**La Sirena**
Una mañana, temprano, que aún el sol no alumbraba, con el
viento en la espalda,
tomé mi viejo velero y me eché a la mar. Buscando nuevos
puertos, gente, destinos,
a conocer; quizás algún amigo o algún amor, que nunca está
de más.
Con alegres provisiones, navegué durante un mes, entré en
algunos puertos, peor que
lo que dejé, espantado huí buscando nuevos rumbos y en
algunos puertos el ancla
eché, busqué amigos, pero no los encontré; era un extraño en
los muelles que pisé y
la gente desconfiaba, sin conocer.
Y así fui navegando, con el corazón oprimido, pensando que
mi destino era llorar y
llorar, en caso contrario debía volver al puerto que dejé al
partir. Juré no volver, por
el daño recibido, por lo tanto continué navegando buscando
otro destino; destino que
no encontraba y ya, terminado Julio, en una playa la vi.
Hermosa como ninguna, no
puedo describirla; mi corazón latió con fuerza y un fuego
quemó mi sangre, me faltaba
el aire, mi garganta se cerró; eché el ancla, tire el cabo y
en un salto, del viejo velero,
estaba en la arena, tomándola en mis brazos y jurándole
amor.
Su sonrisa, de promesa, sus dientes de marfil y sus ojos
agradecidos me contaron la
historia, que con nadie quiero compartir:*Soy un sirena, que
ha encallado en la arena y
que espero un marino que me lleve a alta mar, que me deje en
las aguas, para volver,
donde debo estar*
La tomé en mis brazos, la subí en el viejo bote y en alta
mar, la besé con amor y la posé
en las aguas, donde ella desapareció.
No volví a mi tierra;
hundí mi viejo bote.
¡ Y aquí me ven, en la profundidad del mar, buscándola ¡
Mario Beer-Sheva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.