Frente a frente
Los artilugios del calendario nos han entregado el regalo de cuatro días de vacaciones. Tiempo propicio, y luego de ya decantado el fuego sagrado de la noticia, de analizar los discursos que pronunciaron en el seno de la Asamblea de las Naciones Unidas los líderes de Israel y la Autoridad Palestina.
En primer término debemos confesar que los israelíes somos afortunados. Los canales de T.V. de nuestro país han emitido ambas alocuciones íntegras, mientras que por los canales de la Autoridad Palestina, el de Benjamín Netanyahu fue omitido sin contemplaciones. Israel no existe. Entonces no tiene autoridades. O estas no están autorizadas a hablar. Diferente criterio, para los sin duda, diferentes pueblos.
Abu Mazen fue el que inició la batalla y sin duda sus silencios han sido muchísimo más importantes que sus palabras. El suyo ha sido un discurso falaz, lleno de contradicciones y de omisiones importantes. Fue dirigido, no a los presentes, que bien conocen la situación, sino al grupo de palestinos que en esos momentos lo ovacionaban en Ramala. Con una copia de la presentación de su solicitud al Secretario General que enarbolada como una bandera, quería demostrar que su misión estaba cumplida. Hasta ahí llegaba su impulso.
En su discurso omitió mencionar que en esos momentos, él, venía a solicitar lo que Naciones Unidas ya le había otorgado en 1947. La creación de una nación palestina estaba dentro de las bases de la Partición decretada ese año. Israel la aceptó a pesar que eso le significaba una guerra inminente. Los palestinos decidieron obedecer a sus "hermanos" y retirarse voluntariamente de estas tierras, para permitir que los ejércitos invasores echaran a los judíos al mar. Pedir lo que ya se tenía hace 63 años, era el gran logro para Abas.
Omitió mencionar que durante esta última década, primero Ehud Barak y luego Ehud Olmert le ofrecieron firmar la paz entregando el 95 % de los terrenos solicitados y el resto a negociar.
Omitió mencionar que antes de la Guerra de los Seis Días, en los territorios reclamados, vivían los palestinos, unos bajo la tutela de Jordania y otros bajo el férreo mandato Egipcio sin reclamar nunca un país independiente.
Omitió mencionar que hace pocos meses y con motivos de esta presentación, se estableció un sistema muy original de participación entre su gobierno y el de Hamas, que controla la Franja de Gaza.
Omitió mencionar que en la Franja de Gaza, donde viven dos tercios de los palestinos ya le informaron que no avalan su presentación y por ende lo que el firme, o logre firmar o consiga, no tendrá validez para ellos pues Hamas no reconocerá ni permitirá la existencia de Israel.
Omitió mencionar que Hamas y sus secuaces desde la franja de Gaza siguen enviando proyectiles mortales contra población civil.
Su cinismo llegó a la máxima expresión cuando manifestó que venía como símbolo de paz y concordia sin recordar los cientos y cientos de atentados que sus fuerzas perpetraron en territorio israelí y fuera de ella, contra judíos, generando miles de víctimas.
Y por último su declaración de "Vengo hoy de Tierra Santa, de la tierra de Palestina, donde el profeta Mahoma ascendió al cielo (también omitió que subió a caballo), y donde nació Jesucristo" fue pronunciada con total referencia a conquistar al público cristiano. Pero ¿no omitió mencionar que en esa Tierra Santa, existe un pueblo que ha vivido en ella, en forma ininterrumpida durante más de 3.500 años?
Sin duda, un discurso, cargado de omisiones. Pronunciado por una persona, en su ocaso, que ya no quiere oír más que su verdad, para un público al que sólo le interesa ese pensamiento.
