miércoles, 29 de octubre de 2014

29/10/2014
Rivlin: ''Israel no es una indemnización por la Shoá''
Polonia, el país donde la Alemania nazi llevó adelante los actos más nefastos durante la Shoá,inauguró el nuevo Museo de cultura judía y contó con la visita del presidente israelí.

Antes de que Hitler llevase a cabo la aniquilación sistemática de la comunidad judía en Polonia, el país centroeuropeo era el auténtico santuario judío en Europa, con un 10 por ciento de la población.

Las persecuciones, el antisemitismo y finalmente la guerra llevaron a gran parte de los judíos a emigrar, y hoy cuatro de cada cinco judíos estadounidenses y casi dos de cada tres en todo el mundo tienen raíces polacas.

Actualmente la presencia judía en Polonia es mínima: se calcula que apenas 30.000 de los 3,5 millones que residían antes de la Segunda Guerra Mundial, y pasa desapercibida en un país que parece haber olvidado un milenio de historia común.

Los presidentes de Polonia e Israel, Bronislaw Komorowski y Reuven Rivlin, asistieron este a la apertura del museo judío, donde recordaron la importancia de mantener vivo el recuerdo judío en Polonia.

Rivlin, que eligió Polonia para su primera visita oficial a un país extranjero, es descendiente de emigrantes judío-polacos que se trasladaron a Palestina en el siglo XIX y representa esa diáspora judía que abandonó Europa Central en muchos casos víctimas de abusos.

"El museo resume la historia y los lazos entre nuestras dos naciones, los momentos buenos y malos que hemos atravesado pero, lo más importante, mira hacia el futuro para fortalecer la relación entre los dos pueblos", señaló el mandatario israelí.

"En el corazón de cada judío, incluso en el corazón del judío que no tiene orígenes polacos, el nombre de Polonia despierta temores y anhelos, porque este país se ha convertido en el lugar de nacimiento del espíritu del pueblo judío pero, por desgracia, también en el mayor cementerio judío", sostuvo Rivlin.

La exposición permanente aborda sin complejos la complicada relación que a lo largo de la historia mantuvieron judíos y gentiles en Polonia, con episodios tan dolorosos como los pogromos del siglo XIX, el boicot a los negocios judíos en los años veinte y treinta del siglo pasado y las expulsiones masivas de 1968.

El edificio del museo, una moderna construcción verde translúcida, ilumina el barrio obrero de Muranów, donde rodeado de un parque contrasta con las construcciones comunistas circundantes.

El arquitecto responsable de este museo es el finlandés Rainer Mahlamaki, quien en 2007 diseñó una estructura que ha costado cerca de 80 millones de euros, en su mayoría financiados por el Gobierno de Polonia pero también por instituciones y personas privadas, tanto judíos como polacos.



Fuente: Diario de Navarra

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