Avi Issascharoff
El atentado en Sinaí hace diez días y el ataque a 17 soldados egipcios, generó la necesidad en ese país de bloquear los túneles entre Sinaí y la Franja de Gaza. Decenas de excavadoras fueron llevadas al lado egipcio del Eje Philadelphi y comenzaron a destruir los túneles. Hamas cerró los suyos, por lo menos hasta que pase el enojo egipcio. Pero esas medidas propician un verdadero golpe a no pocos palestinos - 70 mil, en total- que se mantienen de esa industria. Ibrahim, residente en Rafiah, se muestra preocupado. Desde hace cuatro años es dueño del túnel por el que atraviesa mercancías de Egipto a la Franja de Gaza. La decisión de Hamas de cerrar los túneles del lado palestino de Rafiah, golpea sus ingresos. “Desde el atentado nos cerraron todo. Ayer nos dejaron abrir los túneles por un día y pasar mercancías. Desde entonces nos anunciaron que debemos cerrar”.
El número exacto de túneles es desconocido. Los medios hablan de 400. Según Ibrahim, hay alrededor de 500 que funcionan entre Rafiah egipcio y palestino. Un funcionario egipcio estimó que el número de aberturas, por el lado palestino, es de 1200, pero el número de túneles a los que conducen las aberturas es de 350. Según Ibrahim, “En cada túnel hay 30 trabajadores y más. Si se cierran, ¿qué haran? ¿Cómo mantendrán a sus familias? Cada trabajador gana 100 shekalim y más por día de trabajo. ¿Qué harán?
Ibrahim trabajó como chofer en Rafiah, atravesaba mercancías desde los túneles hacia los mercados en Gaza. Hace cuatro años, decidió abrir un túnel por sí mismo. Según sus palabras, no requirió ningún permiso oficial. “Ahora la situación es diferente: se debe obtener la autorización de la Comisión de Túneles”, cuenta. La comisión es un organismo compuesto por representantes de Hamas que supervisan esas actividades y es el encargado de decidir quién puede abrir un túnel –fuente de ingresos con grandes ganancias- y quién no. Permisos otorgados a los residentes en Gaza llevaron a una ola de quejas contra el gobierno de Hamas, con el argumento de corrupción y discriminación en el otorgamiento de permisos. Las manifestaciones eran que los jefes de la comisión otorgan un permiso a sus familiares o a quienes ofrecen coima. Según Ibrahim, La actividad de la comisión es necesaria. “En el pasado reinaba el caos. Cada uno venía y comenzaba a perforar. Ahora hay más orden. No existe eso de venir y perforar un túnel. Se requieren de permisos de la comisión”.
¿Hay supervisión por parte de la comisión sobre cada uno de los túneles? Los empleados se paran junto a ustedes y supervisan?
“Por supuesto. En el acceso de cada túnel se encuentra un policía de Hamas o un miembro de la comisión que revisan todo; verifican que no haya tráfico de material prohibido (alcohol, drogas o cigarrillos). Está prohibido pasar armas, por ejemplo. A quien trafica armas le cierran el túnel”.
¿Hay supervisión por parte de Hamas de túneles especiales para el tráfico de armas?
“No lo sé”.
¿Por qué no se pueden introducir cigarrillos?
“Por los impuestos que deben pagarse en el lado egipcio. Los supervisores son responsables del peso de cada mercancía que ingresa a la Franja”.
¿Qué quiere decir que a cada lado del túnel se pesa la mercancía que ingresa?
“Sí, de otro modo cómo saben qué impuestos pagar. El inspector supervisa la mercancía entrante. La pesa y, de acuerdo al peso, pagamos a la comisión de impuestos. Por ejemplo, diez shekalim por cada tonelada de hormigón que ingresa a la Franja. 15 sheklaim por cada tonelada de ripio. Por mi túnel se pasan mercancías, en especial material de construcción. Pero también alimentos. Hubo épocas en que había mucha demanda de coca cola o vestimentas. Nos comunicamos con una familia egipcia, propietaria del otro lado de la abertura del túnel y le solicitamos determinada mercancía que tenga mayor oferta en Gaza. Por supuesto, también coches”.
