viernes, 18 de julio de 2014

PARASHA SEMANAL

 

Matot(Números 30:2-32:42)

Haciendo el Bien y Siendo Bueno

Cuando se le ordena al pueblo judío atacar a los Midianitas, no se hace alusión a los Moabitas, quienes eran sus socios en el crimen. Cabe recordar que estas dos naciones intentaron en primer lugar hacer que el pueblo judío fuese maldecido. Una vez que eso fracasó, enviaron a mujeres jóvenes para seducir a los hombres judíos y llevarlos así hacia un comportamiento indecoroso y hacia la idolatría. Si ambas naciones estuvieron involucradas en esto juntas, entonces ¿por qué Dios le comandó a Moshé atacar sólo a los Midianitas? Y, en la misma línea, ¿por qué el corrector ortográfico del computador acepta como válida la palabra Moabita pero no la palabra Midianita? ¿Por qué tanto Dios como Microsoft favorecen a los Moabitas por sobre los Midianitas?
Rashi, el gran comentarista medieval, responde que hay una diferencia fundamental entre ambas naciones. Mientras que los Moabitas atacaron al pueblo judío por miedo a que estos fuesen una amenaza militar, la tierra de Midián no estaba en el trayecto de los viajes que realizó el pueblo judío. Los Midianitas se involucraron solamente por odio. Lo que Moab hizo, a pesar de haber sido errado, era entendible. Lo que Midián hizo era simplemente malvado.
En el judaísmo, la motivación lo es todo. Hay pocas cosas peores que matar a alguien por odio. Pero si matas a alguien porque él iba matar a otro, ¡se te atribuye el hecho de haber salvado una vida!
Si das caridad porque te importa profundamente la otra persona, entonces eres un buen hombre. Si das caridad porque quieres el honor correspondiente, entonces muchas veces el daño es mayor que el bien hecho. Si das caridad porque quieres controlar y manipular a la persona a la cual le das, entonces eres malvado. La acción es exactamente la misma, pero la motivación hace toda la diferencia.
Obviamente al hacer una buena acción nos acostumbramos a nosotros mismos a hacer el bien. Asimismo, 9 de cada 10 veces una buena motivación traerá una buena acción y una mala motivación traerá una mala acción. Pero este no es siempre el caso.
Este punto es sumamente importante respecto a la imagen que tenemos de nosotros mismos. “Muchas veces tratamos de ser buenos pero fallamos”. Eso no es cierto. Si intentaste ser bueno, entonces tuviste éxito – porque lo intentaste. Si no intentaste ser bueno, entonces fallaste – incluso si tuviste éxito. En el judaísmo es el camino al cielo, y no el camino al infierno, el que esta pavimentado con buenas intenciones – siempre y cuando esa intención sea pura y un esfuerzo responsable sea hecho.

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