martes, 11 de octubre de 2011

Opinión. Vicecanciller israelí: ¿Aislamiento? ¿Qué aislamiento?


Durante los últimos meses, el supuesto aislamiento creciente de Israel ha sido objeto de mucha discusión. Está lejos de la verdad y es irónico que este debate haya tenido lugar durante un efectivo desafío israelí al paradigma de larga data de los palestinos usando a las Naciones Unidas como un “sello de goma” para sus políticas caprichosas.
Durante décadas, las demandas palestinas en las Naciones Unidas, independientemente de cuán espurias o provocativas fueran, eran aceptadas por una mayoría casi de pared a pared en la mayor parte de los foros. Recientemente, y casi sin precedentes, funcionarios palestinos han estado escuchando fuertes mensajes de desaprobación e incluso rechazo.
El hecho que funcionarios palestinos, apoyados por todos los recursos del poderoso mundo árabe e islámico, estén viajando por el mundo pidiendo, sin recibir, una completa aquiescencia a la declaración unilateral de un Estado es casi incomparable y no debería pasar desapercibido.
Sin embargo, independientemente del resultado del provocador unilateralismo palestino, las relaciones y cooperación de Israel en el ámbito internacional rara vez han sido más amplias y globales.
Bajo las riendas de la actual dirección política del Ministerio de Relaciones Exteriores, Israel tiene más embajadas y consulados que nunca antes (muchos, reabiertos después de haber sido cerrados por administraciones anteriores), con más países que solicitan una representación israelí que nuestro presupuesto actual simplemente no puede cubrir.
El número de invitaciones recibidas por funcionarios israelíes para visitar naciones en todo el globo va en aumento. Más naciones que nunca entienden que nuestra reorientada política exterior está abriendo más puertas, y nos estamos asegurando una mayor integración que antes.
Mientras que los últimos gobiernos ignoraron a vastas regiones del mundo, centrándose en unas pocas áreas que consideraron que tenían una importancia estratégica única, nuestra nueva política, encabezada por el canciller Avigdor Lieberman, es hacer incursiones en áreas de gran importancia ignoradas durante mucho tiempo por ex ministros israelíes.
Hemos escuchado a muchos líderes de Europa central y oriental, América Latina, Asia y África decir que hasta hace poco estaban frustrados por ser indebidamente ignorados por Israel.
Muchos afirmaron que sólo escuchaban de nuestros funcionarios cuando se trataba de un tema de una importancia central para Israel. Para ser exitoso en las relaciones internacionales hay que hacer un trabajo y un esfuerzo constantes y consistentes.
Desgraciadamente, en muchas áreas todavía estamos tratando de ponernos al día después de años de abandono.
Sin embargo, incluso a pesar de estos desafíos, estamos logrando éxitos en el ámbito internacional, más allá de las cuestiones relacionadas con el conflicto.
Dos ejemplos notables son la reciente aceptación de Israel en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).
El aumento de nuestra cooperación trilateral con países socios como Alemania, Canadá e Italia para trabajar con naciones del mundo en desarrollo está cosechando beneficios para la gente de esas regiones y ha ayudado a reconsiderar a Israel como un socio significativo en temas globales tales como la lucha contra la desertificación, la administración del agua y las técnicas agrícolas modernas.
En 2009 celebramos la ampliamente aclamada y concurrida Conferencia Watec. Hace unos meses fuimos anfitriones de la Conferencia Internacional de Mujeres Líderes en Ciencia, Tecnología e Innovación, a la cual asistieron mujeres líderes de todo el mundo, incluyendo a la subsecretaria general de las Naciones Unidas, Asha-Rose Migiro, y la directora general de la UNESCO, Irina Bokova.
Además, en los últimos años Israel ha promovido resoluciones de la ONU completamente ajenas al conflicto y el Holocausto. Nuestros conocimientos agrícolas y tecnológicos y nuestra disposición a ayudar a la humanidad son fuertemente apoyados en la ONU y otras agencias internacionales.
Sin embargo, la verdadera prueba de las crecientes inclusión, integración y participación de Israel son nuestros mejores vínculos diplomáticos con numerosos países.
Los diálogos de gobierno a gobierno, en los cuales un gran número de ministros de Israel y otra nación se reúnen para discutir asuntos de interés mutuo y promover un fortalecimiento de las relaciones bilaterales, se han incrementado significativamente, con una cantidad sin precedentes de estas reuniones en los últimos años.
Las relaciones económicas también se han solidificado, el volumen comercial ha crecido y muchos acuerdos de cooperación económica han sido firmados en los campos impositivos, de protección de inversiones, Zonas de Libre Comercio e intercambio de delegaciones económicas.
Esto ha ayudado a asegurar una economía fuerte y estable, que ha visto a Israel sobrellevar muy bien la recesión internacional.
Mientras nos enfrentamos a muchos desafíos con algunos de nuestros vecinos, la mayoría de los recientes acontecimientos son el resultado de cambios completamente ajenos a Israel o nuestro conflicto con los palestinos.
El deterioro de las relaciones con Turquía comenzó mucho antes de que este gobierno asumiera. Su manifestación más obvia fue la humillación pública al presidente Shimon Peres por parte del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en Davos, a principios de 2009, durante uno de los gobiernos más “paloma” de la historia israelí.
La nueva política exterior de Turquía los ha llevado a desacuerdos con muchos de sus vecinos, e Israel comparte con Grecia, Chipre, Armenia y la Unión Europea el haber sido recientemente reprendido por el gobierno turco.
La llamada “Primavera Árabe”, que se está extendiendo por Medio Oriente y el norte de África, no tiene conexión con Israel o nuestro conflicto con los palestinos. Es difícil predecir el resultado, pero si lleva a una mayor libertad, democracia y desarrollo, entonces la región en su conjunto sólo se beneficiará.
De todos modos, Israel permanecerá fiel a sus principios, a pesar de los cambios que nos rodean. La seguridad y los intereses de Israel y su pueblo están al tope de nuestra lista de prioridades. Esto no es negociable y no deberíamos disculparnos por ello, aun si lleva a malentendidos, incluso con aliados y amigos. A Israel no se le debería pedir que acepte menos que cualquier otra nación soberana en una situación similar.
Aún nos enfrentamos a muchos retos, pero en toda consideración nuestro éxito supera con creces cualquier falla percibida y estamos en camino a una integración aún mayor.
Israel es miembro de los foros más internacionales, participa de un gran número de importantes eventos internacionales, firma e implementa más acuerdos bilaterales y se ha integrado a la agenda global más que nunca.
Puede ser que este enfoque holístico de la política exterior no ocupe los titulares, pero es la base fundamental del fortalecimiento de nuestra actual posición internacional.

* Viceministro de Relaciones Exteriores del Estado de Israel.

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