domingo, 6 de julio de 2014

"Soñar con lo imposible y hacerlo realidad"


El Primer Ministro Beniamin Netanyahu durante su disertación El Primer Ministro Beniamin Netanyahu durante su disertación
El INSS-Instituto de Estudios de la Seguridad Nacional, adjunto a la Universidad de Tel Aviv, realizó una jornada de análisis sobre las opciones que tiene Israel ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo concertado con los palestinos.
Cuando se inicia un proceso determinado, hay que tener en vista cuáles serían las alternativas en caso que la iniciativa fracase. En Israel esto no suele hacerse, en especial por estar seccionada en dispares corrientes ideológicas, políticas, religiosas, culturales – y resulta "misión ciclópea" puntualizar posiciones consensuales.
Las últimas negociaciones entre israelíes y palestinos llegaron a infranqueable punto muerto, semejante a oportunidades anteriores: cuando las tratativas llegan a ciertos niveles de supuesta aceptación, los palestinos se alejan de la mesa de negociaciones y "desaparecen" del escenario correspondiente. ¿Es esto resultado del mal manejo de las negociaciones y del modus operandi de las mismas o es consecuencia del reconocimiento que las brechas son tan profundas que resulta imposible superarlas?

CONSIDERACIONES DE LOS EXPERTOS
Shlomo Brom, Director del Sector Relaciones Palestino-Israelíes del INSS señaló que al iniciarse las conversaciones últimas nadie tuvo confianza que podrían tener resultado. La razón primordial fue que las negociaciones eludieron los puntos ya acordados anteriormente, empezando todo desde el principio lo que fue un retroceso inaceptable: ambas partes elevaron exigencias "sine qua non" y no hubo forma de continuar. El Secretario de Estado John Kerry anunció el corte de las conversaciones calificándolo como "pausa", como "intervalo". ¿Qué se hace en el ínterin? Nada.
El conflicto israelí palestino no goza de prioridad especial, hay infinidad de otros problemas que exigen plena atención de la administración americana. Y si las negociaciones fracasaron en el año 2000 con Clinton, Condoleezza Rice no logró nada (2005-2009), y Kerry está ahora muy ocupado, ¿porqué derivar energías para cosas sin horizonte? Cuando las partes se dignen a resolver que están sinceramente dispuestas a reiniciar las conversaciones, los EEUU estarán dispuestos a ayudar.
El Gral. de Brigada ® Amos Yadlin, Director del INSS, delineó tres alternativas:
1 – Estados Unidos podría resumir todos los puntos acordados hasta el presente, y presentarlos como documento concertado. Sería un desperdicio de redacción y de papel.
2 – Los Estados Unidos podrían redactar una lista de principios fundamentales que comprometan a las partes y al concierto de naciones, como lo hicieron Rogers en 1967 y Clinton en el año 2000, pero sería otro manjar para el apetito de los historiadores.
3 – Los Estados Unidos podrían resumir todos los principios y los puntos acordados, y presentarlos al Consejo de Seguridad para que los apruebe como base definitoria como fue la resolución 242 aprobada por unanimidad en noviembre de 1967, seis meses después de la guerra de los seis días,sin escuchar las observaciones de ninguna de las dos partes. Israel debe tomar muy en cuenta la probabilidad de tal actitud.
Se señaló con preocupación que según investigaciones realizadas por el Instituto Washington para Estudios del Medio Oriente, el porcentaje de la población palestina que hoy aprueba la partición y el establecimiento de dos estados para dos pueblos es inferior al 30%, cuando pocos años atrás estaba en 60%. Abbu Mazen se ha desprestigiado y no posee ningún mandato para llegar a un acuerdo de fin del conflicto. De esta manera podemos llegar a tal grado de desesperación que conduzca al establecimiento de un solo estado binacional, lo que sería fatal para Israel como estado judío y democrático.
Pnina Sharvit Baruch, directora del Programa de Derecho y la Seguridad Nacional del INSS, destacó que los palestinos tienen dos opciones:
1 – escalada de sus posiciones diplomáticas, participación en múltiples organismos internacionales y agregado de su firma en infinidad de acuerdos globales;
2- presionar a Israel con iniciativas de deslegitimación, boicots, sanciones económicas, culturales, académicas, etc.
Los palestinos tienen que entender que esas vías no les retribuirá en bandeja sus aspiraciones nacionales, pero pueden utilizarlas para defender sus derechos de autodeterminación y recibir el respaldo de muchos países.
Paralelamente, los israelíes deberán entender que Israel debilita sus propias posiciones internacionales, afecta el prestigio que tiene en el concierto de las naciones y debe estar atenta a las sanciones de todo tipo que a diario se publican, en especial cuando se acrecienta la imagen de los palestinos de "país usurpado" y "población atormentada o masacrada".

