**Llámalo Rencor**
Al principio fue muy pequeño, como un pequeño dolor y el
tiempo al pasar
lo dejó crecer hasta germinar y transformarse en lo que
conocemos como
rencor…
Se hizo dueño de mi mente, latió junto a mi corazón, que
conquistó con el
poder que genera el rencor…
Hoy es amo de mis días, como un recuerdo imborrable y de mis
noches, que
me castiga, como sólo puede hacerlo el rencor…
¿En que momento comencé a odiarla? ¿Cuándo se fue o cuando
descubrí su
traición?
Los años fueron pasando; mis labios la recuerdan, mis manos,
hoy vacías,
extrañan su cuerpo, pero sólo puedo pensar en compañía del
rencor…
Dolor, odio; son ramas del mismo árbol, que con potentes
raíces atrapó mi
voluntad, mis pensamientos y el timón de mi vida quedó en
las manos del
rencor…
Los años me hicieron envejecer; mi cuerpo, mi piel,
blanquearon mi pelo, el
tiempo sumó años y lo único joven fue mi rencor…
¡No fui yo quien comenzó a odiarla, no fui yo quien
descubrió su traición!
¿Acaso no sabes quien fue?
Mario Beer-Sheva
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