domingo, 5 de agosto de 2012

Un país de fantasía


Un país de fantasía

“Dos pájaros contraatacan” y no son Sabina y Serrat
“Dos pájaros contraatacan” y no son Sabina y Serrat
Hace ya un tiempo planifiqué unas vacaciones para la segunda quincena de Julio. Deseaba escaparme del tórrido e intenso calor de nuestro querido Israel y refrescarme un poco, tanto física como intelectualmente. Todo estaba muy bien, o por lo menos eso se decía. Todo normal. Los sirios se seguían matando sin solución de continuidad. Desde Gaza seguían llegando cohetes, pero no mucho, sólo una media docena por semana. Por el norte, Nashralla con sus declaraciones contra Israel no aportaba nada nuevo. Egipto con nuevo presidente, que no se sabe para que fue elegido, sin constitución, sin leyes fundamentales, sin parlamento y dirigido por el ejército. Situación estable, que se dice.
En el fuero interno contábamos con un gobierno fuerte. Con 94 mandatos se había convertido en el más sólido de la breve historia de nuestro país, a excepción de algunos gobiernos de "necesidad nacional" que precedieron a períodos de guerra.
El 21 de julio el Primer Ministro dijo textualmente "el nivel de vida ha subido". Ya el 3 de julio había indicado que "nos arreglamos muy bien con la crisis global" y el primero de ese mismo mes manifestaba "prohibido aumentar impuestos"
Sus palabras habían sido refrendadas por su sabio Ministro de Economía, que en abril había pronunciado su célebre frase "Israel tiene un crecimiento saludable. Nos las arreglamos para mejorar los servicios públicos de manera significativa. Es este, el gobierno que más ayuda social brinda y que hubo aquí en los últimos 15 años"
Ya sobre la escalerilla de avión, al leer que los ministros se iban a adjudicar automóviles de más de 320.000 Sk. cada uno, alcancé a escribir una editorial titulada Que feliz soy!! (NotiOlei 268) en donde indicaba la satisfacción de vivir en un país tan rico.
Mi primer destino fue Copenhague. Al comentar la noticia con el guía local que nos recibió, que además es periodista y corresponsal de Idiot Hajaronot en Escandinavia, nos dijo que realmente en Israel los ministros son afortunados. En Dinamarca estos no tienen vehículo oficial y por lo general van en bicicleta a sus despachos. Si en bicicleta, que atan con una cadenita en la puerta del ministerio. ¡ Que diferencia entre ambos países !. Un pobre ministro de Dinamarca al lado de un rico israelí. Cierro los ojos y no puedo lograr a imaginarme a Avigdor Lieberman o a Israel Katz, aunque sea Ministro de Transporte, utilizando ese popular medio de locomoción.
Al regresar, sólo trece días después, encontré un país distinto. Por suerte la sorpresa no fue tan grande porque, por vicio informativo llevo mi computadora portátil a todas partes y así podía ir leyendo diariamente la evolución de las noticias.
De forma estrepitosa, el Gran Acuerdo de 94 mandatos queda acortado a 66 Los 28 diputados de Kadima vuelven a escindirse del gobierno. Hay un intento de que parte de los mismos se incorporen al Likud, pero eso no se concreta y se puede ver en los noticieros al líder del partido, Saúl Mofaz acusando a viva voz a los rebeldes diciendo que "Los que se dejen comprar por cargos de segundo orden o quieren ingresar a gobiernos sin sustento, que se vayan" Olvidando que hace pocas semanas él hizo exactamente lo mismo. Se vendió por un simple vice-ministerio. Pero en política todo está permitido, sobre todo en la actual política israelí.
El Gobierno, con sólo 66 mandatos que lo respalden debe reforzar su base. De esta forma los partidos sectoriales presionarán para obtener prebendas para sus votantes. Los tan discutidos proyectos para remplazar a la ley Tal no se acordarán y quedaremos al borden del abismo en ese tema. Además hay que tratar el presupuesto para el año 2013. Sin duda ese será un hueso duro de roer. El chantaje y la extorsión será moneda corriente. Algunos observadores políticos ya hablan de elecciones generales para el invierno. Luego de las vacaciones, al reiniciar la Kneset sus tareas, se puede disolver ésta y convocar a elecciones para enero o febrero. Todo es posible.
Y desde el punto de vista económico. Todos los impuestos aumentarán. El impuesto al valor agregado, el impuesto a las rentas, el impuesto sobre los cigarrillos y el alcohol y algunos otros menores. Se eliminarán subsidios al pan y recortarán presupuestos en educación y servicios sociales.
Entonces vienen las preguntas. ¿Y las manifestaciones del Primer Ministro y su Ministro no son válidas.? Siempre se ha sostenido que los Ministros nunca mienten. Sólo cambian de opinión según las circunstancias. Es cierto que Yuval Steinitz es Dr. en Historia y Filosofía, pero ahora es ministro de Economía. ¿Y el crecimiento del país?. ¿Y el no aumentar impuestos?. ¿Y el desarrollo sostenido?.
Todo esto nos lleva a una triste conclusión. Se está improvisando. Y mucho más de lo que se supone. Donde se prende el fuego, ahí corren los bomberos. Pero eso de planificar, no existe en estos días. Se gobierna para las próximas 24 horas. Ni medio día más.
Una suerte que tenemos los israelíes en estos momentos es que en pocos meses más se celebran las elecciones en Estados Unidos. De esta forma el Presidente Obama nos "regala" 70 millones de dólares para nuestra defensa y el candidato del partido Republicano, Mitt Romney, nos "regala" con su visita, su sonrisa de galán de cine de los años 50 y promesas de ayuda si gana las elecciones. Pero todo esto pasa pronto. Luego de la primera semana de noviembre en EE.UU , ni se acordarán de Israel.
El aumento de los impuestos no es una solución. Si la economía se esta enfriando, el crecimiento de impuestos reduce la capacidad del gasto y el consumo. Esto repercute en forma negativa en la evolución general. Es necesario planificar. Tener una política estable. No hablar en vano. Si bien los ciudadanos tienen floja memoria, los medios escritos se encargan de refrescarle la misma. Fijarse metas a mediano plazo y luego encaminar el país a ese destino. Cualquier otro camino, nos llevará al error. Si es necesario adelantar unos meses las elecciones, que se haga. Pero con sentido común y no especulando con cuando es la mejor fecha para los gobernantes de turno. No es tiempo de vacilaciones. Es tiempo de firmes resoluciones.
Cont. Víctor Vaisman
Editor Responsable