AVANZAR SIN ACUERDO

Amós Yadlin, presentó el denominado "PLAN B", sugerido a la opinión pública y al gobierno de Israel como plan de acción inmediata. A modo de resumen, destacó que se requieren renuncias mutuas:
  • Para los israelíes, el aceptar la idea de "dos soberanías para dos pueblos" implica renunciar definitivamente a la idea de que "toda Eretz Israel es nuestra";
  • aceptar que las fronteras sean las de 1967 con ciertos retoques plantea desafíos graves y anuncia riesgos a los centros de población civil más densos;
  • oponerse a la división de la capital Jerusalén era parte del consenso nacional, cruzando partidos políticos y sectores ideológicos.
Por el otro lado, para los palestinos significa
  • una profunda contradicción religiosa, cultural e ideológica el aceptar la finalización completa del conflicto y reconocer a Israel como estado judío;
  • nadie está dispuesto a acordar,       que el tema de los refugiados palestinos no tiene vías de solución en territorio israelí, y que sólo podrán regresar al nuevo estado palestino que surja, no precisamente a sus poblados y hogares que abandonaron desde 1948;
  • no pueden renunciar a la idea de "estado como todos los estados del mundo" pues sólo podrán tener un país desmilitarizado y limitado en sus atribuciones       soberanas.
Esos dos grupos de temas son la llave para toda negociación. Encuestas realizadas últimamente, señalan que un 61% de los palestinos aspiran a un Estado Palestino amplio – desde el Mediterráneo hasta el Jordán – es decir, sin la existencia del estado judío; sólo un 27% considera que la ocupación israelí es el ítem más importante; sólo un 10% señala que el tema del retorno es trascendental. Así obtenemos que en los últimos dos decenios los palestinos no han modificado sus exigencias, estimulados por las continuas renuncias y "gestos" del lado israelí.
En Israel, encontramos dos orientaciones enfrentadas: conservar el status quo o llegar a un arreglo de paz. En este amplio ámbito de contradicciones, los de izquierda insisten en dar todo arriesgando no recibir nada, opuestamente a los de derecha que niegan renunciar a algo frente a la plena convicción que sería inútil e injusto hacerlo. Y así quedamos todos "estancados", mientras que el tiempo empeora las circunstancias, no precisamente a favor de Israel.
Resulta imprescindible, pues, formular iniciativas que nos alejen del status quo paralizante y amenazador, y utilizar el tiempo en afirmar nuestras aspiraciones nacionales: un estado judío, democrático, seguro y legítimamente justo.
Es decir, debemos insistir en la idea de dos países, aún sin firmar acuerdos: debemos crear la separación y convertirla paulatinamente en realidad. Debe aplicarse una política de establecer cambios que resulten legítimos internacionalmente. No es una alternativa a las conversaciones bilaterales, es crear un movimiento de cambios y mejoras mientras las conversaciones estén bloqueadas.
En la opinión pública israelí se han acumulado amargos recuerdos de experiencias unilaterales: nos retiramos del Líbano en el año 2000 en forma humillante; nos retiramos de la Franja de Gaza en 2005 y los resultados fueron violencia y terror. Pero hoy nadie propone regresar ni al Líbano ni a Gaza.
Fundamentalmente, debemos cuidar de no repetir los errores del pasado:
  1. Es necesario procurar legitimidad tanto interna como externa;
  2. Debemos impedir que halla corredores de abastecimiento ilegítimo de armas, tanto en la superficie como en el subsuelo y en el aire;
  3. Las zonas compactas de asentamientos deben permanecer y habremos de desalojar gran parte de los poblados aislados; en Gaza el retiro fue absoluto – grave error, debemos dejar posiciones para la etapa de las conversaciones, si alguna vez las hubiera;
  4. En las experiencias anteriores, Líbano y Gaza, no había ningún punto de contacto entre los planes del Gobierno, la opinión pública y en especial las sensibilidades de los desplazados.       El abandono de poblados debe hacerse con legitimidad internacional, como fue el desalojo de Yamit en 1982 y con aceptación del público israelí. Y paralelamente deben procurarse entendimientos con los países árabes moderados.
Este impulso a la concreción de iniciativas debe conducir al entendimiento. Deben crearse bases de confianza mutua y las conversaciones deben ser directas, no por intermedio de un mediador americano o europeo. Nosotros debemos fijar las líneas fronterizas imprescindibles para una supervivencia factible. Hay que entregar las áreas "B" (administración palestina, seguridad israelí) a la Autoridad Palestina y parte de las áreas "C" (administración y seguridad israelíes). Debe detenerse la construcción en los asentamientos a desalojar, y debe continuar la construcción en los bloques de asentamientos que quedarán como territorio israelí. Los desplazados se reubicarán en la Galilea o en el Negev.
La propuesta no incluye todos los detalles operativos necesarios, pero debe comenzar su aplicación pues es preferible al status quo. Son notorias sus debilidades: el complicado tejido político israelí, la carencia de equidad por parte de las naciones, las malas experiencias del desalojo de Gaza. Pero debe ser resultado de una firme determinación de prioridades. El objetivo fundamental es el desarrollo de un estado judío con plena mayoría judía, democrático, seguro y legítimo internacionalmente. Es esta una propuesta que sigue la línea de los padres del sionismo: soñar con lo imposible y hacerlo realidad.

