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Desde el comienzo de la Primavera Árabe y, en especial, en contra del régimen de Bashar Assad, aumentó la penuria de la organización libanesa Hezbollah. Pero no solo la Primavera Árabe y la situación del patrón iraní amenaza la condición de Hezbollah. La crisis económica mundial y, en especial, la suba en los precios de los alimentos convirtieron a Hezbollah en menos y menos relevante en esos días, incluso entre el público de seguidores chiitas. El énfasis de Hezbollah, desde entonces y siempre, ha sido el área política y de seguridad mientras el área económica en la organización fue absolutamente dejada de lado. Hezbollah siempre se presentó, a sí mismo, como solidario con los débiles en Líbano aunque no es posible hallar ningún proyecto económico ordenado que fuese presentado, en el pasado, por Hezbollah, sobre cómo enfrentar la pobreza o cómo aumentar las competencias, fuentes de empleo y crecimiento. Las revoluciones en el mundo árabe demostraron que esos temas no son menos importantes en el presente para los jóvenes árabes. La obstinación de Hasan Nasrallah de controlar , desde adentro, al gobierno libanés a fin de frustrar o promover pasos políticos, según su estilo, convirtió a Hezbollah en parte del establishment y reveló en gran medida la infamia económica de la organización chiita. Todos acuerdan con que, Hezbollah, carece de agenda económica.
Durante años, Nasrallah y su gente, se desentendieron de cuestiones económicas y dejó al resto de partidos en Líbano, ocuparse de ellos mientras se dedicaba a cuestiones militares-políticas. Muhammed Zaineb, periodista económico cercano a Hezbollah reconoció que, la organización chiita, no tiene y nunca tuvo una clara política económica. El líder de la organización, Hasan Nasrallah, nunca pensó que necesitaría un experto económico a su lado, algo así como un “Imad Muhaniyed “ en el área económica, a fin de mantener la popularidad del “Partido de Dios” entre la población chiita en Líbano. En el pasado, cuando las cuestiones económicas primaban, en la agenda del día libanesa, Nasrallah, acostumbraba a convocar expertos externos para asesorarse sobre qué línea tomar. Lo que sí sabía Nasrallah hacer en el área económica, durante años, era premiar a alguien con dinero o castigar a quien no quería por medio de su drenaje financiero. Eso se hacía principalmente por medio de la creación de una economía paralela a la del estado libanés, quien ofrece diversos servicios a los seguidores de la organización, incluyendo sistemas de justicia, educación y comunicaciones por separado, que despertaron en más de una oportunidad la ira entre los rivales de Hezbollah en el país.
En el presente parece que, Hezbollah, entiende que necesitará ocuparse de temas económicos. Los incidentes en Siria dañaron, con dureza, el crecimiento del mercado libanés. En los años 2007-2010, el mercado libanés registró un crecimiento - promedio del 7% anual. En el año 2011, se alegrarán en si se registra el 1% de crecimiento.
La firmeza de la Liga Árabe de imponer sanciones contra Siria genera gran temor entre los economistas y empresarios en Líbano. La tendencia que se perfila es que el gobierno de Líbano, compuesto por seguidores de Assad, no se sumará a las sanciones dado que eso provocará un serio daño al mercado libanés. El comercio bilateral entre los países, se estima en, alrededor, de 600 millones de dólares por año. Casi 6 mil millones de dólares se encuentran depositados en los bancos libaneses que funcionan en Siria. El temor. por parte de Hezbollah. es aún mayor dado que si la comunidad internacional se obstina en las sanciones, situación que conduciría a un daño más serio aún en el Valle de Líbano –distrito chiita- cuya actividad económica allí se vincula centralmente al mercado sirio.
El temor por el devenir es percibido, en las palabras del hombre de Hezbollah y Ministro de Agricultura libanés, Dr. Hussein Hasan, cuando se refirió a la preocupante situación en la que se encuentra el sector agrario de su incumbencia y del que se mantienen muchos de los seguidores de Hezbollah. Casi un cuarto de familias, en Líbano, se mantienen de ese sector, que aporta el 5% al producto bruto local. “¿Por qué el sector agrario retrocede? Simple: no hubo ninguna estrategia para su desarrollo. Los gobiernos lo abandonaron” explica. Ante el temor a una “Intifada de agricultores”, Hasan anunció que el presupuesto para el sector será duplicado el próximo año.
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