lunes, 5 de enero de 2015

MPACTO MUNDIAL POR MADRINAZGO DE CFK A IAIR TAWIL
Entre la leyenda del hombre lobo y el ahijado judío
La prensa de Europa y Estados Unidos comenta por estos días con asombro la noticia que hemos informado en Radio Jai, sobre el primer ahijado presidencial en Argentina de origen judío.
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Sucede que hasta este año esa protección presidencial hacia el 7mo hijo era solo para pertenecientes a la religión católica.
Pero lo que ha llamado la atención en la prensa mundial es que el origen de la ley que da esta protección del presidente, este originado en la leyenda del hombre lobo, es decir, la posibilidad de que el séptimo hijo varón se transforme en hombre lobo tal como cuenta la leyenda.

El diario inglés The Guardian lo titulo así: “No, la presidenta argentina no adopto un chico judío para frenar su transformación en hombre lobo”. Y fue la noticia mas leída del día en ese medio!
También en otros medios y en las redes sociales han circulado comentarios, tratando de negar que Argentina sea un país tan primitivo en el cual se cree actualmente en el hombre lobo y que por eso la presidenta da su protección como madrina.

Y por si hicieran falta ingredientes para que esta historia sea interesante, está el componente judío, incluso con las fotos de la presidenta cuando recibe a la familia Tawil, que le regala una Hanukia. Magia, leyenda, judaísmo y poder presidencial conformaron un cóctel irresistible para la prensa.
En Radiojai hemos escrito: “La leyenda cuenta que la familia que tenía todos hijos varones y recibía un séptimo hijo también varón podría ver convertido a ese niño en el hombre lobo. En muchos casos los daban en adopción o incluso los mataban. Por lo tanto se instauro el padrinazgo del presidente, para que las familias no tengan temor.”
Lo cierto es que efectivamente, en el lejano origen del padrinazgo presidencial , está presente la antigua leyenda europea de hombre lobo. Lo mencionó la senadora Ana Maria Corradi de Beltran (FPV – Santiago del Estero) cuando presentó su proyecto de ley para ampliar el alcance del padrinaZgo.

“¿De dónde surge esta ley? Proviene del mito del Hombre lobo que en Argentina fue llamado el mito del “Lobizón”. Ello provino de la Rusia de los zares donde existía el mito de que el séptimo hijo de una familia de 7 hijos varones, sería un hombre lobo. Así como también la séptima hija proveniente de una familia de 7 hijas mujeres seria una Vid'ma (bruja). Desde la época de Catalina La Grande, se otorgaba el padrinazgo imperial que brindaba mágica protección y un premio de reconocimiento a los niños. El mito llegó a Argentina junto con los inmigrantes provenientes de Rusia. Esta creencia estuvo tan extendida que los séptimos hijos eran abandonados, cedidos en adopción o asesinados. En 1907 nace la tradición del padrinazgo presidencial cuando Enrique Brost y Apolonia Holmann, una pareja alemana que había estado radicada en Rusia, dan a luz a su séptimo hijo varón, José Brost, el 8 de octubre de 1907 en Coronel Pringles. La pareja le pide, mediante una carta, al entonces al presidente de la República José Figueroa Alcorta que apadrinara a su hijo, estableciéndose así la tradición que se encargaría de romper el hechizo, así como también logró finalizar con el abandonos de
niños”.

La historia esta relatada por el Doctor en Historia por la Universidad de Barcelona Horacio Vazquez Rial en su texto “El último hombre lobo” cuando dice: “Se tardó mucho en dar con una auténtica cura para ese mal, pero al final se encontró. Una cura que sólo era posible en un país con una Iglesia nacional, en el que, por lo tanto, las cosas del Estado y las del espíritu no estaban demasiado separadas. La idea, bendecida por cuanto patriarca anduviera por ahí, y en Rusia no son pocos, además del de Moscú, que se encuentra por encima de los demás, era que si el zar apadrinaba a la criatura recién llegada al mundo, el maleficio se rompería.
Quien primero apadrinó, o amadrinó, a un niño en riesgo de enlobarse
no fue un zar, sino una zarina. Más aún: una emperatriz, Catalina, llamada la Grande, menos célebre de lo debido por su méritos de gobernante, y más célebre de lo debido por sus costumbres de cama. En alguna fecha de su largo reinado, Catalina aceptó ser la madrina del séptimo hijo varón de una familia campesina.” Y continúa luego el historiador nacido en Argentina diciendo que “llegó a la Argentina, a principio de siglo, una pareja de alemanes del Volga, muy marcados por la cultura rusa, para establecerse en el pueblo de Coronel Pringles, en la provincia de Buenos Aires, hoy ciudad de veinticinco mil habitantes. Se llamaban Enrique Brost y Apolonia Holmann, y tuvieron allí su séptimo hijo varón. El problema era que en el nuevo país no había zar. Pero pensaron, con lógica impecable, que el presidente podía desempeñar con eficacia el mismo papel”.

La investigadora Guada Aballe, autora de la biografía titulada “Figueroa Alcorta, un hombre de los tres poderes” agrega que “a raíz de ese pedido y que Figueroa Alcorta aceptó, se inició la tradición en nuestro país. Fue padrino de muchos chicos, después todos los padres de un séptimo hijo varón le pedían y él aceptaba.”

La leyenda europea origina el pedido a Alcorta , aunque eso no signifique que Cristina adopta un ahijado judío para evitar que se transforme en lobizon.

Más bien como dijo Yosi Baumgarten, el rabino que hizo la ceremonia religiosa, que es parte del rito de padrinazgo, “si bien conozco la leyenda del hombre lobo como causa del padrinazgo, yo estoy enfocado en la mirada judía sobre el séptimo hijo. Nosotros decimos KOL HASVIIN JAVIVIN, todos los séptimos son queridos.”

El rabino Baumgarten adelantó a RadioJai que luego del caso de Iair Tawil, podría haber más casos de ahijados presidenciales provenientes del pueblo de Israel

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