CONSIDERACIONES DE LOS POLÍTICOS
A continuación se desarrolló una mesa redonda de la que participaron 4 parlamentarios, bajo la experta conducción de la afamada periodista Ilana Dayán quien con gran serenidad y buen criterio esbozó inquietudes, recabó consideraciones, equilibró opiniones. No hubo novedades vibrantes, pero si repetición de posiciones conocidas y tal vez comprometidas. Todos coincidieron que abandonarse a la eternidad del "status quo" es contraproducente. No dejaron ninguna duda: la opinión pública israelí debe involucrarse más en los destinos del país.
Lic. Samuel Leillen – 30.6.2014

LAS PALABRAS DEL PRIMER MINISTRO BENJAMIN NETANYAHU

"Dí instrucciones de no ahorrar ningún esfuerzo a fin de devolver a nuestros chicos a casa". "Aquí cerca, en la Plaza Rabin, se realiza en estos momentos una manifestación de solidaridad, y nuestros pensamientos y nuestra sensibilidad están con ellos".

Nuestra región está atravesando cambios históricos que tendrán proyección sobre la existencia de Israel y la del mundo entero. Los Acuerdos Sykes-Picot, firmados en 1916 y que conformaron los estados de la región, se han desmoronado. Fueron concertados por los imperios coloniales, heredados por dictaduras árabes laicas, y cuando éstas fueron derrocadas, comenzaron a salir los diablillos de las botellas. Las esperanzas que las fuerzas liberales y democráticas tomaran el poder, se desvanecieron. Difícil percibir un "Nuevo Medio Oriente" ante nuestros ojos.

Pero a la larga, el islamismo radical habrá de debilitarse dado que coarta la libre expresión de los individuos y habrá de ser vencido por la industria de la información que impide controlar las mentes de las nuevas generaciones. Con todo, lo mismo se dijo en los años 30 del siglo pasado y cuando el nazismo fue vencido quedaron en los campos 30 millones de cadáveres.

