martes, 8 de abril de 2014

LOS TRENES FRANCESES ESTUVIERON EN EL CARRIL EQUIVOCADO

Fuente: American Thinker- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
2/4/14
por Michael Curtis

El recuerdo puede ser doloroso, incluso extremadamente doloroso. La muerte el 8 de marzo del 2014 de Leo Bretholz de 93 años de edad ha evocado recuerdos de una cuestion todavia dolorosa y controvertida en la Francia de la epoca de la guerra. Su pequeño rol en la historia y en las actuales demandas legales en Maryland fueron consecuencia de su accion el 5 de noviembre de 1942 cuando el salto de un tren llevando a otros mil judios a Auschwitz. Ese tren, el numero 42 de la caravana llevando a judios en la travesia a su muerte, era operado por la compañia ferroviaria francesa, la Société Nationale des Chemins de fer Français (SNCF).
Los hechos son claros, pero el contexto es aun discutido. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial entre el 27 de marzo de 1942 y agosto de 1944, los trenes de la SNCF transportaron a 76000 judios en 74 caravanas, en su mayoria desde el campamento de internacion en Drancy, cerca de Paris, a campos de exterminio nazis. Muchos murieron en los trenes debido a las condiciones inhumanas, sin alimento, ni bebida, o instalaciones sanitarias. Solo unos 3000 sobrevivieron y retornaron a Francia.
Tomo algunos años antes que la SNCF, ahora de propiedad estatal, reconozca y se disculpe por su rol en facilitar el Holocausto al deportar a judios, pero finalmente lo hizo, primero en Florida donde la empresa estaba ofertando en un proyecto en el estado de u$s2,6 mil millones para un tren de alta velocidad. El 4 de noviembre del 2014, el jefe de la SNCF, Guillaume Pepy, expreso su “profunda pena y arrepentimiento" por las consecuencias de sus acciones durante la guerra.
El tambien estuvo con arrepentimiento en comentarios el 25 de enero del 2011 ante un publico de deportados y miembros de la comunidad judia francesa en Bobigny, un lugar desde el cual 25000 judios fueron enviados a su muerte. El admitio que la SNCF habia operado trenes hasta la frontera alemana, pero explico que lo hizo asi bajo coaccion nazi. Le empresa, dijo el, habia actuado en concordancia con el programa de los ocupantes nazis y colaboradores franceses. El sostuvo que la composicion de los trenes, la eleccion de los vagones, las horas y rutas, fueron todos impuestos por los nazis. Pepy repitio las palabras del Presidente Jacques Chirac que la locura criminal del ocupante nazi fue secundada no por la nacion entera, sino por algunos franceses y por el Estado Frances (Vichy).
Los criticos de la SNCF han argumentado que tiene una obligacion moral y legal de pagar reparaciones. La SNCF ha reconocido su responsabilidad moral y el director de la SNCF se disculpo. Sin embargo, la obligacion legal y responsabilidad de la SNCF son menos claras, como ha sido mostrado en casos llevados contra la SNCF en Francia y en los EEUU. Dos preguntas han surgido: fue la SNCF responsable legalmente por sus transportes; y puede ser demandada en tribunales, si era una compañia privada y no estatal, para la compensacion por daños infligidos a los deportados?
El primer problema se refiere a las reparaciones. Cuando el Sr. Bretholz y otros llevaron una demanda legal de accion de clase contra ella, la SNCF se rehuso, como lo habia hecho en casos anteriores, a hacer reparaciones a los afectados por sus deportaciones. La empresa afirmo que habia actuado bajo coercion por parte de la Alemania Nazi que controlo la mitad norte y luego la totalidad de Francia. La cuestion era, y sigue siendo, si la SNCF fue obligada a ser un diente en la maquinaria de exterminio nazi o actuo en cierta medida por su propia cuenta. 
La segunda pregunta es una tecnica. En el 2011 la Corte Suprema de EEUU se nego a revisar el fallo de un tribunal de primera instancia que la cuestion de la responsabilidad de la SCNF estaba fuera de la jurisdiccion de los EEUU. La SNCF argumento que es inmune de las acciones legales en los EEUU debido al Acta de Inmunidades Soberanas Extranjeras de 1976. Esta acta impuso limites sobre las demandas legales contra una nacion soberana extranjera o sus agentes en tribunales americanos. Para superar esta restriccion, fue presentado en el Congreso de EEUU en el 2013 el anteproyecto de ley de Justicia Ferroviaria por el Holocausto, para permitir que los tribunales escuchen reclamos contra un ferrocarril, una entidad legal separada, sobre la base de las deportaciones a campos de muerte nazis. Hasta ahora esa legislacion prevista para que las victimas del Holocausto demanden a la SCNF se ha estancado.
