viernes, 23 de julio de 2010
LOS OBSERVADORES ANONIMOS ALEMANES DE MEZQUITAS
Reinhard Werner no confia en el Islam. El aleman de 70 años es parte de un grupo que controla las mezquitas a lo largo de Alemania, monitoreandolas por lo que el llama un "intolerante Islam de terror." Con los años, el ha obtenido una cierta cantidad de notoriedad.
Reinhard Werner esta unos pocos minutos adelantado, pero debido a que no quiere ser advertido, el se para fuera en la acera frente a la mezquita, intentando parecer tan discreto como es posible.
Es viernes por la tarde en el vecindario Pasing de Munich y los hombres estan pasando al lado de Werner en su camino a las plegarias de los viernes. Todos ellos, a los ojos de Werner, son enemigos. El afirma que la mezquita esta difundiendo lo que el llama un "intolerante Islam de terror."
"Usted puede ver el cartel sobre la entrada?" dice.
Las letras "DITIB" estan impresas en el cartel. DITIB, un acronimo para la Union Turco-Islamica para Asuntos Religiosos, es la organizacion que nuclea a casi 900 congregaciones de mezquitas en Alemania. Esta controlada por una organizacion del gobierno turco con sede en Ankara, la Oficina para Asuntos Religiosos, haciendola indirectamente responsable ante el Primer Ministro turco. "Una mezquita militar", dice Werner.
"Usted ve que la letra 'I' en DITIB recuerda un minarete? Y que los minaretes se ven como misiles?" pregunta, suplicantemente. No es siempre facil para Werner hacerse entender.
Sintiendo un parentesco
Werner es miembro de los "Observadores anonimos de Mezquitas," un grupo de musulmanes que huyo a Alemania de los paises musulmanes debido a que entraron en conflicto con las normas religiosas.
Si bien Werner no es musulman, ni esta huyendo de nada, el siente un parentesco con los musulmanes que han huido de sus paises nativos. Estos musulmanes confian en sus mas asentadas contrapartes musulmanas tanto como el ex presidente americano George W. Bush confiaba en el lider terrorista Osama bin Laden. Ellos controlan lo que pasa en las mezquitas debido a que quieren estar seguros que estan aun a salvo en Alemania.
Werner llego al grupo en una forma algo rebuscada. Por 30 años, el fue maestro de escuela secundaria en Munich, donde algunas de sus clases consistian enteramente de estudiantes extranjeros. De acuerdo a Werner, la mayoria de los estudiantes turcos tenian una actitud entre negativa y hostil hacia Occidente. Era dificil llegar a ellos y dificil convencerlos, el sentia.
Desde entonces, el ha estado luchando por la libertad religiosa, pero insiste que debe llegar con ciertas condiciones. La mas importante de aquellas, el dice, es que los musulmanes, como miembros de otros credos, prometan atenerse a la constitucion alemana.
De las 36 mezquitas de Munich, nueve estan en el "area de observacion" de Werner. El informa todo lo que ve y escucha a la Oficina Federal para la Proteccion de la Constitucion (BfV), la agencia de inteligencia interna de Alemania. La BfV, sin embargo, no parece estar tomandolo muy seriamente, o al meos no ha encontrado sus informes suficientemente convincentes como para tomar alguna accion.
Tiranos bañados en sangre
Luego de un rato, Werner se introduce en la mezquita. En la recepcion, unos 25 hombres estan tomando te y comiendo pita mientras esperan que comience el servicio. Werner ordena te, echa tres cubos de azucar en su taza y señala un cuadro cerca de la mesa de te. Describe a lideres otomanos de seis siglos. Tiranos bañados en sangre estan siendo glorificados aqui, susurra Werner. El señala al segundo cuadro desde la derecha en la ultima hilera e identifica al hombre descripto como Abdul Hamid II, conocido en el exterior como el "Gran Asesino."
Un retrato de Kemal Atatürk, el fundador de la moderna republica turca y el ejercito turco cuelga en otra pared, cerca de un estudio de television. De acuerdo a Werner, el estado y la iglesia no estan realmente separados en Turquia debido a que el estado influencia a la iglesia y el ejercito influencia al estado. "Turquia es una teocracia", dice Werner.
Entonces el sube las escaleras a la sala de oracion. Los sermones, dice Werner, son a menudo acerca de rechazar la forma de vida occidental.
Justo antes que Werner llegue a la puerta de la sala de oracion, un joven se aproxima a el y le pregunta si el es el Sr. Werner. Werner niega.
"Usted esta prohibido de estar aqui", dice el joven, pareciendo serio. El dice a Werner que el debe pedirle que abandone la mezquita inmediatamente. Son momentos como este que muestran a Werner que su trabajo esta al menos siendo tomado seriamente.
El ha adquirido una cierta cantidad de notoriedad con los años, años marcados por los ataques del 11/S, los talibanes, la controversia por las caricaturas danesas, la prohibicion de minaretes en Suiza y la oposicion a la construccion de nuevas mezquitas en Alemania. Werner, ahora de 70 años, ha estudiado el Koran. Repentinamente el fue considerado un experto y era solicitado.
Un poco desilusionado
A veces se le pide hablar a congregaciones cristianas, pero dificilmente el es invitado nuevamente. Quizas es debido a que Werner es tan combativo. A los alemanes no les gusta el conflicto.
Y quizas todo seria mas facil si la coexistencia social pudiera ser organizada en la forma en que los equipos estan organizados en el campo de futbol. Entonces habria acuerdos y reglas, y cualquiera que quebrante las reglas seria penalizado. Los infractores reincidentes serian puestos a un lado. Pero esa no es la forma en que la sociedad funciona, lo que es el motivo por el cual Werner ha estado luchando su batalla por mas de dos decadas.
Hay muchos movimientos dentro del Islam, dice. El mas agresivo, dice, es el "Islam mahometano",-- y, el afirma, es tambien el unico movimiento que esta construyendo mezquitas. Esto, argumenta Werner, es el motivo por el cual no es la construccion de minaretes lo que debe ser prohibido, sino la construccion de mezquitas.
En su camino a casa, Werner para en la mezquita nuevamente para preguntar por que el ha sido prohibido dentro de las instalaciones. El espera en cierta forma utilizar la prohibicion para reforzar su mensaje. El-- como un representante de Alemania, Occidente y la democracia-- se siente excluido.
Esta vez un anciano con pelo y barba blanca esta esperandolo. La prohibicion fue malinterpretada, dice el anciano, y sonrie.
Un minuto mas tarde, Werner esta parado en la calle debajo de la mezquita nuevamente, aliviado que podra continuar observando la mezquita en el futuro. Pero el tambien parece un poco desilusionado.
Fuente: Der Spiegel
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