viernes, 12 de septiembre de 2014

Cuando ser feliz es saber recibir..

Cuando ser feliz es saber recibir...

Cuando ser feliz es saber recibir...
Parashah KI TAVÓ
B.H.N.” V.
A veces, como judíos decimos que estamos cansados. No cansados de ser judíos, sino cansados de dar, pues se nos pide y exige mucho: “Son demasiados los cobradores que golpean a nuestras puertas”, todos los días y a toda hora.

Veremos también, felizmente, a otras personas que, en las mismas condiciones, no se sienten asediadas sino que experimentan un goce y un regocijo muy particular al ofrecer, al dar, al brindar.¿Cuáles son las causas para este malestar o bienestar? La perashá de la semana se llama Ki Tavó, “Cuando vinieres”, y se refiere al momento en que el hombre judío viene a su tierra (literalmente), o, por extensión, a su comunidad o a su grupo.

La Torá nos pide que, una vez afincados y asentados en la tierra, ofrezcamos Bicurim, esto es los primeros frutos del campo, las Primicias, y que se los traiga a Jerusalem y se haga participar del regocijo de esa ofrenda a las personas que dedicadas a mantener viva la espiritualidad judía, en otras palabras, a los Sacerdotes y los Levitas que actuaban en el
Bet Ha-Mikdash. En esa oportunidad, el hombre judío tenía que hacer una declaración, no una “declaración jurada” de sus impuestos sino una declaración de su profundo regocijo por poder cumplir con esa mitsvá, que era ofrecer, dar.

La Torá recalca que eso debía ocurrir únicamente después de asentarse y arraigarse en la tierra, en la comunidad, en el pueblo, lo que parece indicar que únicamente la persona arraigada en el judaísmo y con profundas raíces en el mismo puede experimentar el regocijo de ofrecer y verse libre del sufrimiento de sentirse molestado por las inoportunas exigencias que nos asedian.

“...Y tomará el Sacerdote el cesto de tu mano”, nos transmite el texto, haciendo referencia tal vez a la persona que no había tenido la suerte de una buena cosecha y que por eso venía con un solo cesto en la mano. Las otras personas seguramente tenían cargas importantes y no un solo cesto. Sin embargo, el Cohen (Sacerdote) tomaba el cesto de la mano de esta persona que no tenía fortuna y no atendía, en primer lugar, a las personas prestigiosas, importantes, de “mayor peso”. El mundo bíblico es ideal por lo simple, por lo ecuánime, porque ¿dónde, sino en él, atendemos un pequeño cesto y desatendemos cosas grandes?

El Rabino Iosef Dov HaLevi Soloveitchik ZTS”L, una de las autoridades rabínicas de mayor renombre en nuestro siglo, esboza en uno de sus libros la siguiente metáfora: Cuando las personas, después de su larga vida, dejan este mundo terreno, sus almas se presentan ante el Creador. Pero antes de allegarse ante Él, hay que atravesar un pórtico -Shaar Hashamaim-; sin embargo resulta que el Pórtico Celestial es de altura reducida y por lo tanto pueden atravesarlo solamente las “personas pequeñas”. Las “personas grandes”, debido a su dimensión no pueden pasar este pórtico y quedan afuera y lejos porque son demasiado grandes para D´s- (...)”. El “hombre grande”, insinúa este Rabino, es víctima de sí mismo, de su grandeza, o de su sobredimensión, o de su soberbia, que no le permiten llegar a lo esencial.

Pero volvamos a la raíz del problema presentado al principio. Tal vez podamos resolverlo usando para ello una Ley de la Mishná (Tratado de Bicurim Cap. I: 6) que dice: “Iabásh ha maaián” - “Si la fuente se ha secado”; “ve niktsáts ha Ilán” - “Y el árbol fue cortado”; “mebí ve enó koré” - “El fruto recogido del árbol es traído a Jerusalem, pero sin hacer la declaración de regocijo”.

En otras palabras: si lo que ofrecemos procede de una fuente que se secó, o de un árbol que ha sido talado (¡en lugar de cortar su fruto nada más!) no podemos sentir regocijo o hacer declaraciones vacuas y, por supuesto, inauténticas. El que yo me sienta asediado o satisfecho por lo que aporto y ofrezco parece que no depende del número de cobradores o de pedidos sino de la fuente, de la “Fuente Judía” que debe haber dentro de mí, o, en otras circunstancias, de si el árbol no ha sido cortado o truncado.

Finalmente, la última norma de la Torá dice que había que pronunciar estas palabras cuando se ofrecían los frutos: (1) “Ve- atá”Y ahora; (2) “Hiné”He aquí estoy; (3) “Hebéti”y traje (los frutos). Un maestro del jasidismo nos enseña que, para que esta mitsvá u otra tengan significado, se tienen que reunir tres condiciones:
a) “Ve-atá”: Ahora, de inmediato, no posponer;
b) “Hiné”: aquí estoy, con simjá, es decir, con regocijo y plenitud;
c) “Hebéti”: Yo he traído, Mishelí, de lo mío, no de lo que me sobrasino de lo que me faltará seguramente después de haberlo ofrecido.

Sinteticemos: Ya, con profundo regocijo y de lo mío propio. ¿Qué tal? ¿Seguimos pensando en los cobradores, a quienes pedimos que vengan otro día? ¿Seguiremos haciendo cálculos de los que nos sobra para ofrecerlo y nos pondremos tristes y tensos cuando damos? Por último, y como corolario del cumplimiento de esta acción, deberemos aprender a valorar lo que nos queda y no lo que nos falta; lo que tenemos –precioso y único- y no lo que podríamos haber tenido.

Ahí viene otra vez la sabiduría de la Torá, que nos sugiere (aunque para algunos suele ser una orden) que: “Ve -samájta be-jol a tov asher natán lejá HaShem Elokéja”, “...Por tanto habrás de regocijarte con todo lo bueno que te ha dado el Señor, Tu D´s”.

Tenemos que regocijarnos con lo que recibimos, no por su cuantía sino por saber de quien recibimos. Ante las puertas de un nuevo año, frente al “balance” del que tanto hablamos y que no hacemos, ante un espejo imaginario que nos permita vernos en nuestra dimensión real, frente a todo esto, intentemos reflexionar, a solas con nuestro propio silencio, y acerquemos una respuesta nueva cuando vengamos a la Sinagoga: ¿Qué es lo que cuenta? ¿Lo que recibimos, la cantidad, la dimensión, lo enorme? ¿O, más bien, de quien recibimos, haciendo caso omiso de la cuantía? ¿Es la cosa o la persona?

Rab. Mordejai Maarabi. Rabino oficial de la Olei

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.