En el otro rincón del ring lo esperaba ansioso un Benjamín Netanyahu con un texto muy bien preparado y donde una representación brillante estaba por comenzar. Bibi, seguramente recordaba su última actuación en la Cámara de Representantes, en Washington, donde los aplausos fueron numerosos. En esta oportunidad no se lució tanto, pero no desentonó. Eso sí, sus palabras poco pudieron aportar. Nada nuevo bajo el sol. Entre los puntos más destacados debemos señalar sus manifestaciones de que las Naciones Unidas, luego de votar afirmativamente por la creación del Estado de Israel, ha sido bastante crítica con el Estado. Así como al pasar, mencionó que la Asamblea tuvo el tremendo error de confundir sionismo con racismo y que el 80 % de los votos de censura recaen sobre Israel, mientras que, otros países que cometen tremendos genocidios, no son siquiera mencionados en sus resoluciones. Se puede agregar que la causa es clara. No tienen petróleo, ni ellos ni sus enemigos. Terminó, con su bravata de "invitar" a Abu Mazen a reunirse en ese momento para comenzar las conversaciones de paz, pero eso sabemos, no es nada más que una bravuconada.
Sin nada nuevo, Israel salió bien parada.
Pero no todo terminó ahí. Sólo tres días después, la Secretaría de Urbanismo, dependiente del Ministerio de Interior, en manos de Shas, aprobó la construcción de 1.100 nuevas viviendas a edificarse en Giló. No era el momento para tal anuncio. Medidas de ese tipo se pueden tomar unos días después y sin tanta alharaca. Inmediatamente Hilary Clinton, Ángela Merkel, Rusia y diversos países occidentales criticaron la decisión.
El día de Rosh Hashaná la Oficina de Censos informó que Israel estaba poblada por 7.797.400 habitantes. No existe ninguna duda que los casi 7.8 demillones ciudadanos, incluso los 1.570.000 árabes musulmanes, tenemos la certeza que Giló forma parte indivisible de Jerusalén y que bajo ningún motivo es un lugar negociable, como no lo es Ariel o Mevatzeret.Zion Pero para que decirlo. Para que arrojar más leña al fuego. Sin duda en política no basta con ser astuto, también hay que ser inteligente y tener sentido común. Bien se sabe que el sentido común, es el menos común de los sentidos. Ganar enemigos no es una buena causa. Provocar estos actos, pone en ridículo a nuestros aliados y los desubica. Se debe aprender de los palestinos. Cuando hay acontecimientos que no nos favorecen, se debe omitir, dentro de lo posible su difusión masiva. Abu Mazen omitió mucho más que la construcción de 1.100 unidades de vivienda. Omitió miles de muertes. Miles de actos de terrorismo. Pero fue más inteligente.
¿Qué puede ocurrir ahora? Como mencionamos la semana anterior, como está planteada la situación, no se debería producir una nueva intifada. Ante la opinión mundial, no es conveniente para la causa palestina. Naciones Unidas ha girado al Comité de Aceptaciones la propuesta. Es altamente probable que el plan del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, tal vez con modificaciones, se aplique. La propuesta del Cuarteto es tratar el tema en forma perentoria en un calendario que no exceda el año a partir del 1 de Noviembre. Es una nueva esperanza. Los palestinos deberán ponerse de acuerdo entre ellos y la ideología y propuesta de Abu Mazen deberán prevalecer sobre el fanatismo fundamentalista de Hamas. Menuda tarea. De nuestro lado, la coalición gobernante, deberá encontrar un plan común y razonable de avanzar. Engorrosa e ímproba labor.
Si se vuelve a fracasar, pueden ocurrir dos variantes. Que el mundo se sienta cansado del problema judío-palestino y deje de tratar el tema como prioridad, sobre todo en estos momentos, donde las economías más avanzadas están en tremendos problemas o que N.U. decida nombrar una comisión que arbitre el caso y emita una resolución de cumplimiento obligatorio. En ambas opciones, la situación no nos favorecerá. Hay que buscar soluciones nuevas, inteligentes y creativas. Lo otro será ostracismo.
Víctor Vaisman
Editor Responsable
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.