martes, 8 de noviembre de 2011

El caso de Guilad Shalit

La diversidad es una de las cualidades más importantes de la raza humana. Entre los siete mil millones de habitantes de este mundo, existen diferentes culturas, religiones, géneros, idiomas, preferencias sexuales, ideologías, personalidades, tradiciones, valores, etnias y gustos. Esa diversidad enriquece la esencial similitud que tienen los seres humanos.

Sin embargo, es inconcebible el extremo al que pueden llegar esas diferencias, sobre todo cuando atañen la esencia de la humanidad: la vida y el valor del ser humano. Dos grupos sociales, el israelí y el palestino, enfrentan estos valores de manera antagónica, lo cual sobresalió en el reciente canje de prisioneros palestinos por el soldado israelí Guilad Shalit.

Israel valora tanto a su pueblo que, no obstante hay otros israelíes en cárceles palestinas, intercambió un solo soldado israelí por 1027 prisioneros palestinos. Eso dice mucho de lo que los palestinos de Hamás valoran la vida de su gente. Esta diferencia es más marcada considerando que Shalit fue secuestrado sin haber cometido falta alguna, mientras que los prisioneros palestinos fueron juzgados y condenados por atentados terroristas, asesinatos y otros delitos graves.

Cinco años incomunicado. Shalit no podía recibir visitas, ni siquiera de la Cruz Roja, estuvo incomunicado y no vio la luz del sol en 5 años. Los prisioneros palestinos recibían visitas regulares, atención médica, revisiones de la Cruz Roja y algunos cursaron estudios universitarios por correspondencia.

Israel defiende a sus ciudadanos y respalda a sus soldados con base en los valores judíos de la vida y la solidaridad, mientras que grupos como Hamás, aliado de la Autoridad Palestina, promueven el terrorismo y la muerte de civiles. Colegios y bibliotecas en Israel llevan el nombre de víctimas de atentados, en tanto los del lado palestino llevan el nombre de terroristas. Israel advierte previamente a los palestinos sobre sus acciones militares para evitar bajas civiles, pero los terroristas palestinos dirigen sus ataques principalmente a civiles israelíes.

“Bienvenido, Guilad Shalit”, con los vistos en Gaza y Cisjordania que decían: “Queremos un nuevo Guilad Shalit”.

Una Palestina liberada le dijo a un grupo de niños que la recibió en Gaza, que lamentaba que no había funcionado el botón de la bomba que llevaba en su cinturón y les deseó mejor éxito a ellos. Por el contrario, Shalit manifestó esperanza de un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes.

Mil por uno. ¿Por qué cuando Israel defiende a sus ciudadanos lo acusan de desproporción, pero casi nadie habla del desproporcionado canje de mil prisioneros palestinos por un soldado israelí? ¿Qué otro país del mundo hubiera hecho un intercambio como estos?

La periodista árabe Akbal El Ahmed escribió lo siguiente en el periódico de Kuwait “El Kabs”:

“Shalit, tienes suerte con tu patria' Que Alá te bendiga en tu país' 1027 hombres y mujeres árabes colocados en un lado de la balanza' un joven israelí, delgado, con ojos profundos, fue puesto en el otro lado del fiel'”

El valor del ser humano. “¿Ustedes saben por qué tengo envidia de Shalit? ... Es por el valor del ser humano y su importancia en su patria' En nuestro mundo árabe el Gobierno es el que mata. Y el que arresta y hace desaparecer al sol de sus ciudadanos y ciudadanas' Yo ruego día y noche ser como Shalit en mi país. Que los medios se interesen por mí' y que ejerzan presiones de todas las maneras y modos posibles para que pueda regresar a mi círculo familiar, si me alejaran del mismo por servir a mi patria'”.

Respeto la diversidad humana, pero no la de aquellos que se desinteresan por la vida del prójimo, acentuando los vicios de la humanidad en lugar de perfeccionar sus virtudes.

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