querían.

Fuente: The Wall Street Journal- Este artículo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Córdoba.

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