LA BATALLA PERDIDA DE ISRAEL, por Agustín Ulanovsky
Dos semanas ya lleva la “Operación Margen Protector” con cifras muy dolorosas: alrededor de 600 muertos palestinos y 25 del lado israelí. Tragedias al margen, no es esta la oportunidad en la que me explicaré ni criticaré las razones de la respuesta israelí, no desarrollaré el radicalismo fundamentalista de Hamas y sus más de 2.500 misiles lanzados contra civiles israelíes ni de la justificada frustración y bronca del pueblo palestino que necesita y merece su propio Estado. Tampoco repudiaré a esa miope extrema izquierda internacional que, en su denostado intento de atacar a todo lo que le huele a Estados Unidos, banaliza el Holocausto y se convierte en aliada de un régimen fundamentalista y terrorista. Es el momento de analizar aquella batalla que Israel pierde desde hace ya muchos años y que, paradójicamente, es la que más afecta su legitimidad y seguridad: la batalla mediática.
Les propongo un ejercicio sencillo que no les puede llevar más de unas cuantas horas: ¿cómo piensan que los tres principales diarios de Argentina (Clarín, La Nación y Página 12) informan a sus lectores sobre lo que actualmente acontece en el Medio Oriente? ¿Tienen una mirada más receptiva hacia alguno de los dos actores en pugna? ¿Los titulares y fotografías son consecuentes con el cuerpo de la nota? Estas respuestas me propuse responder cuando analicé todos los artículos publicados en la web por los referidos periódicos en los últimos 14 días.
Los tres diarios han publicado una cantidad relativamente similar de artículos sobre el actual conflicto: mientras Clarín lo hizo en 77 oportunidades, La Nación lo hizo en 71 y 70 notas de Página 12, lo que lleva a un promedio de entre 5 y 5,5 notas diarias. Este simple dato permite una rápida conclusión: la cobertura del conflicto entre israelíes y palestinos recibe una atención mucho mayor de los medios argentinos (y del mundo) comparado a la de cualquier otro conflicto. Podremos discutir las razones de este fenómeno (¿es un conflicto que vende? ¿el hecho de que Israel sea uno de los involucrados tiene algún impacto?) pero no que el presente es un conflicto mediatizado con alto impacto en la opinión pública.
Estudios científicos han demostrado que lo primero que uno ve en una nota y lo que más retiene es la fotografía. Si tanto los israelíes como los palestinos buscan despertar la solidaridad de la opinión pública, merece entonces analizar las fotos para ver si las mismas son neutrales o, en su defecto, generan simpatía hacia alguna de las partes.
Quien ha demostrado una evidente desproporcionalidad en la sensibilidad que generan las fotos publicadas es Página 12: mientras el 47,14% de las fotos despiertan simpatías hacia el lado palestino, sólo el 2,86% lo hace para el lado israelí. A su vez, el 27,14% de las imágenes podrían ser caratuladas de neutrales, mientras que el 22,86% de los artículos no acompañan fotografías. Clarín, a juicio de este autor, es quien menos fotografías “pro-palestinas” ha publicado: el 35,06%. No obstante, las imágenes que acercan la posición israelí son sensiblemente menor: tan solo el 10,39%. El resto se divide entre las neutrales (25,97%) y las notas que no llevan fotos (28,57%). Por último, el diario La Nación tiene un porcentaje muy importante de notas sin fotografías (32,39%), pero repite la escala de sus competidores: el 35,21% de las imágenes sensibilizan con las demandas palestinas, el 12,68% con la posición israelí y solo el 19,72% son neutrales.
Así las cosas, si de imágenes se trata es evidente que Israel está perdiendo (y por mucho) en su intento de transmitir su mensaje a una opinión pública que en su gran mayoría la rechaza. No es casualidad entonces que si en la más divulgada y fácil forma de acceder a contenidos audiovisuales (Google imágenes) ponemos “Israel Sionismo Palestina” (tres términos desprovistos de tendencia alguna), los resultados sean que 7 de las primeras 8 imágenes mostradas sean “pro-palestinas”.
Vayamos a los títulos de la nota, esa segunda parte que el lector más presta atención y los resultados sorprenden. Si las fotos publicadas por Clarín eran comparadamente las más neutrales, en títulos es la más “pro-palestina”: el 42,86% de los mismos son más sensibles a las demandas palestinas que a las israelíes (tan sólo el 15,58%), siendo las neutrales el 41,86%. Página 12 no sorprende al no tener siquiera un titular que pueda ser considerado como cercano a las posiciones israelíes; sus títulos son mayoritariamente neutrales (60%) o “pro-palestinos” (40%). Finalmente, en los titulares de La Nación prima la neutralidad (47,89%), mientras los cercanos a la posición palestina (32,39%) casi doblan a los que sensibilizan con el lado israelí (19,72%). A esta altura, ya podemos prever cuál es el resultado de la batalla mediática.
Sin embargo, si uno se toma el tiempo de leer el cuerpo de los artículos encuentra argumentos más neutrales y/o comprensivos ligados a ambas posiciones, que mucho distan de la tendenciosidad de las fotos y el título. El más equilibrado parecería ser La Nación, cuyos artículos son neutrales en un 52,11%, mientras que los cercanos a Israel son en un 25,35% y los palestinos en un 22,54%. En el caso de Clarín, estos porcentajes se invierten ligeramente (25,97% en favor de Palestina 18,18% en favor de Israel), aunque mantiene la neutralidad en un 55,84%. Esta tendencia se acrecienta en Página 12, cuyos artículos favorecen en un 35,71% a los argumentos palestinos, mostrando solo el 10% una tendencia pro-israelí.
En conclusión, sin referirse a los números de cada diario que permitirá al lector arribar a sus propias conclusiones sobre sus respectivas líneas editoriales, en los tres casos la conclusión parece esbozar algo ya sostenido por este autor: cuando se trata de argumentar e hilar fino, la receptividad a los argumentos de Israel aumentan. Cuando se trata de imágenes y titulares, Israel solo sabe de fracasos.
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