El árbol del hombre
Enseñaba el sabio Maharal de Praga (1512-1609) acerca de la semejanza que propone nuestra Torá el presente Shabat cuando nos dice: "Ki Adám, etzhasadé" –'puesto que el ser humano es como el árbol del campo', lo siguiente: "El hombre ha sido llamado árbol del campo de acuerdo a nuestra Torá...Sólo que el ser humano es un árbol invertido. Ya que el árbol posee sus raíces en la profundidad y está firmemente plantado en la tierra, mientras que el ser humano su raíz está representada por su cabeza, lo superior; sus manos son como las ramas del árbol, y sus piernas, las ramificaciones de sus propias ramas, mientras que su cuerpo, es la parte principal del árbol. ¿Y por qué decimos que es un árbol invertido? Puesto que los árboles poseen su raíz abajo, ya que su vitalidad les viene de la tierra, y hacia allí es que se dirigen sus raíces para recibir su condición esencial, pero el ser humano, la vitalidad de su neshamá, está ligada a los cielos...".
Hoy, cuando promediamos nuestro quinto Libro de la Torá, nos hallamos también frente a otro promedio: el tiempo calendario. En poco tiempo más asomará una renovada dimensión de la vida, de los proyectos, de los hechos. Curiosamente la imagen hombre-árbol se recrea ante nosotros. ¿Por qué, se estará preguntando querido lector? ¿Por qué no asemejarnos con algo diferente?
Creo humildemente que nuestra sagrada Torá nos propone un ejercicio singular. Al aproximarnos al nuevo año... ¿Qué celebramos? La renovación de la Creación del Mundo. 'Bereshit'. El comienzo mismo de los hechos, de la vida. Allí estará Adám –cuya creación el 1º de Tishré nos brinda el celebrar RoshHaShaná como aniversario de nuestra existencia colectiva e individual a partir del primer hombre-. Y tal vez, estemos recreando el vínculo primero. La orden que se llama 'mitzvá' cuando moraliza. La Palabra del Creador para con Su creado, que lo lleva a elegir. A ser humano...
"De todos losárbolesdelJardín comerás..." ¿Recuerda?. Dos árboleshabíaenmedio de eseGanEden. Del conocimientodelbien y el mal, y el'etzhajaim', elárbol de la vida'. Del primerofueprohibido comer de él. Allí estamos, cada año que se renueva, frente alárbol. A nuestroespejoenlaCreación, que nos recuerda que hayun D´s que Nos habla. Que hayun D´s que establecelímites. Que hayun D´s para conQuiendebemosestablecerun vínculo: educar nuestravoluntadconociendoSuVoluntad. AllíllegaRoshHaShaná como IomhaDín. Conlajusticia como patrimonio. Para después, conocerlaverdad...
El árbol nos esconocido. Y probamos de él cada año, cada día tal vez. Pero enel recorrido de losdías, lavorágine cotidiana, no siempre podemos discernir, como Adámentonces. A vecessentimos que nuestrasraícesdescansanlejos de nuestrospensamientos y actitudes. Porque nos afirmamos enlos pies, no enlacabeza... Los pies, nuestraspiernas, enseñabaelMaharal, sonlas ramas de las ramas. No conformannisiquieraloesencial, el tronco. Y pensamos que la vida transcurre solo enelBien y el Mal. Y de cómoenfrentarlos. Y cómo ser hombres de bien. Y a veces, tantos y tantos pensamientos nos conducen a tantas y tantas indecisiones. A tantas dudas y conflictos. Por eso, enlas proximidades delnuevotiempo, debemos vernos enelreflejodelárbol. Para comprenderla diferencia, si podemos. Pero delotro. De aquelcuyocaminoquedó cerrado a nuestra vista y nuestro alcance. El que permanece custodiado y haciaelcual aspiramos poder acercarnos.
Los díasprevios a RoshHaShaná e IomHaKipurímsirven para buscar elárbolrecónditoconelcualla Torá nos compara. Porque estosdías que se avecinan no tienenotrabúsquedaniposeenotro pedido que por la Vida...conmayúsculas. Por el'etzhajaim', aquelárbol de vida que debeenseñarnos y mostrarnosqué somos, cómo somos y haciadóndeanhelamos ir. Buscar enelárbol=hombrelaimagen invertida que hablaelsabioMaharal. Buscar nuestrasraíces a partir de nuestracabeza. Pueslacabezainsinúaelsabio"es laraíz que está oculta dentro del mundo espiritual delcual mama suvitalidad y esencia".
¿Será tal vez por ello que llegueRoshHaShaná? Los añospasaninevitablemente. Esoes'Shaná'. Pero 'Rosh', lacabeza, laactitud, laidea, elpensamiento, deberenovarse. Cuando está, aldecirdelMaharal, "arriba de todo"...
Al aproximarnosalnuevoaño, elcaminohaciael'árbol de la vida'también está más cerca. Porque ante todo, nos acercamos a nosotrosmismos. Estar cerca de uno tambiénesbueno. Para después –y sólodespués- poder estar delotro. Del que quiero. Del que necesito. De las ramas y ramificaciones. Pero ante todo, estar cerca de mis raíces. Porque losdías que vienenproponenunencuentrocon El Creador. Aprovechémoslos. Son únicos. Como su vida. Como susdías. Como sufigura de árbol. Unárbol humano.
Le-IluiNishmat
MoríveRabíHaRabhaGaónMordejaibenMujlufEdery Z"L
¡¡ShabatShalomUmeboraj!!