Todo el mundo comete errores. La Torá está llena de gente —gente grandiosa— que cometió errores.
Moshé mismo cometió errores, y Dios no le permitió entrar a la Tierra de Israel por ellos.
Nuestros patriarcas y matriarcas eran seres humanos de carne y hueso. De hecho, lo que los hizo grandiosos no fue que hayan tenido vidas perfectas, sino el hecho de que aprendieron de sus errores. Cuando cayeron, se levantaron y continuaron en el camino hacia Dios.
¿Qué quiere Dios de nosotros cuando cometemos errores?
Teshuvá. La palabra teshuvá significa regreso. A menudo se le traduce erróneamente como arrepentimiento. Cuando Dios nos pide que hagamosteshuvá nos está pidiendo que retornemos.
Volviendo a lo conocido
Si viajas a Europa con un pasaje de ida y vuelta, entonces primero dejas tu casa para ir a Europa. Después de completar tu estadía, usas tu pasaje de regreso para subirte a un avión y volver a casa. Regresar significa volver a un lugar en el que ya has estado, un lugar conocido.
Teshuvá significa volver al camino que Dios fijó para nosotros cuando nacimos, el camino que nuestras almas conocen como “hogar”, el camino hacia la bondad, hacia convertirnos en mejores personas.
Hay muchos tipos diferentes de teshuvá, así como hay muchos tipos diferentes de errores. Algunos son muy serios y puede que hayan descarriado por completo la vida de la persona. Aquí estamos hablando de los errores de la vida diaria, los cuales a menudo nos hacen sentir mal sobre nosotros mismos y deterioran nuestra relación con los demás y con Dios.
Por lo general sabemos en el mismo instante que lo que estamos haciendo está mal, pero nos convencemos de que en ese momento en particular está bien.
Todo el mundo comete errores de ese tipo. Todos sabemos cuándo racionalizamos, nos descarriamos, torcemos la verdad, evitamos el esfuerzo o ignoramos lo que es realmente importante y significativo en nuestras vidas. Por lo general sabemos en el mismo instante que lo que estamos haciendo está mal, pero nos vemos atrapados, nos distraemos o nos convencemos de que, por alguna razón, en ese momento en particular está bien.
Dios entiende eso. Todo el que tiene hijos no espera que sean perfectos. Uno sabe que cometerán errores durante su crecimiento. Incluso cuando les dices que no hagan algo que los dañará, lo hacen igual.
¿Cómo quieres que se sientan cuando se equivocan? ¿Oprimidos de por vida por la culpa? ¿Pésimo sobre sí mismos? Por supuesto que no. Quieres que reconozcan que se han equivocado, que lo sientan, que reparen el daño si es necesario, que aprendan del error para no repetirlo y que sigan adelante.
La culpa no es una idea judía porque es paralizante y deja a la persona absorta en sí misma. La filosofía judía es utilizar los errores para crecer.
La culpa no es una filosofía judía porque es paralizante y deja a la persona absorta en sí misma.
Dios es nuestro Padre Celestial y no quiere que nos sintamos agobiados por la negatividad y el autodesprecio por los errores cometidos. Cuando tomamos decisiones equivocadas en la vida, estas deberían ser oportunidades para crecimiento y no cadenas que nos atan para siempre.
Maimónides define los pasos para hacer teshuvá. Cuando cometemos un error, debemos atravesar este proceso paso a paso. El resultado es el perdón y el crecimiento.
Paso 1: Deja de hacerlo.
Deja de hacer la acción destructiva que estás haciendo. Por ejemplo, si pierdes el temperamento con los demás, entonces lo primero es dejar de hacerlo.
Paso 2: Arrepiéntete.
Deberías arrepentirte de tu error. Está mal perder el temperamento ya que al hacerlo puedes herir a otras personas. Deberías sentirte mal por el daño que causaste.
Paso 3: Verbaliza.
Explícale a Dios tu arrepentimiento en voz alta. No hace falta que lo hagas en una sinagoga y tampoco tiene que ser necesariamente en hebreo. Habla con Dios en un tono que sea al menos audible para ti. Obviamente Dios ya sabe lo que estás diciendo, pero tú necesitas oírlo. Dile que te arrepientes de lo que sea que hayas hecho mal. Si tus acciones dañaron a otras personas, entonces tienes que resarcir los daños. Después de haber perdido el temperamento, debes ir donde tu amigo y pedirle perdón.
Paso 4: Haz un plan.
¿Cómo puedes estar seguro que el error no volverá a ocurrir? Debes idear un plan práctico de acción. Si sabes que determinadas personas son la fuente de conflicto entre tú y tu pareja, entonces quizás sería apropiado que hicieras un pacto para no frecuentar a esos sujetos por el bien de la paz.
La finalización del proceso es llamada teshuvá guemurá, o ‘retorno completo’. Esto ocurre cuando Dios te pone exactamente en la misma situación en la que estabas cuando cometiste el error pero no repites la equivocación.
Una vez que has completado lateshuvá, Dios acepta tu regreso y edita el video de tu vida, eliminando los errores.
En nuestro ejemplo de perder el temperamento con tu pareja, esto podría ocurrir un tiempo después cuando el tema sensible surge nuevamente. Si te muerdes la lengua y evitas una discusión, entonces, habrás alcanzado la teshuvá completa.
Una vez que has completado la teshuvá, Dios acepta tu regreso y edita el video de tu vida, eliminando los errores. En Rosh HaShaná y Iom Kipur, cuando Dios repasa tus acciones y pensamientos del año anterior, simplemente no ve esos errores.
Por el amor que siente por nosotros es que Dios nos dio este método para regresar al buen camino. Deja la culpa, la vergüenza y la negatividad en el pasado. Abandónalas y regresa.
Adaptado del libro “Remember My Soul”, de Lori Palatnik (libro en inglés).
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