Observaciones del Primer Ministro Netanyahu en la apertura de la reunión especial de Gabinete
Hoy traigo una propuesta de Gobierno para el trato que traerá a Gilad Shalit de regreso a su hogar, sano y salvo; traerlo de vuelta con sus padres Aviva y Noam, su hermano Yoel, su hermana Hadas, su abuelo Zvi y todo el pueblo de Israel. Dos años y medio atrás, cuando se formó este gobierno, asumí - para mí mismo- como prioridad traer a Gilad a su casa, con su pueblo, con su familia, traerlo a su hogar sano y salvo. En ese momento, Gilad ya estaba en cautiverio hacía dos años y medio, sin visitas de la Cruz Roja ni de nadie, y no sabíamos en qué estado se encontraba. La primera medida que adopté, y la aprobamos en el Gobierno, era obtener un video de Gilad, y todos suspiramos, con alivio, cuando lo vimos. Lo vimos funcionando, física, mental y cognitivamente. Vimos que estaba bien. Supimos que estaba saludable y vivo. Consideré esa grabación como una política de seguro, porque obligaba – ante la comunidad internacional - a Hamas a salvaguardarlo, mantenerlo vivo y saludable. Pero ese era, obviamente, solo el primer paso.
La misión más importante que teníamos era un desafío: traer realmente a Gilad de regreso a su hogar. A tal fin, mantuvimos largas y duras negociaciones a través de un mediador alemán. Esas negociaciones estaban basadas en un marco, delineado por el anterior gobierno. Fueron largas y agotadoras y, a pesar de todos nuestros esfuerzos, no se alcanzaba el acuerdo. Debo señalar que no pasó un solo día en que no intentásemos, de diversos modos, traer a Gilad de regreso, de cualquier manera posible. Eso tampoco funcionó. En las últimas semanas, las negociaciones se renovaron en Cairo, esta vez con el gobierno egipcio como mediador. Mis instrucciones fueron adherir a los principios y al marco que son importantes para la seguridad del Estado de Israel, los que detallaré en el encuentro.
Hay tensión, no- construida, entre el deseo de traer de vuelta a un soldado secuestrado, o a un ciudadano y la necesidad de mantener la seguridad de los ciudadanos de Israel. Esa es mi dual responsabilidad como Primer Ministro.
El trato que estoy trayendo al Gobierno expresa el equilibrio justo entre todas estas consideraciones. No deseo esconderles la verdad: es una decisión muy difícil. Compadezco a las familias de las víctimas del terrorismo, aprecio su sufrimiento y angustia. Soy uno de ellos. Pero el liderazgo debe ser examinado en momentos como éste, siendo capaces de tomar decisiones difíciles, aunque justas.
Creo que alcanzamos el mejor acuerdo que podíamos en este momento, cuando las tormentas se están generalizando en Medio Oriente. No sé si en el futuro cercano hubiéramos sido capaces de alcanzar un trato mejor o alguno en total. Es muy posible que esta ventana de oportunidad, que abrimos en esta circunstancia, se hubiera cerrado indefinidamente y nunca más hubiéramos sido capaces de traer a Gilad de regreso a casa.
Por todas esas razones, instruí al equipo a colocar sus iniciales en el acuerdo el jueves pasado y hoy fue finalizado y firmado. Agradezco a mi Secretario Militar Mayor General Yohanan Locker, al Jefe de Shin Bet, Yoram Cohen, a mi enviado personal a las negociaciones David Meidan y a su antecesor Hagai Hadas. Agradezco al equipo que los acompañó todos estos años.Agradezco a las FDI, a las fuerzas de seguridad por hacer todo lo que podían respecto a Gilad Shalit. Además deseo agradecer al mediador alemán y a la Canciller Ángela Merkel quien apoyó su misión durante todo este tiempo. Envío un agradecimiento especial al Gobierno de Egipto y a sus Servicios de Inteligencia por proveer asistencia en la mediación y ayudarnos a alcanzar este acuerdo.
Esta mañana invité a Noam Shalit a mi residencia, y hablé por teléfono con la madre, Aviva y con el abuelo, Zvi. Les dije que estoy manteniendo mi compromiso y que estoy trayendo a su hijo y nieto a su hogar. Les dije: “Estoy trayendo a su muchacho de regreso”. Estoy feliz que, si logré cumplir con el decreto judío de redimir a los cautivos y si todo va tal como fue planeado, Gilad estará de regreso en Israel en los próximos pocos días, con su familia y su pueblo.
La Nación de Israel es un pueblo único. Somos todos responsables uno por el otro, como dicen nuestros Sabios: “Aquel que salva un alma, es como si hubiera salvado el mundo entero”. Esta noche, traigo al Gobierno una propuesta para salvar a Gilad Shalit, para traerlo finalmente a su hogar, en Israel, luego de cinco años.
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