por Raymond Ibrahim • 22 de Diciembre de 2015
Yihadistas del Estado Islámico en las ruinas del antiguo monasterio de Mar Elián, en Qariatain, Siria.
Durante el mes de septiembre, a medida que más cristianos fueron asesinados y perseguidos por su religión –no solo por Estado Islámico, también por musulmanesnormales de todo el mundo–, fueron cada vez más personas y organizaciones las que llamaron a la acción. Mientras, los que están en una mejor posición para responder –entre ellos, principalmente, el presidente de EEUU, Barack Obama, y el papa Francisco–, no hicieron nada.
"¿Por qué, le preguntamos al mundo occidental, no alzar la voz ante tanta ferocidad e injusticia?", preguntó el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal italiana.
Gregorio III, patriarca de la Iglesia Greco-Católica Melquita, dijo: "No entiendo por qué el mundo no alza su voz contra estos actos de brutalidad".
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