La cuestion surgio nuevamente despues que la SNCF habia ganado contratos ferroviarios en Virginia y Massachusetts, y estaba ofertando para contratos en California y Florida. Keolis, una subsidiaria de la SNCF, entonces oferto en un contrato por u$s6,5 mil millones para construir una red de trenes ligeros de 16 millas en Maryland, uno de los contratos gubernamentales mas grandes en la historia del estado, e incluso uno de los acuerdos publico-privado mas grandes de cualquier proyecto de transporte en los EEUU. En este punto, los sobrevivientes del Holocausto en Maryland se opusieron a la consideracion de la oferta de Keolis hasta que la empresa pagara compensacion a los que habian sido deportados por sus trenes. Los sobrevivientes argumentaron que sus impuestos no deben ir a la SNCF o sus filiales debido a que la SNCF no habia pagado reparaciones. La legislatura de Maryland presento un anteproyecto de ley en enero del 2014 para evitar que la filial de SNCF gane el contrato hasta que sea pagada compensacion a los sobrevivientes.
El problema se remonta al Acuerdo de Armisticio Aleman-Frances de junio de 1940 y acuerdos posteriores. La SNCF operaria la red ferroviaria mientras Alemania supervisaria las operaciones. Las prioridades, especialmente demandas de transporte, tenian que ser consistentes con las prioridades establecidas por las autoridades alemanas. La cuestion legal es si estos acuerdos deben ser vistos como cooperacion tecnica o colaboracion.
La SNCF fue meramente un instrumento de la maquinaria de guerra nazi o un agente independiente? La empresa afirma que fue coercionada en vez de responsable por sus acciones. 
Sin embargo, el Informe Bachelier de 1996 mostro que ni una sola protesta contra la deportacion de los judios salio alguna vez de la propia SNCF. Solo un ingeniero se nego a manejar un tren de deportacion: el no fue castigado, ni perdio su empleo. El informe no concordo con la afirmacion de la SNCF que no tuvo ninguna autonomia efectiva.
Pero, la cuestion es complicada por la relacion de la SNCF con el gobierno de Vichy y con las autoridades nazis. Al principio, la SNCF simplemente consulto con los funcionarios del gobierno de Vichy sobre las operaciones de transporte. Pero despues de noviembre de 1942, la SNCF fue manejada directamente por el Ministerio de Transporte de Vichy. Su autonomia en esencia fue reducida a la gestion diaria.
Los nazis establecieron una Division de Transporte en Paris en julio de 1940 para supervisar las operaciones ferroviarias, pero en agosto de 1940 el control de las operaciones, excepto en areas costeras, fue regresado a Francia. Los alemanes pueden haber observado las operaciones, pero no manejaron los trenes.
Los funcionarios alemanes no emitieron ordenes, excepto cuando era absolutamente necesario. Cuando comenzo la deportacion de judios, Adolf Eichmann fue el individuo responsable general. En estas decisiones, Theodor Dannecker, un hombre de rango de las SS, fue el representante de Eichmann en Paris. Aun asi fue la SNCF la que dio forma a los detalles operativos, especialmente a los concernientes al arresto del Vel d’Hiv de 13000 judios. Las caravanas de deportacion fueron formadas y manejadas por empleados ferroviarios franceses. La dificultad en el juicio radica en determinar el grado de supervision alemana sobre el personal de la SNCF.
En su testimonio el 26 de junio del 2012 ante el Comite del Poder Judicial del Senado, Serge Klarsfeld, el distinguido y honorable cazador de los que habian cometido crimenes de guerra, dijo que la SNCF nunca habia actuado criminalmente sino que fue obligada por las autoridades alemanas y de Vichy a cooperar con respecto tanto a trenes militares como civiles en territorio frances. El sostuvo, aunque otros discrepan fuertemente, que la SNCF no obtuvo ganancias a partir de las deportaciones de judios.
La cuestion debe ser resuelta sobre la base de la justicia. En el presente, parecen haber comenzado negociaciones entre la SNCF y el Departamento de Estado de los EEUU acerca de reparaciones a victimas de deportaciones. Francia ya ha hecho algunos acuerdos sobre otros temas. Algunos bancos franceses aceptaron reembolsar a aquellos cuyas cuentas bancarias habian sido requisadas durante la Segunda Guerra Mundial, y las empresas de seguros francesas aceptaron polizas de seguro de vida de honor que cubrian a las victimas del Holocausto.
Ahora es tiempo que la SNCF, aun si uno acepta que no fue directamente responsable por la participacion en el Holocausto, haga un gesto fundamental de reconciliacion que ofrezca reparaciones a las victimas y sus familias por los crimenes inhumanos en los cuales estuvo involucrada voluntaria o involuntariamente.

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