martes, 6 de enero de 2015

Recordando a Robert Wolfe y la historia del Holocausto

Fuente: Algemeiner- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
Edwin Black
23/12/14

Robert Wolfe, el irremplazable ex jefe archivista para documentos nazis capturados en los Archivos Nacionales en Washington, D.C., murio el 10 de diciembre a los 93 años de edad. Con su muerte, muere tambien un legado.
Wolfe galvanizo por si solo a una generacion de historiadores y autores del Holocausto y la epoca nazi – incluyendome.
El fue asignado a la oficina del fiscal de Crimenes de Guerra de Nuremberg, donde se familiarizo no solo con el infame testimonio ahora publicado en muchos volumenes de los Juicios de Nuremberg, sino tambien con los muchos miles de pies lineales de documentos probatorios todavia en gran medida sin ser explotados. Estos son millones de paginas de cartas, memorandos, informes, y otros documentos que construyen el enorme caso del genocidio traido contra el regimen de Hitler.
Mas tarde, Wolfe ayudo a poner en microfilms el voluminoso cache, y ayudo a crear los archivos tanto en el Centro de Documentacion de Berlin en Alemania como los Archivos Nacionales en Washington D.C. 
Una generacion de historiadores sedientos hizo peregrinajes a las oficinas estilo celda de prision de Wolfe en los Archivos. Cada habitacion austera tenia una puerta jaula cerrada con hojas adjuntas de firma de entrada y salida.
A menudo el historiador solo enunciaria su tema. Entonces Wolfe ingresaria sus guias de usuario y en los recovecos de la memoria personal, buscando 10 o 20 pies lineales de archivos. Sobrevendria la implacable busqueda del historiador archivo por archivo. A medida que se descubrian pepitas, el foco se afilaba, y se perfeccionaban las conclusiones. Wolfe proporcionaria correcciones sobre la marcha en el camino.
Muchos historiadores del Holocausto premiados comenzaron su proyecto en esta forma y siguieron adelante para producir importantes obras publicadas. Muchos lograron una medida de reconocimiento y exito. Pero el nombre de Wolfe fue relegado a menudo a una mera mencion en una larga lista de "gracias" en los reconocimientos de un libro.
En mi caso, al menos dos proyectos fueron revelaciones para ambos de nosotros. Llegue por primera vez ante Wolfe a principios de la decada de 1980. Juntos exploramos las obras no descubiertas de un complejo acuerdo economico entre las autoridades financieras nazis y la Organizacion Sionista para rescatar a judios transfiriendolos a ellos y sus bienes a la Palestina judia. Este fue el Acuerdo Ha’avara, el cual llevo a mi primer libro, El Acuerdo de Transferencia. Fue Wolfe quien me enseño el valor solitario, duros escrupulos, e infatigable diligencia en emprendimientos de archivo e historicos. El me ayudo cada paso en el camino en ese primer libro, valido mis hallazgos, me tranquilizo, y me presiono hacia la soledad del historiador que responde solo a la historia y permite solo que el futuro juzgue.
El y yo trabajamos juntos en muchos otros proyectos a traves de los años, pero el mas saliente fue mi descubrimiento que IBM habia co-planificado y co-organizado conscientemente el Holocausto de Hitler utilizando las tarjetas perforadas personalizadas de la empresa. Wolfe recien se habia jubilado de los Archivos Nacionales cuando me embarque en ese proyecto. El acepto ayudarme a encontrar la prueba documental. El viajo conmigo a traves de Alemania mientras visitabamos archivo tras archivo.
Conocido en todas partes como un eminente archivista y el principal custodio de los documentos nazis, recibimos acceso especial y acelerado a los muchos repositorios privados y publicos desperdigados a traves de Alemania. 
Un dia, habiamos arreglado sigilosamente visitar un archivo de IBM desconocido dedicado a tarjetas perforadas, mantenido calladamente en una instalacion de la empresa en Sindelfingen, localizado cerca de Stuttgart, Alemania. Los archivos eran unicos, comprendiendo advertencias tecnicas para las agencias nazis, delineando como conseguir, paso a paso, las tareas de Hitler de perseguir y destruir sistematicamente a los judios. Fue fijada nuestra cita.
Pero a ultimo minuto, la sede de IBM en New York se entero de nuestra mision. Cuando nos presentamos a la hora fijada, fuimos informados a traves del medio irreal de una intercomunicacion de seguridad que el archivo habia sido "cerrado" repentinamente. No pudimos siquiera ingresar.
La lluvia helada caia por nuestras mejillas, mientras Wolfe reunio una intensa furia interna nacida de decadas de dedicacion a documentar la historia nazi. El grito, “En el nombre de la historia, abran esta puerta!” Cada uno de nosotros lo dijo una y otra vez. IBM no lo haria.
No importa. Wolfe y yo perseveramos. Por ultimo, la informacion acusando a IBM fue reunida, verificada, entrecruzada, vetada y revelada al mundo en detalle meticuloso. Eso no habria sido posible sin la experiencia y ayuda unicas de Robert Wolfe.
Otros autores tienen sus propias historias.
El eminente historiador Shlomo Aronson ofrecio este recuerdo. “Bob no fue solo un mentor, sino nuestro estimado colega … Siempre podias confiar en el para que te guie y salve de la mala interpretacion de los registros... Nosotros los historiadores estimaremos su recuerdo."
He perdido a un amigo. Los Archivos Nacionales han perdido un recurso. La historia ha perdido a un soldado valiente.
Edwin Black es el autor de 11 ediciones ganadoras de premios, incluidas "El Acuerdo de Transferencia", "IBM y el Holocausto", y su libro mas reciente, "Financiando las Llamas."

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