Nosotros debemos estar preparados para enfrentar cuatro grandes desafíos:
1 - DEFENDER NUESTRAS FRONTERAS – Las fuerzas islamistas se acercan a nuestras puertas tanto por el norte como por el sur. En Siria y en la Península de Sinaí se ubican factores sunníes en las proximidades de las vallas de separación, y debemos levantar más barreras terrestres para defender al Estado de Israel. Debemos completar la valla desde Eilat recorriendo todo el este y que bordee la meseta del Golán. Esto no va a frenar a todos los infiltrados, no va a detener a los misiles que sobrevuelan las murallas ni a las municiones que atraviesan los alambrados – pero disminuirá en forma dramática las incursiones. Y esto explica - a los que aún no están convencidos - porqué nuestra frontera este debe ser la línea del Jordán: tenemos que conservar la opción de detener a los terroristas sobre la línea del Jordán, debemos tener la capacidad de impedir el oleaje terrorista que pretende arrasarnos desde el este.
2 - FORTALECER EL ÁREA FRONTERIZA AL OESTE DEL JORDÁN – Debemos concertar acuerdos que protejan nuestra capacidad de defendernos hasta el Jordán. Nadie lo hará por nosotros. No podemos depositar nuestra defensa en manos ajenas o fuerzas entrenadas por Occidente. Ya enfrentamos los problemas que provocan el Hizbollah al norte, el Hamás al Sur, y ahora la amenaza se perfila desde Irak. Han caducado los fracasados lemas del pasado.
Hablamos de un estado para los palestinos, que debe estar desmilitarizado y que debe reconocer al Estado de Israel como estado judío. ¿Quién velará por nosotros? ¿Quién detendrá ataques de sorpresa? ¿Quién impedirá el disparo de misiles? ¿Quién evitará la construcción de túneles que llegan hasta nuestros hogares? ¿Quién dificultará el paso de suicidas? La protección de la zona debe estar en nuestras manos, el estado palestino debe estar desmilitarizado – ellos se ocuparán de los aspectos económicos y políticos de su nuevo estado, pero la seguridad quedará sólo en nuestras propias manos. No hay en esto un desmedro de la soberanía: los americanos quedaron con bases militares en Alemania y en Corea del Sur; Japón pudo prosperar con una prolongada y masiva presencia americana en su territorio.
En cuanto a los asentamientos, es un tema que debe solucionarse en la mesa de negociaciones, pero no son ellos la razón del conflicto: el origen del conflicto radica en no querer reconocer el carácter judío del Estado de Israel, y por lo tanto Abbu Mazen debe desmantelar su pacto con el terror que desea la destrucción de Israel.
3 – CREAR UN FRENTE DE COOPERACIÓN REGIONAL – Nosotros no solucionaremos los problemas entre sunníes y shiíes. Ellos son enemigos nuestros pero son acérrimos enemigos entre ellos mismos. Creando un eje de cooperación con los países moderados de la región es factible aminorar los daños que provocan.
Podemos cooperar con Jordania que debe ser apoyada. Lo mismo con relación a los kurdos, pueblo luchador que demostró madurez política y merecedor de independencia política. Los kurdos al norte de Irak se plegaron a la lucha contra la organización sunní DAASH (Daash es un grupo sunní radical que se fundó en Irak poco después de la invasión americana de 2003 y está afiliado a Al Qaeda).
Hay que luchar contra la expansión shií en la zona, y hay muchos entendimientos con los países con los que hemos concertado la paz.
– EL MAYOR DE LOS DESAFÍOS: IRÁN - Debemos evitar que Irán se convierta en un país con capacidad nuclear. Esto es una amenaza para el mundo entero: es preferible que no haya acuerdo a firmar un mal acuerdo.
En Siria fueron desmantelados todos los depósitos de materiales químicos gracias a una sorprendente labor común de Estados Unidos y Rusia. Irán reclama no desarmar sus capacidades ni sacar fuera del país los materiales enriquecidos ya elaborados, sólo que se establezca control: ese control no será capaz de evitar enriquecer el uranio para obtener armamento nuclear – se repetirá lamentable la experiencia de Corea del Norte.
Israel sostiene que Irán no necesita las capacidades nucleares que desea alcanzar. Si las potencias se lo conceden, convertirán a Irán en un país nuclearmente armado, lo que constituye una amenaza para el mundo entero. Nos corresponde insistir ante nuestros aliados que deben modificar sus concesiones.
Las sacudidas en la región son muchas y complejas, y tendrán sus efectos durante largos años. No hay ningún otro factor de estabilidad y de seguridad en el Medio Oriente fuera del Estado de Israel, que debe ser fortalecido por el bien del país y la región toda.

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