jueves, 9 de agosto de 2012

CIRCULA POR INTERNET


De Bailarina profesional a estudiante de neurociencia en Israel

 

La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos. 
Cuidémosla!!!!


  

Castro creció sabiendo que era judía, a pesar de que fue bautizada de pequeña.
Todo comenzó con su abuelo, el cual le dijo a la familia de Castro sobre sus raíces y tradiciones.
Cuando su madre encendía velas, siempre era en privado; a escondidas, dice. “Ahora estoy en un lugar donde el judaísmo es “afuera” de la casa”.
“Israel es un país increíble”, dice. “Se ha desarrollado muy rápidamente en relación al poco tiempo que existe

Leonor Castro

  De Bailarina profesional a estudiante de neurociencia en Israel

23/7/12

Por Brian Blum
Leonor Castro
Cuando Leonor Castro llegó a Israel en el 2009, lo hizo con una beca de un programa de “Masa” para el estudio de danza. En ese entonces tenía solo 17 años pero ya había bailado profesionalmente en su país de nacimiento, Portugal, concentrándose en danza contemporánea y ballet. En Israel, fue invitada a unirse a la Compañía de Danza Contemporánea de los Kibutzim, como aprendiz.
Y entonces, algo remarcable e inesperado sucedió. “Me enamoré de Israel”, dice Castro. “Siempre tuve mucho miedo de venir. En Portugal todo lo que ves son esas bombas que caen por todos lados. Pero lo que descubrí aquí es un verdadero sentimiento de comunidad. Todos intentan ser tu familia”.
La conexión emocional que sintió al estar en el corazón del pueblo judío fue algo que nunca experimentó en Portugal. “Recuerdo que en el primer día de clases del programa Masa”, continúa, “una niña israelí con la que solo había hablado unos segundos me invitó a su casa. Todos te invitan aquí para las festividades judías. En dos semanas hice de muy buenos amigos con los que cuento hasta el día de hoy”.
Ahora, tres años después, Castro sigue bailando, pero en este momento el tema está un poco de lado debido a que se está preparando para ingresar en la universidad en Israel – con asignatura principal en neurociencia. ¿Por qué este cambio? “Siempre estuve conectada con las artes, pero también me gustaba la investigación, profundizar las cosas, especialmente en el área médica. No quería ser doctora, sin embargo”, explica. “Neurociencia me atrajo”.
Castro creció sabiendo que era judía, a pesar de que fue bautizada de pequeña. Todo comenzó con su abuelo, el cual le dijo a la familia de Castro sobre sus raíces y tradiciones. Pero en ese entonces, él y la abuela de Castro se mudaron a Venezuela por trabajo.
Su abuela eventualmente regresó a Portugal para ocuparse de su madre enferma, pero su abuelo se quedó en Venezuela. Lamentablemente la familia perdió contacto con él, y la mayoría de esas tradiciones en ciernes se perdieron.
Y sin embargo, un pequeño fuego de dos generaciones atrás, aún ardía en el corazón de Castro. “Realmente no sé cómo sucedió”, admite. “Pero este sentimiento comenzó a crecer en mi. Quería estudiar el idioma. Quería aprender más sobre el holocausto y sobre el judaísmo. Cuando oí sobre el programa de danza de Masa, supe que tenía que venir”.
Portugal e Israel son muy diferentes, dice Castro. La clave de la diferencia es sin estás “adentro” o “afuera”. En Portugal, explica, “nadie sabe la religión del otro; no es algo de lo que hablamos en público”. Cuando su madre encendía velas, siempre era en privado; a escondidas, dice. “Ahora estoy en un lugar donde el judaísmo es “afuera” de la casa”.
La conexión judía de Castro floreció cuando conoció al emisario de Shavei Israel, el Rabino Elisha Salas. “Fue en Belmonte, donde vive”, dice. “Me ayudó muchísimo, tratando de comprender temas de aliá y retorno al judaísmo”.
Hoy en día, Castro vive en el famoso barrio Florentine de Tel Aviv, donde dice que todos sus amigos son israelíes (“no
hay muchos portugueses aquí”). Actualmente estudia en un programa pre-universitario para mejorar su hebreo. También toma cursos que le permitirán transmitir sus estudios secundarios a los equivalentes con una matriculación israelí.
Mirando atrás, hacia sus dudad iniciales dice, “Israel no da tanto miedo como creía. Es exactamente lo opuesto a lo que he visto en los medios de comunicación. Si salgo de mi casa a las 11 pm, me siento más segura que si salgo de mi casa a las 7 pm en Portugal”.
Israel se ha convertido en su casa y no tiene planes de retornar. “Israel es un país increíble”, dice. “Se ha desarrollado muy rápidamente en relación al poco tiempo que existe”, a pesar de su entusiasmo, tiene también preocupaciones. “Necesitamos paz”, dice. “No solo para Israel sino también para todo el pueblo judío alrededor del mundo”. Cuando hablamos, el ataque terrorista en Toulouse, Francia, aún se encontraba fresco en su mente.
Quizás la carrera en neurociencia pueda ayudar a reparar las fisuras que causan tanto sufrimiento – si no es en el mundo aunque sea dentro del cerebro. Y esperamos que Leonor Castro siga bailando… la danza de la libertad y la alegría de vivir una vida judía completa en la Tierra de Israel.