Según la prensa egipcia, 13 mil coches fueron introducidos a la Franja durante el año 2011, a través de los túneles. Ese dato podría ser visto como raro si no hubieran dado cuenta de ello algunos coches sobre los caminos de la Franja y la plaga de los robos de vehículos en Egipto. El robo se volvió tan popular que los egipcios exigieron a Hamas terminar con el tráfico de los coches en los túneles. Finalmente se llegó a un acuerdo: la comisión de túneles permite ingresar a la Franja de Gaza sólo vehículos nuevos, con certificados de compra del lado egipcio y “0 KM”. Así lo cuenta uno de los periodistas en Gaza. Ese cambio condujo al abaratamiento de los precios del tráfico de coches. En lugar de pagar 4000 dólares por el tráfico de un coche, el precio es de 500 dólares.
La inspección de Hamas sobre los túneles es decisiva, según Ibrahim y el dueño de otro túnel, llamado Abu Amar. La gente de la organización sabe sobre cada mercancía y persona que pasa por los túneles y de allí todo el enojo de la inteligencia egipcia hacia ellos. Los egipcios sostienen que personalidades de Hamas hicieron la vista gorda al tráfico de activistas de la Jihad Mundial desde la Franja a Sinaí. Fuentes en Gaza dicen, en cambio, que en Rafiah existen túneles que no están bajo control pleno de Hamas, la mayoría al este del Cruce de Rafiah. Según fuentes en Gaza, se trata de un terreno a disposición de la observación de las FDI y se encuentra bajo el control de familias beduinas. Desde allí son traficadas mercancías como drogas, cigarrillos, alcohol y a veces, personas.
Ibrahim dice que la perforación de un túnel cuesta, actualmente, 75 mil dólares. Los ingresos son compatibles con eso. Cada día los túneles ingresan 170 mil dólares. “Hay peligro, es cierto”, dice sobre los trabajadores que resultan muertos. “Pero la gente quiere vivir, mantenerse. De otro modo, de ¿qué vivirán?”.
¿Qué hará si cierran el túnel? ¿Es posible que eso ocurra?
“Claro que es posible”. Si abren el Cruce de Rafiah para mercadería, no habrá necesidad de túneles. ¿Qué haré entonces? Lo que hacía antes; traeré mi coche y viajaré sobre la línea de Rafiah-Gaza”.
El cierre de los túneles por un largo tiempo será un problema para Hamas e incluso, para ellos, una amenaza. Los grupos que controlan la mayoría de los túneles constituyen una fuerza de verdad al sur de la Franja y el gobierno de Hamas no quiere enfrentarse a ellos. Además, las armas de Hamas son introducidas en gran parte al interior de los túneles y su gente las usa para entrenamientos o encuentros en Sinaí. Los ingresos de la organización por los túneles son enormes: según las estimaciones, 10-15% del presupuesto anual del gobierno de Hamas.
A principios de año, se informó que los trabajadores de los túneles se proponían parar en protesta por la intención del gobierno de Hamas de imponer un impuesto a sus sueldos. La amenaza fue anulada a partir de la influencia de ese sector para la economía de Gaza. Queda clara la gran dificultad de Hamas en renunciar a los túneles. De allí se desprende la obstinación que los terroristas no vieron de la Franja de Gaza. Mientras tanto continúa la destrucción de los túneles del lado egipcio, en especial al este del Cruce de Rafiah, zona que no se encuentra bajo control pleno de Hamas. Parece que, al final, hay acuerdo silencioso entre Hamas y Egipto, sobre qué es posible y conviene destruir y qué debe continuar siendo fuente de ingresos para el gobierno de Ismail Haniyeh.
CIDIPAL